Texto Albert Roca. Fotos-Maria Luisa Aguacil–Javier Mantrana. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.
Hablar de Helena Bianco es hablar de una parte importante de la música española. Llegó en los ’60 para abrir un largo “puente” hasta nuestros días. Los nostálgicos la adoran y las nuevas generaciones les encanta escuchar de su voz canciones como El Puente, Voy a pintar las paredes con tu nombre y Ata una cinta alrededor del viejo roble, que popularizó con Los Mismos. La clave para seguir en los escenarios: su indiscutible carisma y su capacidad de adaptarse a nuevas situaciones.

¿Cómo eran aquellas décadas de los ’60 y 70?
La magia que tenían las décadas de los ’60 y 70 era grande, con la parte más dura: la falta de medios. Ibamos de pueblo en pueblo y de emisora en emisora. Y lo más bonito es seguir en el recuerdo de muchas personas.
Y allí estáis todavía
Están presentes tres generaciones: los que nos conocieron, y como la transmitieron a sus hijos y estos hijos a sus nietos. Eso no creo que se pueda volver a lograr, y ha sido un fenómeno social en todo el mundo.

¿Y para continuar tanto tiempo hay que tener algo especial?
Parece una vanidad pero hay una luz especial que un artista tiene o no tiene y que hace que se desencadene esa magia. No tiene que ver con la profesionalidad, ni con ser figura, que también son importantes. Es algo que lleva uno y que se transmite por sí solo y favorece mucho a la hora de comunicarte con la gente. Y hay otros aspectos como el diseño de vestuario o la personalidad artística.

Hablando de vestuario. ¿Te has ido adaptando?
Yo he sido muy rompedora. Tuve que abandonar el pelo de rizos porque era muy avanzado, y he ido evolucionando, dejando de lado los tatuajes en la cara, por ejemplo. Me he ido amoldando a cada momento de mi vida profesional. He marcado moda, desde el año ’68, paralelamente a las diferentes etapas musicales.

Te has adaptado hasta el punto de participar recientemente en programas como “Vivo cantando” y “La Voz Senior” –que ganaste.
De hecho nuestra carrera ha tenido un recorrido participando en concursos y ganando en muchos de ellos. Vivo Cantando supuso resucitar momentos importantes y me lo pasé genial. Pude disfrutar de actuar delante del público con unos medios espectaculares. Y participar en “La Voz Senior” fue todo un reto, fue una reivindicación de que seguía ahí y que la edad no cuenta.
Para retos la versión que cantaste “A mi manera”
“Te extraño” o “A mi manera” no las escogí, todo vino del programa. El director musical Jorge Villaescusa lo comentó y me dejé aconsejar. Lo cierto es que me gustan las baladas y las manejo bastante bien, con los giros que hay. Y por eso me sentía cómoda. Cuando tienes un estilo personal claro no te tiene que asustar ningún tema porque lo tienes que hacer. Aunque siempre te la juegas, evidentemente.
Ganaste el concurso… y llega el Covid…
Terminé el concurso con una ilusión tremenda y el maldito Covid acabó con todos estos sueños. El confinamiento lo paró todo y ha sido como empezar de cero. Me costó digerirlo porque no recogí los frutos del éxito del programa. Y este año se ha despertado la contratación muy tarde. Nos ha costado arrancar con eta pandemia. Pero seguimos ahí.
¿Y para finalizar, quien es Helena Bianco por si queda alguien que no te conozca?
Helena Bianco es un compendio de muchas cosas. En mi hay varias Helenas: la niña que nació tímida y sin medios y empezó a descubrir lo que era la música y se sentía sola; la valiente que se va a Madrid a pelear con 100 pesetas y una maleta horrorosa; la humana que intenta encajar lo que eres como ser humano y no solo como profesional y encajas. Y luego la fuerte que sigue existiendo en mi, que se levanta cada mañana con cosas nuevas, con proyectos nuevos.

Da para un libro…
Ya lo creo. Todo esto se verá muy plasmado en un libro que va a editar la Editorial Milenio el mes de enero, donde pongo dos Helenas pero pienso que hay tres Helenas en mi vida.
En los años sesenta y en Jaraíz de la Vera (Cáceres) yo tocaba la batería en un grupo de mi pueblo, Talavera de la Reina.
Entonces se llamaban Los Jolys (o algo parecido).
Ellos actuaban como atracción y nosotros hacíamos la música de baile.
Me pidieron que les acompañara y con un pequeño ensayo, a mis 15 o 16 años, así lo hice.
Ya lo creo, es una gala que recuerdo con mucho cariño. Fue la primera y para hacerla tuvimos que dejar en la pensión las 2 guitarras acústicas. Eso nunca se olvida. Dile por favor que gracias por su recuerdo. Besos