Texto – Redacción-Universal Music.
¿Quién es esta enigmática artista que parece venida directamente de otra época? Voz, ojos, caderas, energía, La Zarra lo tiene todo, sin concesiones. Una libertad deslumbrante, orgullosa, conmovedora. Surge como si fuera un gran clásico de Hollywood con la obstinada independencia de las grandes voces sin amarras. El estilo elegante y llamativo de Audrey Hepburn o Marilyn Monroe, con el sentido de la tragedia de Édith Piaf, la embriaguez posmoderna de Lady Gaga, la franqueza desnuda de Barbara y la fragilidad de Dalida…
La Zarra siempre se atreve a ir más allá. ¿Sensual? Evidentemente, jugando con los enigmas de un misterioso misterioso corazón. ¿Moderna? ¿Vintage? Todo a la vez, pero sin copiar ningún modelo, siempre ávida de fuerza y elegancia.
Al crecer en Canadá, soñaba obviamente con la Francia de la moda y la canción, al tiempo que descubría las voces orientales que se oyen en una familia de origen marroquí.
Comienza a escribir muy temprano, como preludio de sus canciones de hoy, que hablan de ella: confesiones agudas, sentimientos categóricos, canta, con su voz cálida y distinguida, sus deseos, sus esperanzas, pero también sus sufrimientos y desilusiones con una precisión sin igual…
La Zarra es autodidacta y lo ha construido todo. La niña que se pasaba horas delante de vídeos de Mylène Farmer y Céline Dion en concierto, soñando con la vida de un artista… Y, hoy, es por Francia por donde late su corazón y vibra su arte, donde se inventaron la mujer libre y el más imperioso de los romanticismos. Una historia de amor sublime e imprevisible, que vive desde su llegada a la capital, la ciudad de las posibilidades, como un sueño demasiado fuerte para no despertarnos.
Barnafotopress 
Deja una respuesta