Texto – Redacción-Albert Roca. Fotos – Albert Roca.
Uno de los momentos centrales del Festival de Cine de Sitges se vivió este pasado viernes con el Premio Honorífico de Najwa Nimri, que a pesar de su juventud con sus 48 años ha estado presente por algunos de los títulos más imprescindibles del cine español y también en la televisión.
Llegó radiante, eufórica, contenta, y con muchas ganas de reivindicar su amor por el cine y dar las gracias a Sitges por el compromiso que tiene con él, y gracias al cual muchos directores han podido llevar a cabo muchos de sus proyectos, como explicó en su discurso de agradecimiento.
Fue un discurso lleno de vida y naturalidad, y ya en la posterior rueda de prensa celebrada el sábado dijo sobre sus papeles de mala que le han dado últimamente que «Mis ángulos de la cara ante la cámara salen y me convierto en una cosa; cuando me filman, doy de mala y por eso me toca hacer más papeles de malvada».
Y sobre la última temporada de «La casa de papel» avanzó que » «No puedo hablar mucho, pero sí puedo decir que tiene que ver con Sitges; lo que estoy rodando ahora va a un extremo bueno, bueno, a unos monstruos buenos».
Una trayectoria exitosa
Después de debutar en Salto al vacío (1995), uno de los hitos del cine independiente estatal, por la cual obtuvo el premio a la Mejor Actriz Europea al Festival de Berlín, la actriz nacida en Pamplona y de ascendencia jordano-española, empieza una carrera fulgurante que la convierte en una de las actrices españolas más destacadas de su generación, con películas de género como Abre los ojos (1997) de Alejandro Amenábar, una de las películas clave del fantástico europeo, Los amantes del círculo polar (1998), Fausto 5.0 (2001), Verbo (2011) y Quién té cantará (2018). Además de compaginar el cine con su otra gran vocación, la música pop, también se ha convertido en una estrella de la televisión gracias a las series Vis a vis y La casa de papel.
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