La vuelta esperada de «Amistades Peligrosas»

Texto Noelia Baldrich. Fotos Albert Roca.

Hay amistades peligrosas que hacen tanto bien que hay que recuperarlas para que el público no se quede solo. Algo así ha debido pensar Cristina del Valle para volver a la escena musical después de una larga década. Ha renovado amistades, su nuevo partenair es el músico Manu Garzón, cantante de la banda de rock El viaje,  y sus canciones son más peligrosas, apuntan al corazón pero disparan a la razón. Mujer comprometida con la injusticia prefiere la lucha cuerpo a cuerpo y subirse a un escenario le confiere un mayor poder de persuasión. El arte de amar es su nuevo trabajo, una seductora propuesta donde el amor aparece en mayúsculas. Conversamos con ellos para la promoción del disco y es inevitable mencionar las injusticias del mundo. Pinceladas sobre Palestina, Egipto, Irak… “el arte es una necesidad para cambiar la vida  y hay lugares donde la gente se juega la vida por una poesía o una canción”.

¿Cuales  han sido las teclas que te han llevado a tocar otra vez por Amistades Peligrosas?

Dejé Amistades en un momento alto porque había perdido la ilusión por lo que hacia y en la música es vital, había perdido las riendas de mi vida. Y también tenía un sueño: que mi profesión jugará un papel, también, fundamental en este país y en el mundo. Creé una organización a la que me dediqué en cuerpo y alma. Sin abandonar la música hacer visible la violencia contra las mujeres. Ahora he recuperado la ilusión

¿Vuelve Amistades Peligrosas con la misma sintonía?

El reto y las prioridades han cambiando. Ahora se trata de disfrutar con el trabajo, valorar que tenemos una profesión maravillosa que está pasando por momentos muy difíciles pero que desde el arte podemos aportar ideas nuevas, creatividad, autogestión, plantearnos un modelo nuevo desde la canciones. Un modelo que ha fracasado. Y desde el arte lo hacemos con este El arte de amar.  El amor es un elemento clave en la vida de las personas para poder transformar esta realidad.¿Qué nuevos componentes traes además del masculino?

El más importante y fundamental, es precisamente Manu. Un hombre artista que aporta un modelo de masculinidad desde la parte humana y profesional que rompe con el modelo tradicional con el que estamos luchando muchas mujeres. El hecho que Manu comparta las labores domésticas es vital. Sólo el  5 % de hombres las comparte.

El compromiso social ¿es la razón de El arte de amar?

Hablamos de muchos temas: del amor desde la libertad, del placer; de nuestra visión del mundo en la versión de Seven Seconds, un rap que se pregunta donde está el amor: ¿qué nos ha pasado como seres humanos?. Abrimos ventanas al mundo, hablamos de africanos en Madrid, del nuevo racismo, de la involución de Europa, del modelo depredador que se ha llevado por delante los derechos sociales.

Incluso cogemos la  historia para transformarla. Tenemos derecho como a artistas a mostrarla de otra manera. Hay una canción en la que hablamos que la gran pasión de Cristo fue la historia de amor la Magdalena, una mujer que la historia mostró demonizada. Reinterpretamos la historia. Hay que deconstruir, desmantelando el sistema. Lo que le falta a los movimientos sociales es una ideología que los fortalezca. Hay que articular las ideas que nos permite construir.

Manu: Hasta que lo que los problemas no nos afectan directamente no protestamos. Sólo cuando nos tocan el bolsillo reaccionamos. Pero tiene que ser general.

El disco se gestó en Latinoamérica,  ¿qué estilos visten el disco?

M: El hecho de querer decir tantas cosas nos lleva utilizar distintos estilos. Muy variado. Algunos temas se están arreglando en EE.UU. Tenemos como excepción una bachata Me quedaré solo, orientada al público latino.

C: El tema Me besé, lo compuse yo, Seven seconds es muy disco con loops, el tema de Manu muy moderno casi house.

Amistades peligrosas ¿seguirá tocando la tecla de la seducción?

Por supuesto. El cuerpo es una forma de expresión y cuando un artista canta una historia de amor sobre el escenario lo está sintiendo. La  sensualidad, el acercamiento, el morbo son fundamentales, también lo hacemos con imágenes ponemos rostro a gentes y lugares del mundo. Todo para seducir al público.

En el mundo de la música ¿hay notas discordantes por ser mujer?

C: La música es un espacio curioso donde más empoderamiento y reconocimiento puedes llegar a tener pero también la lucha. Muchas compañeras pienso en Mercedes Ferrer y  otras artistas.  Cada vez que toco una guitarra viene un colega para decirme “te voy a enseñar a como tocar una guitarra”.

M: En el star system una mujer ya está reconocida pero las  mujeres músicas anónimas si que tienen una dura lucha, se crean notas discordantes.

¿Tus objectivos sociales ahora?

Ahora quiero contar y cantar a través del grupo lo que he vivido durante estos 14 años a nivel internacional con un compañero que piensa como yo. Evidentemente seguiremos interactuando en acciones de justicia. Jugando un papel social clarísimo

¿Una imagen imborrable de estos 14 años de lucha?

En Bagdad, visitamos el hospital de niños, unos días antes del ataque. Morían 7.500 niños al mes por falta de medicinas, por un embargo que el mundo permitía. Entrar en ese hospital con las mujeres iraquíes vestidas de negro con su pequeños agonizando en brazos porque ni siquiera tenían un calmante para  paliar el dolor, unas hora antes de la muerte, me pareció tan humillantemente terrible. Sentí por primera vez el fracaso de la raza humana. Me senté en un muro blanco y pensé que habíamos llegado a un punto sin retorno.

Y una opinión sobre la SGAE.

M: Había cosas ridículas, entrar en comuniones, etc. Tiene sus luces y sombras

C: Hay que dar un voto de confianza a Anton Reixa. El reconocimiento al derecho a los autores es irrenunciable.