El actor Iván Sánchez se estrena como autor con la novela “Sueño” –Editorial Planeta- en la que a través de diferentes personajes muestra las etapas del amor. Una novela intimista, con mucha positividad, y que para el autor ha sido el mayor proceso creativo que ha vivido hasta el momento. Una etapa que está disfrutando al máximo, reviviendo a través de las entrevistas, el proceso que vivió en este libro tan especial.
¿Cómo empezó todo?
Escribí el primer capítulo hace como dos años y ahí se quedo. Esa historia luego se me agolpaba en la cabeza durante varios meses después y empecé a hilar ideas, apuntar notas. Y seis meses después de escribir aquello pensé en darme un tiempo. Seníia algo en la entraña algo que quería contar. Me senté con esas ideas y me enfrenté a este viaje. Me he permitido contar muchas cosas a través de él y he utilizado el sueño para dejarme ir.
¿Y cómo lo has vivido?
Lo que engancha de mi profesión de actor es la posibilidad de vivir un montón de experiencia,s a través de diferentes personalidades, con esa red de saber que si te caes no pasa nada porque lo que haces es ficción. Escribir ha sido el proceso más libre que he experimentado. Me he expresado como me ha dado la gana y he navegado por sitios que como actor tengo que coordinar con un montón de personas. Aquí he sido yo.
Los tres personajes tienen nombres como exóticos: Alexandre, Danae y Sofía. ¿Hay algún motivo en especial?
En el caso de Alexandre a mi desde siempre me ha apasionado la historia y he estudiado mucho a Alejandro Magno. Sobre Danae, he ido muchas veces a Grecia –De hecho no concibo los veranos sin el Mediterraneo- y una persona que conocí allí se llamaba Danae. Y en cuanto a Sofía, es el segundo nombre de mi pareja.
¿Para amar es bueno amarse antes a uno mismo?
Cuando uno se conoce mejor es capaz de amar más sanamente a la persona que tienes al lado y no cargarla con tus historias.
¿Y se dramatiza mucho sobre el amor?
La vida es puro teatro, nos encanta el drama, y hay que vivirlo, y hay que sufrir. Pero pienso que hay que aprender a sufrir menos. Cuando llega el desamor no hay que aferrarse a él y darse latigazos. En la vida todo cambia. Todo se va a transformar. Hay que vivir plenamente y no hay que creerse tanto las cosas.
¿Y cuando se acaba queda algo de ese amor que se ha vivido?
Es bonito y sano colocar la historia vivida y seguir hacia adelante, sabiendo que va contigo toda la vida. No reniego nada de lo que he vivido.
Volviendo al proceso del libro. ¿Cuál fue la recta final?
La historia fue yo, vomité el libro, brotó a lo bestia y cuando lo escribí hice una mini corrección y lo enseñe a cuatro personas y ahí lo dejé reposar como 4 meses. Luego contacté con un corrector y pasé un periodo de 4 meses. A través de él tuvimos un diálogo donde me hacía muchas preguntas sobre el libro, donde reflexionaba sobre lo que había escrito dando respuestas muy precisas. Y es entonces cuando me di cuenta de que todo había ido muy bien. Es cuando veo que después de ese proceso estaba como yo lo quería y lo presenté a las editoriales. Y sin ningún tipo de expectativa.
¿Lo visualizabas mientras lo escribías?
Yo escribo por imágenes. Soy muy visual. Veo una imagen que me provoca lo que sea y me siento a escribir. Es como trabajo. Me pongo a describirlo todo.
¿Cómo fue el momento de poner el punto y final?
Tuve claro el final ya que en algún momento del proceso lo visualicé y supe como lo iba a acabar. Y el día que acabé me dije “Ostras, mañana no me voy a ponerme a sentar a escribir”. Y lo dije con pena, ya que fue algo maravilloso.
Pero…. Volverás a escribir….
Conscientemente estoy retrasando el momento en sentarme otra vez y no voy a tardar.
Para finalizar. ¿Qué se van a encontrar los lectores con tu libro?
Con que la lectura te lleve de viaje ya es buena señal.
Barnafotopress 
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