“Valeria”, de Elisabet Benavent, ha sido uno de los grandes fenómenos literarios de los últimos años, y ha tenido una adaptación televisiva en Netflix. La actriz Raquel Ventosa, que pudimos ver en “El Secreto de Puente Viejo” interpreta el personaje de Olga. Con un carácter positivo Raquel encara la situación actual a la espera de sus proyectos pendientes.

Te conocemos como actriz pero lo que poca gente sabe es que eres artista plástica
Desde que aterricé en Madrid, hace ya siete años, empecé a interesarme por la pintura. Para matar tiempos muertos me compré unos lienzos y algunos acrílicos, al principio los cuadros que pintaba eran nunca mejor dicho “un cuadro” pero a medida que he ido desarrollando esta faceta cada vez estoy más contenta con los resultados. De lo que empezó siendo una distracción ha terminado en dos exposiciones y en algo que me apasiona hacer.
¿Cómo definirías tu obra?
Estudié estilismo de indumentaria, es algo que ahora mismo no ejerzo y dudo que lo haga en algún momento pero me sirvió para apreciar la moda desde otro lugar. Mis pinturas parten de fotografías de moda, normalmente retratos que luego les doy mi enfoque y cambio completamente. Es una pregunta difícil la de cómo definir mi obra pero hay un concepto que me gusta mucho que es el “gore-trash”
Es un concepto inventado pero me gusta pensar que mis cuadros tienen ese toque. Suena bien.

¿Y durante el confinamiento pintaste?
Sí. Pinté bastante, sobretodo las primeras dos semanas.
Pintar me ayuda a desconectar y a no pensar en nada más que en lo que estoy creando. Supongo que por eso pinté más que nunca. Curiosamente los cuadros que salieron tenían que ver con la abundancia y la creación de nueva vida.
¿Cómo viviste esta etapa tan difícil?
Estaba desconectada de las noticias pero inevitablemente me afectó bastante a nivel emocional. Aunque no era muy consciente de lo que me pasaba, estaba totalmente removida y aterrorizada. Por suerte, entre la pintura y las pruebas de casting por self-tape me mantuve bastante entretenida y motivada.
Y precisamente en el confinamiento se estrenó “Valeria” en Netflix, donde interpretas a Olga
Recuerdo el casting que hice para la serie, cuando me lo propusieron estaba aterrada, había hecho varias pruebas para series de ficción pero nunca habían salido. Esta vez tenía un buen presentimiento y precisamente por eso la presión fue mayor. Fue el día de mi cumpleaños cuando me dieron la noticia de que estaba dentro de la serie, no tuve mejor regalo que ese. El proceso fue precioso, mis compañeras, los ensayos, las directoras, todo estaba a favor para que disfrutara muchísimo de esa oportunidad.

¿Y cómo defines a tu personaje?
Olga es una chica que tiene las ideas muy claras. Feminista, fundadora de un colectivo LGTBI, que apuesta por un futuro mejor e igualitario. Es un sueño. Un caramelo. Me hace muy feliz encarnar a un personaje como Olga, hacen falta personajes con estas características para que el mundo sea un poquito mejor. Olga es la que hace que Nerea, el personaje que interpreta Teresa Riott, se integre en la asociación y por fin empiece a llevar las riendas de su vida hacia lugares en los que se siente más cómoda.
Como mujer, ¿os sentís bien representadas en esta serie?
Partiendo de la base de que es una serie hecha por mujeres, representada por mujeres y dirigida por mujeres eso para mí ya es un triunfo. Es una serie fresca, divertida, con mucha pasión. La imagen que se representa de Madrid es preciosa. Tiene muchísimas cosas positivas, ojalá se sigan haciendo más series así.
¿Qué recuerdos tienes de “El secreto de Puente Viejo»?
Puente Viejo fue lo segundo de ficción que hice. Yo me encontraba haciendo una obra de teatro, dirigida por Manuel Velasco en los Teatros Luchana. Y vino a vernos la ayudante de Eva Yolanda, Leticia. Me vio y me ofreció directamente el papel de Magdalena, donde tenía un mano a mano con la gran actriz Marta Tomasa. “Puente Viejo” fue la experiencia más dura y fascinante que he tenido como actriz.
¿Te sientes orgullosa de haber participado en esa serie?
Muchísimo, por la gran acogida que tuvo y el gran recuerdo que ha dejado en la gente.
Me hace muy feliz haber participado en la serie más longeva de la televisión.
También estuviste en “Centro Médico”…
Sí. Fue muy interesante trabajar en “Centro Médico” ya que todo partía de la improvisación. Teníamos un pequeño texto sobre el que luego íbamos añadiendo o quitando según convenía.
Mi personaje era una chica cantante de pop que había sufrido sobrepeso en su infancia y tenía pavor de volver a engordar, por lo que abusaba de tomar unas pastillas diuréticas que le hicieron desmayarse y perder el conocimiento durante algunos conciertos. Fue interesante investigar sobre ese suceso y entender a mi personaje.

