Texto – Albert Roca. Fotos – Carlos Ferriz. Entrevista realizada en el Cambridge Soho Club.
En una de las grandes citas cinematográficas del año: el Festival de Málaga, el actor Manolo Solo participa en dos de las películas, que se proyectan: “522, un dato, un chino y un ladrón” y “7 razones para huir”. Dos nuevas películas para un actor camaleónico, que ganó el Premio Goya el 2017 con el filme “Tarde para la ira”, de Raúl Arévalo, dentro de una extensa trayectoria televisiva, en grandes producciones y también en recordados papeles cinematográficos.

¿Desde cuándo empezaste como actor hasta ahora, que es lo que más has cambiado?
Que la boca no se me seca completamente como al principio, por los nervios. Una de las cosas que denotan la experiencia del actor es que no se pone nervioso, que la cámara y la responsabilidad no le alteran, no le pueden. Yo recuerdo como al principio me sudaban las manos y la lengua se me pegaba al paladar y gastaba demasiada energía en intentar que eso no se me notara.
Desde «Compañeros» a uno de tus últimos trabajos televisivos “La peste” por ejemplo. ¿ Como ha evolucionado la ficción española?
Hay más profesionalidad, estamos más y mejor preparados en todos los departamentos; artísticos y técnicos. También se van diversificando los perfiles y los formatos: hoy en día cada vez se hacen más series para minorías y no tan minorías, (ya no se intenta llegar a todo el mundo, a todas las edades y segmentos de población) e incluso se está acortando la duración de los capítulos. Técnicamente también se ha progresado mucho, cada vez se “realiza” mejor. Ha habido una mejora en todos los aspectos.

¿ Y que te atrae cuando te llega un papel?
En un nuevo papel me gusta que la historia me aporte algo como actor y también como potencial espectador. Y que no me lleve por el lugar común. Que me sorprenda y que me aporte, me enriquezca y que me toque a nivel emocional también. Y si puedo aprender algo mucho mejor.
Otro apartado es la documentación cuando has hecho series históricas como “La peste”
En esta serie me documenté bastante sobre la época época y sobre la Inquisición. Fue muy interesante ese proceso: conocer aspectos que desconocía de la ciudad donde crecí, Sevilla. Descubrir que en los siglos XVI y XVII se vendían esclavos al aire libre junto a la Giralda. De hecho, la cofradía de “Los negritos” en Semana Santa, la formaban originalmente solo esclavos negros.
¿ Y también estas series históricas tienen un valor didáctico?
Puede ser, para la gente que no suela acercarse a un libro. Puede suceder que el visionado de una serie histórica les mueva a buscar el libro ( o internet) para profundizar y ahondar más. A mí esto me pasaba a veces en mi juventud, cuando veía películas de aventuras y quería bucear después en los libros -normalmente viejas y voluminosas enciclopedias- para ampliar la información o afinar el contexto histórico.

Hace dos años ganaste el Goya con “Tarde para la ira” de Raúl Arevalo. ¿ Qué recuerdos tienes de esa película?
Fue un proyecto largo, de 8 años atrás, y Raúl me había dicho que quería que yo hiciera un personaje pero que dudaba entre dos. Finalmente se decidió por el que más miedo me daba. Y no exagero si digo que me daba MUCHO miedo. Sinceramente: yo como director de casting no me hubiera cogido a mí. Pero lo que me llegaba de Raúl, lo que me transmitió en todo momento fue confianza. Me dijo algo así como: “Yo quiero que lo hagas tú porque no sé que vas a a hacer pero creo que te vas a desmarcar del mero estereotipo”. Tuve hasta pesadillas. Como los personajes los suelo y construir “a través” de mí, en ese caso no veía qué aspectos míos le podían servir. No me veía para nada: de barrio marginal, golpeado por la vida, superviviente, con un punto peligroso . Yo me preguntaba “¿ Pero qué le puedo dar a este personaje de mí?”. Leía el texto en casa en voz alta y me sentía un impostor.
¿ Y cómo lo resolviste todo?
Pues se me ocurrió cambiar el acento para llevarlo al lumpen andaluz, para estar más cómodo sentirme menos tramposo -Raúl me daba libertad- y probé con la voz una disfonía. Por probar. Y hubo un click, fue como si la voz trajera de la mano al personaje, como si de repente revelara su esencia y su pasado de vida arrastrada y al límite y a la vez lo conectara conmigo. Fue un rayito de esperanza. Inmediatamente le mandé a Raúl un mensaje de voz de wasap improvisando un poco el personaje desde esa manera de hablar. Lo que hizo fue enseñar ese mensaje a algunas personas (algunos me conocían pero no me reconocieron) diciendo que había encontrado a un tipo de la calle que igual podía dar el papel… y funcionó. Se lo creyeron.Y esto convenció a Raúl. Luego ensayamos…y yo dudaba…y él me tranquilizaba…y luego rodamos…y yo dudaba…y el seguía tranquilizándome. El porcentaje de responsabilidad de Raúl Arévalo sobre el Triana es muy alto.

Para finalizar, en el Festival de Málaga presentas dos películas
Sí, una con un papel pequeño pero muy peculiar en “522, un gato, un chino y mi padre” de Paco Baños, una road movie entre el sur de España y Portugal. Y la segunda película, “7 razones para huir”, que como el nombre indica son 7 historias. Yo participo en una en la que coincidí con dos grandes: Emma Suárez y Sergi López.
Deja una respuesta