Texto – Redacción-hkstrategies. Fotos- hkstrategies
El piloto de Moto GP Jorge Lorenzo ha dejado las motos por un día para conducir un Hot Wheels (el Porsche 911) “a tamaño real”.
El piloto mallorquín se ha tomado un respiro justo antes de la disputa del GP de Aragón para rendir homenaje al circuito más antiguo de España y segundo de Europa, el Autódromo de Terramar, que en octubre cumple 90 años desde su inauguración.
El mítico circuito, situado en Sant Pere de Ribes, celebró en octubre de 1923 el primer gran premio internacional de la historia de España, que ganó Darío Resta al volante de un Talbot, y se convirtió en un referente mundial hasta 1955, año que cerró las puertas.
“La sensación de correr en el Autódromo es indescriptible. Pilotar así, con esta pendiente ovalada, es algo único que difícilmente puedes experimentar en otro sitio. Espero volver algún día” afirma Jorge Lorenzo.
La experiencia en el Autódromo de Terramar se enmarca dentro de la filosofía de Hot Wheels de crear experiencias de conducción únicas y de llevar el juguete a la vida real, como ya hizo en Indianápolis en 2011 o en Los Angeles en 2012. En ambos casos se construyeron pistas de 30 y 18 metros de altura respectivamente, inspiradas en pistas de juguetes de Hot Wheels, para batir dos récords del mundo.
Hot Wheels ha creado experiencias emocionantes desde 1968 mediante el juego con vehículos, siempre con productos y contenidos innovadores. Hot Wheels comenzó con una línea de 16 vehículos fundidos a escala 1:64. Actualmente, se ha convertido en una marca global que refleja el estilo de vida de niños de todas las edades, con segmentos que se extienden desde juguetes hasta ropa y contenidos digitales. Hoy, más de 41 millones de niños de todo el mundo han crecido con la marca y muchos de ellos continúan siendo coleccionistas cuando son adultos.




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