Texto – Albert Roca. Fotos – Albert Roca-Marcos Málvarez-Sergio Lardiez (Entrevista realizada el viernes 6 de marzo)
En el mundo del deporte hay una serie de deportistas que son imprescindibles. Son aquellos que están en el banquillo y cuando les dan una oportunidad de salir no les importa que demarcación les asignen. Son imprescindibles, como lo es la actriz Paloma Otero, que a pesar de su juventud ya ha vivido tantas vivencias como para explicarlas en un libro. Ha sido modelo de patronaje para Inditex, de pintura en escuelas de Arte. Trabajó en una fábrica, en infinitud de bares y restaurantes. Fue cuentacuentos, pero lo que más disfruta es de su trabajo como actriz… Un sinfín de cosas. Y por si no fuera poco, ahora desarrolla la faceta de productora, guionista y editora con su propia productora: ¨La Vikinga Producciones¨, que espera que le reporte mucha satisfacción personal y profesional.

Empezamos hablando de Servir y proteger
Estuve unos 10 capítulos y tuve la suerte de coincidir con muy buen@s compañer@s que me acogieron en seguida. Acababa de aterrizar de Nueva York, donde me fui para entrenar en la escuela de Susan Batson y también con John Strasberg gracias a una beca. Me llamaron justo al día siguiente de llegar a Madrid para darme el papel, fue una alegría.

Interpretabas el papel de una actriz valenciana que quería probar suerte
Me costó muy poco identificarme porque me resultaba muy cercana la situación que atravesaba el personaje. Vaya, es mi día a día.
¿Cómo es la realidad de ser actriz hoy en día?
Es bastante complicada. En mi caso, lo tengo que compaginar con diferentes trabajos, cosa que tampoco me desagrada. Antes me enfurruñaba pero ahora asumo mi realidad. He aprendido a ser feliz con lo que venga, a capear el temporal desde la creatividad. No sería quien soy ahora de no haber tenido que pasar por tantos momentos de dificultad.
Me he decantado por seguir mi propio camino, abrir la mente y llevar a cabo el concepto de ¨Multipotencialidad¨. Creo que resulta mucho más enriquecedor seguir aprendiendo nuevas disciplinas que estancarse ante la adversidad.
También he abierto en Galicia una productora para crear mis propios contenidos, La Vikinga producciones. No nos podemos quedar con los brazos cruzados, hay que avanzar e inventar para mantenerse despierto y creativo. Y que la suerte nos pille trabajando!

¿Y qué temas te interesa explicara través de la productora?
Siempre estoy a la caza de historias, de situaciones, de vivencias. Soy muy observadora y me quedo con todos los detalles pero principalmente y por cuestión de cercanía, historias cercanas a la realidad que me rodea. Mujeres que rondamos los 30 años y que nos hemos esforzado mucho en estudiar y en crecer a todos los niveles. Que nos topamos con un muro importante en lo profesional, con ese no constante que nos ha llevado a reinventarnos una y otra vez.
Creo que la impotencia y la frustración bien canalizadas pueden funcionar como motor de cambio, sobre todo para uno mismo.
A mí la incomodidad siempre me ha llevado a buscar nuevos caminos y al final, todo está interrelacionado. Todo sirve, todo suma.
Pero has trabajado en muchas cosas…
Sí, muchísimas. La fábrica fue sin duda el trabajo más duro con el que tuve que lidiar. Fue después de estar un año trabajando en una serie diaria con un papel importante. Acabó la serie y no tenía nada a la vista, me ofrecieron el trabajo y lo acepté porque me pareció una buena oportunidad la de ponerme en esa situación. Cuando me descubro a mí misma quejándome por alguna banalidad recuerdo aquellos dolores de espalda, los madrugones a las 5 am para ir a cortar tela durante 8 horas y se me pasa la tontería, me ayuda a relativizar. También recuerdo cuando repartía flyers por la calle de una discoteca de Madrid. Eso sí que era tremendo… La madrugada, el frío, la soledad…
También has trabajado en varios proyectos de televisión…
He tocado muchas puertas. Todo lo que he conseguido ha sido por insistencia y perseverancia. La precariedad en la que he vivido tantos años (me fui de casa a los 17 años) me agudizó el sentido de saber ver las oportunidades, que no son muchas pero cuando se dan, las agarro con fuerza.

