En marcha el rodaje de MIS HIJOS VALEN ORO, ópera prima de Susan Béjar

Texto – Redacción. Fotografías – María Heras.

Ya está en marcha el rodaje de Mis hijos valen oro, una comedia familiar dirigida por Susan Béjar y protagonizada por Antonio Resines, Gracia Olayo, Alberto Olmo, Itzan Escamilla, Lucía Caraballo, Raúl Cimas y Clara Lago. Además, cuenta con la colaboración de Bianca Kovacs.

© Maria Heras

Basada en la película original francesa Mes Très Chers Enfants, de Alexandra Leclère, la adaptación del guion es obra de Susan Béjar Ángela Armero.

La película se rodará durante 7 semanas en Madrid y Navarra.
 
Mis hijos valen oro es una producción de Mis hijos valen oro AIE y Tornasol Media en asociación con Sony Pictures Entertainment Iberia y la participación de Movistar Plus+. La distribución en salas correrá a cargo de Sony Pictures.
 
Mis hijos valen oro es la ópera prima de Susan Béjar. La cineasta tiene claro qué la ha llevado a embarcarse en este proyecto: “Lo que me resulta más interesante y estimulante de esta comedia tan disparatada, pero a la vez tan llena de verdad, es que es una comedia familiar para familias con hijos que ya han volado del nido. Y es que las familias con hijos adultos necesitan escuchar este mensaje más que nadie, mirarse los unos a los otros, reconocerse, reírse de sí mismos, y reconciliarse desde el buen humor.

© Maria Heras

Lo que me cautivó de la película en la que se inspira es la premisa. Esto y mi amor absoluto por la comedia. Por hacer reír desde un lugar sano… y sanador. Amo la comedia. Soy consumidora de comedia, de toda, pero la que más conecta con mi sensibilidad, y por ende donde me considero más efectiva, es en la comedia costumbrista y con corazón”.

© Maria Heras

Sinopsis
En un pueblo de la Sierra de Madrid, Bego (Gracia Olayo) y Agustín (Antonio Resines) viven una jubilación tranquila entre recetas, su huerto, la pelu y los juegos de cartas con los amigos. Pero desde que sus hijos, Miguel (Alberto Olmo) y Carla (Clara Lago), se independizaron para irse a vivir a la ciudad, el síndrome del nido vacío parece haberse instalado en el matrimonio, y empiezan a comprobar, con tristeza, que sus hijos se han empezado a olvidar de ellos. Para colmo, los muy sinvergüenzas no aparecen a la comida que Bego había preparado por el cumple de su hijo, y acto seguido anuncian que no irán a casa por Navidad, lo que lleva a sus padres a idear un arriesgado plan para que vuelvan a su lado: fingirán que han ganado la lotería y que son multimillonarios.

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