Texto – Albert Roca. Fotos – Jaime Menéndez.
Desde su aparición en la serie en Amar en tiempos revueltos, como Ernesto Expósito, el actor Iago García se ha convertido en uno de los imprescindibles de las series de sobremesa. Lo hemos visto en “Acacias 38” “El secreto de Puente Viejo” y actualmente en Dos Vidas, que emite TVE, como Ventura. Después de haber interpretado varios personajes considerados “malvados” su mirada se dirige a la complejidad que en el fondo todos tenemos.

¿Es duro el ritmo de las series diárias?
Las diarias tienen un ritmo de trabajo duro, hay mucha letra que aprender y son muchas horas de grabación, pero también son muy gratificantes. Los personajes son elásticos, pasando por diferentes estados psicológicos, normalmente extremos, y el arco evolutivo es una incógnita. Sabes como empieza la historia de Ventura, pero no sabes hacia donde va a ir ni mucho menos cómo terminará.
¿Hay incertidumbre en cómo será el personaje?
Sabes cuando entras con un personaje pero no sabes lo que le va a suceder. Desconoces su arco de evolución. Los primeros bloques de guión es lo único que tienes claro. Ni siquiera lo saben los propios guionistas y se dejan influir por la interpretación de uno y van encaminando en una dirección u otra la interpretación.

¿Y que ha supuesto Dos vidas respecto a lo que hayas hecho?
Dos vidas conjuga pasado y presente trasladándonos desde la Guinea Ecuatorial de los años 50, Guinea española por aquel tiempo, al Madrid de la Sierra, en la actualidad. esta división del tiempo es una aportación al género. Es un reto también a nivel de producción porque implica, prácticamente, grabar dos series en una. Además, nos traslada en el tiempo a la África colonial de los años 50. En concreto, a nuestra colonia más desconocida.
¿Cómo definirías a Ventura?
Es un hombre de su época. Es rígido, con mentalidad de posguerra y emocionalmente inmaduro. La relación con su mujer es superficial, para él es parte de la decoración, y a su hijo ni siquiera lo conoce. Tiene una imagen de él que ya no se corresponde con la real. Los hijos se tenían por convención, no por convicción. Pero si me preguntas si lo veo como un personaje “malvado”, mi respuesta sería que no. En general, trato de pensar que los personajes no son ni malos ni buenos, sino que son víctimas de sus circunstancias y de su tiempo. Sus frustraciones, su educación, el entorno familiar, todo nos condiciona. Puedo llegar a inventar un pasado remoto de mi personaje para poder justificar comportamientos de traición, de abuso, de intolerancia…
¿Y cual sería su mayor deseo?
Que su familia tuviera una actitud ejemplar de cara a la galería. Una imagen de solidez y de un entorno muy seguro en eso. Que representen lo que tienen que representar.
¿Es una serie que puede incorporar un nuevo público?
A la serie hay que darle una oportunidad. Al tener un discurso tan coral no está ligado a un personaje concreto. Hay cosas importantes en los dos primeros capítulos que explican la ruptura temporal pero también puedes verla en cualquier momento. Explora muchos fenómenos diferentes, como nuestra relación con África, en Guinea y de como los personajes vivían en arenas movedizas. Es una época donde se intuye que va a llegar al final. Son vidas que están al límite.
¿Qué recuerdos tienes de Olmo en El secreto de Puente Viejo?
Era un hombre enamorado y en el amor y la guera no hay reglas. Y esa condición le hacía bajar a los infiernos.

¿Te esperabas la acogida?
Fue extraordinario ya que tuvo unas dimensiones que no imaginamos y con un gran éxito en Italia.
Y allí trabajaste mucho
Cine, una serie, televisión, Italia es un lugar muy recomendable. Nuestra cultura es un pasaporte en esas latitudes. Nos quieren bien, y en mi caso, es un amor recíproco. Especialmente, porque aman el arte y la belleza… en España suele ser la última de las consideraciones.
Don Justo Nuñez, en Acacias 38.. otro personaje malvado
Era todavía era más malvado y mezquino que el de Puente Viejo ya que utilizaba todos los recursos para la venganza. Era terrible y lo interpreté a través de la construcción de un personaje que padecía un problema mental, una enfermedad.
Para finalizar. ¿Tienes buenos recuerdos de “Amar en tiempos revueltos?
Yo estuve en la segunda temporada. Ha sido de los mayores aciertos de la televisión en las series diarias. Pocas han conjugado tan bien la formula de la ficción diaria como lo hacia la serie. Y con ambición de gran producción.
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