¿Te cuesta integrarte en las series que ya han tenido un recorrido?
De entrada siempre voy un poco nerviosa a cualquier rodaje y más si el equipo lleva mucho tiempo trabajando. Pero he tenido mucha suerte y en general me han tocado compañeros y compañeras con los que me he sentido súper arropada.
También te gusta la dirección…
Me encanta crear, probar, experimentar, he jugueteado con la dirección pero nada en profundidad.
Me encantaría desarrollar más esa faceta y acabar siendo un Paco León o una Leticia Dolera.
En teatro estuviste en la Sala Barts con “Piedra, papel o tijera”, dirigida por Iván Bilbao.
Es una obra preciosa a la que le tengo muchísimo cariño y de la que he conocido a gente maravillosa. Estrenamos en diciembre de 2019 y agotamos entradas todas las funciones. La obra gustó mucho y tuvo muy buenas críticas.
Nos volvieron a programar para marzo de 2020 pero con la pandemia todo se desmoronó. Por suerte, a la Sala Barts le gusta mucho nuestra propuesta y nos han dado fechas para enero 2021. Así que volveremos a vernos en los teatros.
¿Y cómo es la obra?
Mi compañera, Jelen García, es de las actrices más generosas, carismáticas y currantas que he conocido nunca. Y eso se ve reflejado en nuestro trabajo. Nos compenetramos muy bien y el entendimiento que tenemos es maravilloso.
La sinopsis de la obra podría ser algo así:
Dos amigas que tienen mucho que decirse pero no se atreven por miedo al qué dirán o miedo al fracaso.
La obra tiene drama, comedia, música y dos actrices que nos subimos al escenario y nos cuidamos y nos escuchamos tanto que es un goce tremendo representarla.

¿Cómo vives tu profesión en un momento como este?
Esta profesión es muy bella pero muy compleja y a veces siento que la tengo idealizada, por lo que intento bajar a tierra, aceptar los muchos “No” y aprovechar los pocos “Sí” que van surgiendo. Soy partidaria de que hay que hacer. En una entrevista que le hicieron a Candela Peña (actriz a la que admiro profundamente) escuché que dijo que su amiga Isabel Coixet (otra con la que me fascinaría trabajar) le dijo “Candela, hay que hacer” y esa frase se me quedó grabada a fuego. Creo que es importante moverse, conocer, hacer teatro, hacer cortos, escribir, dirigir y de ahí seguro que salen cosas interesantes.
Supongo que mi problema y mi virtud es que no sé parar.
¿Tienes proyectos en marcha?
Sí. Por suerte tengo varios proyectos sobre la mesa.
Por un lado, está por ver qué sucederá en la segunda temporada de Valeria…
Por otro, estoy deseando volver en enero a la Sala Barts con “Piedra, papel o Tijera”
Y siguiendo, hicimos en febrero, antes de que se desmoronara todo, una obra llamada “Sedom. Un pueblo llamado Pecado” dirigida por Julio Vargas que funcionó súper bien y que sería fascinante seguir representándola. De hecho tenemos varias reuniones pendientes para seguir moviéndola.
También hay un par de obras que me apetecen muchísimo de la productora Malaeva. Una escrita y dirigida por Emmanuel Medina que se titula “La Bohemia” y otra escrita por Loreto Santamaria que se titula “Bellas equilibristas” ambas están en proceso de preproducción y tengo unas ganas tremendas de ponerme a trabajar con esos equipazos. Me apetece muchísimo.
Y para finalizar. Desde que empezaste hasta la actualidad. ¿En qué aspectos has cambiado más como actriz?
Supongo que en el constante cambio está el aprendizaje. Siento que todavía hay mucho que entender y, sobretodo, aprender a disfrutar, pero desde los inicios hasta ahora me siento mucho más capaz, la experiencia me ha dado tablas y de algún modo también cierta serenidad. Creo que el cambio está en mí. En mi evolución como persona que va de la mano con mi crecimiento como actriz.
Deja una respuesta