Texto – Albert Roca. Fotos – Moises Fernandez Acosta-Archivo.
Pablo Vázquez siente el teatro muy dentro suyo, con ese contacto tan especial que tiene con el público. Y en cada papel suyo hay un nuevo reto. Le hemos visto en Vis a Vis: El Oasis”, «Estoy Vivo”, y sigue con ese gran feeling con el teatro, como podremos ver en El Teatro de la Zarzuela, con Los gavilanes, dirigida por Mario Gas.

¿Cómo preparas los personajes que interpretas?
Desde la sinceridad y autenticidad. Desde mi mismo. No me imagino un personaje, sino que imagino a Pablo lo que le ha tocado vivir y hacer. Y lo preparo desde una manera muy normal. Procuro ser yo mismo.

¿Y el teatro que supone para ti?
Mi vida es el teatro. Mi formación es teatral. Mis comienzos fueron en el teatro y allí sigo. Ahora participo en el Teatro de la Zarzuela que estrenamos el 8 de octubre la obra Los gavilanes”, dirigida por Mario Gas. Un género muy divertido y relacionado con la ópera y con todo lo que conlleva ser un gran espectáculo en directo.

El directo no tiene precio…
Y es que la función nunca es la misma, en el día a día. Todo y que todavía estamos en pandemia. Y es una situación extraña poner en los asientos las cruces rojas.

¿Hay algún filme emblemático para ti?
Recientemente vi Casablanca”, una película que tiene muchos significados. Un momento especial es cuando el personaje de Paul Henreid que interpreta Viktor Laszlo ordena cantar La Marsellesa para callar a los nazis. Leí en un libro de José Antonio Gonzalez Casanova que mandan decir que diga que si a Humprey Bogart y la orden es para cantar la Marsellesa. Asiente con la cabeza y es cuando comienzan a cantar. Uno de los momentos más bonitos no sólo para la historia del cine si no para la historia de la libertad.

Pero la habrás visto ya varias veces..
He llegado a verla en un cine pequeñito de Barcelona, ya hace unos años, cuando estaba haciendo la obra El enemigo del pueblo”. Y un lunes que no trabajábamos nos llevaron a ese cine.
El nombre Casablanca también es importante para ti por el premio que recibiste
Hace muchos años me dieron un premio al mejor actor secundario en Casablanca por Esperando a Godot. Fue todo un reto estar en un país tan exótico y con una función muy compleja que no la entendían.
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