Martina Gusmán: “El arte y la cultura tienen la posibilidad y visibilidad de poder transformar las cosas”

Texto – Albert Roca. Fotos – J.Ladiv.-Archivo.

La interpretación está en su Adn y que se ha desarrollado en una destacada trayectoria, con proyectos de los cuales se siente muy orgullosa. Ella es la actriz argentina Martina Gusmán que después de un año complicado para todos como es el 2020 está muy ilusionada por el que vendrá, el 2021, con el estreno de la serie El inocente, de Oriol Paulo, la película “El año de la furia” de Rafa Russo, y los rodajes de las nuevas temporadas de “El marginal” y “El mundo de Mateo”.

© J.Ladiv

La interpretación ya la has vivido desde que eras una niña, pero durante una etapa inicial hiciste producción

Yo estudio actuación desde los 6 años y he vivido siempre un ambiente familiar artístico. Mi padre es profesor de teatro, mi madre es vestuarista. Y era habitual dormir en Motorhomes y en camerinos. Y tengo ganas de parender, y hago primaria, secundaria, la carrera con Carlos Ganfolfo. Y cuando termino toda la formación me planteo si quiero ser actriz. Empezó a dudar. Mi madre estaba haciendo una publicidad de gran magnitud y me dijo que necesitaban un meritorio de producción, que era algo muy afín. Y es cuando llego a la producción, con un proceso de productora asistente a ejecutiva. Pero sucede algo, el director Pablo Trapero, mi pareja, estaba buscando a alguien que lo ayudara en producción para montar una propia productora. Y se dio entonces la circunstancia de que yo tenía más trabajo como productora pero más formación como actriz.

¿Te sirvió mucho esa etapa concentrada en la producción?

Mucho. Ojalá todas las actrices pasaran por la etapa de la producción, ya que puedes entender todo el proceso que hay en un proyecto. Ayuda a gestionar todas las cosas. Como actriz sé que puedo ser una buena productora. Un buen ejemplo es el de la película “Leonera”. Todo el trabajo que tuve que hacer con el proyecto que permitió hacer mejor de actriz, por la investigación a fondo que tuve en el penal. Tuve que entrevistarme con mujeres detenidas y luché para que la película se pudiera exhibir en el penal.

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¿Cuál es el proceso que lleva de la productora a la actriz?

Como productora descubrí que tipo de actriz quiero ser. Y es donde surge Matanza Cine, con un carácter social, y dando voz a historias que la gente no conocía.  Y a través de ella se ha podido ir a festivales con “Leonera”, “Carancho”, “Elefante blanco”….

¿Y viste que podías aportar algo a nivel social?

Con Leonera, el revuelo que tuvo ayudó a la posibilidad de que tuvieran prisión domiciliaria  mujeres embarazadas y se modificó la ley que había. Y eso es grande. El arte y la cultura tienen la posibilidad y visibilidad de poder transformar las cosas, a través del inconsciente colectivo.

¿Y te sientes muy activa en ese aspecto?

Lo he vivido en casa. Mis padres eran súper militantes en la época de los ’70, y en mi caso me considero 50% actriz y 50% social. Por ello he estudiado para poder formarme en intervenciones sociales. Mi tesis fue un taller que dicté en una cárcel para hombres en privados de su último año de la condena para reinsertarse, con disparadores artísticos.

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¿Y crees que se pueden conseguir cosas?

Claro que sí. Lo mamé mucho de cuna y está muy presente desde los 14 años. Y cuando fui madre sentí una responsabilidad más grande con la pregunta de ¿Qué vamos a hacer con esto? Intentar lo que uno pueda hacer. Me encanta la actuación, ser actriz.. y buscar el sentido de la vida.

¿Y la gente a nivel individual que puede hacer para cambiar las cosas?

Hay veces que la gente no sabe que hacer porque piensa que ha de hacer algo gigante. Y no es así. Un ejemplo es la persona que está viviendo en la calle, y es como tú y que necesita que la visibilices, que se registre como alguien, le hables y le digas algo. Recuerdo que una vez unos voluntarios me vinieron a ver y me explicaban el momento que se estaban marchando y volvieron con la persona que estaba en la calle, y que se habían olvidado de algo, que era darle un abrazo. Y esa persona sintió algo importante, que confiaban en él. A partir de ese momento sintió la posibilidad de salir de donde estaba. Y es muy significativo. Yo nunca he creído en las acciones sociales en plan de caridad ya que es una manera de sacarse la culpa, sino que hay que involucrarse.

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¿La pandemia ha sido una lección?