Mirando hacia atrás…hiciste culebrones en Latinoamérica….
Sí, tenía 25 años y trabajaba muchas horas en una hamburguesería en Madrid entre semana. El fin de semana ponía copas en un bar de la Latina y cuando podía también hacía cuentacuentos. Entonces leí que buscaban una actriz para protagonizar una serie nueva en Latinoamérica y a base de insistir e insistir aceptaron hacerme un casting online. No me gustaba mi realidad en Madrid y puse mucho empeño en poder acceder a esa prueba. Después de enviarla, me ofrecieron un billete de ida a Caracas pero sin garantías de darme el papel. Yo cogí las maletas y allí me planté. Me lo dieron. Era el año 2013 y las cosas en Venezuela se estaban poniendo cada vez más difíciles así que por temas políticos y de peligrosidad tuve que marchar después de vivir allí un año y tres meses. Es una lástima pues se trataba de una producción muy interesante y de muy buena calidad. Fue muy duro no culminar el proyecto después de tanto tiempo invertido en él pero esto va así, y hay que aceptarlo y seguir remando.
En tu querida Galicia te hiciste muy popular por “O faro”
Venía de Los Angeles, donde había estado tres meses gracias a una beca concedida por la Diputación de A Coruña, justo después del fracaso con la serie (fue lo que me salvó de quedarme en el abismo total).
Sin conocer prácticamente a nadie (llevaba 10 años fuera) llamé a todas las puertas posibles en Galicia porque sabía que si volvía a Los Angeles quizás ya no regresaba por un buen tiempo a casa y nada me apetecía más que pasar un tiempo en mi tierra. Al final logré contactar con la productora de la serie (llamando a la Televisión de Galicia directamente porque los emails se diluyen y no los responde casi nadie). Al día siguiente cerraban el casting pero al saber de mi historia se interesaron y me hicieron una prueba express a la mañana siguiente. Tuve muy pocas horas para preparar una prueba para la que normalmente se necesitaría una semana pero a veces la presión juega a favor. Me puse las pilas y fui a por todas. Recuerdo la alegría cuando me llamaron esa misma tarde para darme el papel. Suponía poder quedarme en casa, un respiro.
“O faro” fue una familia, una escuela diaria. Todos los días rodábamos muchas secuencias y creamos vínculos muy fuertes que a día de hoy mantenemos.
En Galicia de nuevo con Fariña…
Fue un pequeño papel donde interpretaba a la mujer de Elder, un narcotraficante colombiano. Me gustó poner en práctica mi acento colombiano el cual aprendí en la temporada en que viví en Bogotá. Me hubiera encantado que el personaje tuviera un mayor recorrido porque había un equipo técnico y de actores y actrices maravilloso. A la vista está en el resultado.
Y pronto en Desaparecidos
Sí, pendiente de emisión. En ella tuve la oportunidad de trabajar con una actriz a la que admiro, Elvira Mínguez. También compartí escena junto con Laura Barredo, fue un verdadero placer y me trataron de maravilla.
¿Y cómo te gusta definirte?
Soy pasional en todo lo que hago, también en mis relaciones afectivas del tipo que sean y en mi manera de estar en el mundo.
Despistada, creativa, sociable y mucho más tímida de lo que parece aunque lo tape con mi extroversión. Me escondo muy bien tras los personajes que interpreto pero cuando me toca mostrarme en público lo paso mal, me pongo roja muy a menudo. De pequeña sufría mucho por esto pero a estas alturas lo tomo con humor.
Soy obsesiva con el trabajo ya que me involucro a fondo en lo que hago, tengo que dosificarme porque no tengo límite y al final lo padecen las personas que me rodean en mi día a día.
También me fascina observar y compartir. Soy muy feliz en un set de rodaje, sobre unas tablas o haciendo el payaso con mi familia y amig@s.

¿Y tienes referentes?
Tengo varias actrices por las que siento predilección: Emily Watson, Kathy Bates, Juliette Binoche, Kate Winslet, Isabelle Huppert, Jessica Chastain…
Aquí en Galicia me encantan Patricia de Lorenzo, Luisa Merelas y María Vázquez.
Y también mis amigas y compañeras, que me inspiran cada día y me ayudan a crecer.
Y para finalizar. ¿Ilusionada con la productora?
Mucho, me siento feliz por haber logrado emprender un camino que no sé hacia dónde me llevará pero que únicamente depende de mí, de mi esfuerzo y de mi creatividad. Sentir que llevo el timón de mi propio barco me genera tranquilidad.
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