Texto y Foto Noelia Baldrich.
Pocos, muy pocos son los escogidos que pueden ofrecer conciertos como los que presenta Manolo García en su Gira Teatral, que recayó en el Teatre Coliseum esta semana.
Sus directos son de calidad exquisita y de una intensidad extraordinaria. Más que conciertos son auténticas obras de arte que se recordaran, por inolvidables, como Los días intactos. Patrimonio cultural, sin duda. Sólo él, artista polifacético -músico, pintor, escritor- es capaz de pintar un cuadro musical donde se den cabida el impresionismo, expresionismo y surrealismo elevado a la quintaesencia musical.
Trazos surrealistas decoraban el anfiteatro: botellas recicladas y peces de aluminio colgaban de anémicos árboles, jaulas de pájaros sobre el escenario y sobre él, una red de pescadores con cientos de objetos recogidos del mar. La escenografía enviaba el primer mensaje: el compromiso por el medio ambiente. El expresionismo no se hizo de esperar. Rodeado de su banda, siete magníficos músicos, el cantante catalán dio un recital en el que estuvo soberbio. Casi tres horas de concierto que dieron para hacer un recorrido a toda su trayectoria musical -alrededor de treinta temas-, tocar el bongó, bailar, opinar y bajar.
Deja una respuesta