La pandemia en lo que seguro sirvió y ha servido es para poner el freno de mano. Un cachetazo al control y poder experimentar la incertidumbre. En mi caso yo venía de un no parar. Empezaba a rodar una cosa y luego otra, era un delirio. Después de rodar El inocente, volví a casa, y tuve un confinamiento de dos semanas por venir de Europa. Y luego el confinamiento de todos, con 6 meses en el campo.

¿Para los actores las plataformas sirven para dar una mayor visibilidad global a vuestro trabajo?

Todas las plataformas abrieron una ventana al mundo. Lo multicultural que habilita las plataformas es lo espectacular. El marginal es un ejemplo de esto. El marginal en la primera temporada ya se veía que había mucha calidad y con buenos guiones. Se hizo con un presupuesto slow cost y luego explotó gracias a la visibilidad de las plataformas. Date cuenta que yo me encontraba en París, y me reconocieron en la calle porque en el Canal Plus la estaban emitiendo.

¿En qué aspectos coincides con tu personaje de “El marginal”?

En la esperanza por un mundo mejor, en la lucha porque las cosas sean diferentes. En esa mezcla de fortaleza y vulnerabilidad.

¿Cuál ha sido la evolución de la serie?

Tiene un proceso muy interesante. La primera temporada, la dos y tres que son precuelas, y la 4 y la 5 que continuarán la primera. Y lo de las precuelas… en la temporada 1 había algo tan fuerte que las precuelas ayudaron a abrir y conocer los personajes, entenderlos mejor.  

La serie está centrada en el tema carcelario…

El tema marginal y carcelario en Argentina es súper complejo y es distinto de Europa. Pero hay una idea universal que es la esperanza por luchar por un mundo mejor. En mi personaje hay una necesidad de anestesiarse para soportar esta realidad.

¿Cómo fue tu experiencia de rodar con Oriol Paulo “El inocente”?

Oriol Paulo es lo más de lo más. Muy talentoso y le tiene un arco muy grande. Cómo es una serie muy coral hay diferentes capsulitas y se reparten los protagonistas en los diferentes episodios. Ha sido todo un desafí muy grande, ya que se reúnen acciones dramaticas, de acción, baile y con mucha complejidad.  Yo destacaría de Paulo sobretodo que a cada escena le dedicaba como si fuera la última. Como si cada escena fuera un cortometraje.

En tu trayectoria has trabajado con actores de primer nivel como Ricardo Darín y José Coronado

En el caso de Ricardo somos muy amigos. Conozco pocos actores que sean tan generosos como él. Te ayuda a encontrar el mejor plano y da muy buen ambiente en escenas dramáticas, donde le pone humor. Aprendí muchísimo de él. En cuanto a José Coronado daba gusto verlo en acción, con esa manera profesional de trabajar y tan buen compañero.

Y también con actrices de primer nivel….

En La quietud, que estuvo en Venecia y con un gran reparto, estaba la actriz Graciela Borges, que es un icono. Trabaja desde los 15 años y ha rodado con los grandes directores. Hacía de mi madre. Era algo extraordinario.

¿Cuándo acabas los rodajes sientes tristeza?

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No. Más bien al contrario. Siento mucha satisfacción ya que considero que para finalizar un rodaje has de sortear mil situaciones, luchando contra viento y marea, el clima, los caracteres de los actores, tantas cosas pueden pasar….  

Tienes pendiente de estrenar El año de la furia

No había trabajado nunca con Daniel Grao y Alberto Amman y ha sido muy alucinante todo. En la historia Daniel Grao interpreta a un militar que tiene una historia con una prostituta, que yo interpreto. En la película hay sobretodo mucho lenguaje corporal.

Hace poco más de un mes se estreno “La treintena” rodada en el confinamiento

Mis agentes de aquí me explicaron el proyecto. Y cuando lo leí vi que era perlita. Me resultó divertido en unos momentos donde estaba confinada en el campo, y tienes que cambiar de chip… rodando desde la distancia… con tu ropa diaria. Es la demostración de hasta que punto se puede seguir rodando en momentos difíciles y que además tenga un gran resultado.  

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¿Te gustaría dirigir, como tu pareja Pablo Trapero?

Tengo mil cosas que me gustaría hacer y una de ellas no es la dirección. La dirección tiene algo como muy solitaria y yo soy como algo mas colectivo. El peso del director que tiene que decidir no va conmigo. Lo que sí que me gusta, y mucho, es escribir y con Pablo he escrito varias cosas. Y hay un antecedente importante, el de Leonera, donde cosas que había escrito sirvieron de punto de partida. Y quiero profundizar con ello.

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