Texto – Redacción. Fotografías – Hearst.
Victoria Federica de Marichalar y Borbón (Madrid, 2000), observadora, algo reservada y muy disfrutona, es la protagonista del número de otoño de ELLE Gourmet rodeada de viñedos históricos en la localidad de Sardón de Duero, Valladolid.
Además de su curiosidad por el mundo foodie, Vic, como la llaman sus amigos, confiesa en las páginas de ELLE Gourmet sus destinos y restaurantes favoritos, experiencias memorables e incluso revela si se considera una buena cocinera: “Disfruto una barbaridad la cocina; me relaja y me transmite paz, aunque, sinceramente, no le dedico el tiempo que me gustaría. No me considero una experta; me gusta preparar platos sencillos. Siempre que tenga una receta delante, creo que podría elaborar lo que fuese. Suelo hacer pasta con una salsa casera especial”.
Y es que de sus padres, la infanta Elena y Jaime de Marichalar, no solo ha heredado la pasión por la moda, también el interés por la gastronomía: “Me apasiona la cultura culinaria española, en general, porque en cada rincón se come increíble”. “Los recuerdos de la niñez me vuelven a través de los dulces. El chocolate instantáneo caliente en las mañanas frías o el bizcocho casero de la merienda después del colegio”, admite, además de declararse “bastante golosa”: “Las mores de dulce de leche de la pastelería Mores son mi perdición”.
La influencer también comparte con las lectoras sus tips de decoración antes de organizar una cena: “Para mí, la clave es crear ambiente sin complicarte demasiado. Velas siempre, que dan buen rollo, sobre todo las de olores suaves. Las flores frescas lo cambian todo. Un ramito en el centro y ya tienes el toque perfecto. Me encanta jugar con vajillas diferentes, mezclar colores y estilos. En cuanto a la mantelería, suelo usarla de lino o algodón, que aporta ese toque relajado pero bonito. De fondo, imprescindible música suave, que acompañe sin molestar”.
La entrevista completa, en el número de otoño de ELLE Gourmet, ya en quioscos, y en www.elle.es/gourmet.
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA.
• “Antes tiraba más a lo ya conocido, pero ahora que voy creciendo procuro educar el paladar y probar propuestas nuevas. Al final es una forma de descubrir sabores que no podía imaginar que pudiesen gustarme”.
• “Me apasiona la cultura culinaria española, en general, porque en cada rincón se come increíble, pero si tengo que elegir un lugar que me haya asombrado de verdad, diría San Sebastián. ¡Es una locura cómo se come allí! Desde los pintxos hasta los restaurantes más top con estrella Michelin. Es un destino donde comer es todo un plan y eso es algo que me encanta”.
• “Muero por ir a Japón. Siento que su gastronomía es de otro mundo, llena de tradición, pero con mucha creatividad. Desde el sushi hasta la comida callejera, todo se ve espectacular. Tengo muchísima curiosidad por probarlo y vivir su cultura a través de la comida”.
• “El cilantro no es mi producto favorito, pero en un buen guacamole… ¡ni lo noto! A lo que no puedo resistirme es a un buen tomate”.
Barnafotopress 
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