Olivia Molina: «Malditos tacones’ es una función que empieza en un lugar y te dispara hacia otro que no esperas»

Texto y fotografías Albert Roca.

Desde este martes y hasta el domingo 7 de septiembre, el Teatre Goya de Barcelona acoge la obra Malditos tacones, texto palpitante de Ignacio Amestoy, dirigido por Magüi Mira y protagonizado por las actrices Luisa Martin y Olivia Molina. Para Olivia Molina esta obra, que cumple hoy la función 90 supone su debut en el emblemático Teatre Goya.

¿Cómo definirías la obra?

Es una función de dos seres que están buscando avanzar en la vida y saber quiénes son, porque tienen la intuición, el pálpito de que hay mucho más de lo que ellas quieren saber, sobre sí mismas, sobre su vida, sobre lo que les rodea, sobre las certezas que tienen. Son dos mujeres que se encuentran en un espacio metafórico, que es una especie de tablero de ajedrez, en el que se mueven casi como si fueran batallas, como asaltos, y tienen la necesidad de confrontar a la otra mujer, al otro ser humano que tienen enfrente, con derecho absoluto de hacerlo, para saber, para tener certezas, para preguntar, para hacer preguntas al otro.

Y todo se va desencadenando a partir de cuando hablan entre ellas

La conversación que tienen las transforma profundamente, pero ellas no saben que van a eso. Cuando ellas acuden a ese cara a cara, a ese encuentro, a esa cita, intuyen, pero no saben hasta qué punto esta conversación va a ser trascendente en la vida.

¿Puede suceder siempre así, ya sea con amigos o parejas?

Depende. A veces te das cuenta de que esa conversación te va a transformar para siempre, te va a cambiar, te va a poner con otra brújula, y a partir de ahí dices, “ahora yo, sabiendo estas cosas, no puedo ser como antes”. Me parecía una premisa muy interesante como punto de partida, porque yo lo he vivido, como mujer, como ser humano.

¿Es importante escuchar o saber escuchar a los demás?

El hecho de reconocer, de valorar, de ver las batallas, los dolores, las mochilas de otras personas, también te hace poder verte a ti. Te hace tener cierta empatía y sensación de que no estás solo en el mundo, de que también otros atraviesan sus propias guerras, y a mí me conforta mucho. Creo que es una herramienta muy importante el hecho de poder, como bien has dicho, escuchar activamente, sabiendo que hay consecuencias en ello también. Y es que uno puede preguntar y no ver que te están diciendo ciertas cosas que te van a transformar, no querer hacerte cargo de… Cuando uno pregunta, tiene que asumir la responsabilidad de saber la verdad. Y eso también es un acto de valentía, como lo es plenamente esta función.

¿Y hay capacidad para reconocernos en lo que estamos haciendo, como tu personaje que tiene un cargo directivo?

Eso tiene un precio también, y yo en todo esto estoy viviendo mi vida o la vida que han diseñado para mí. ¿Hasta cuándo esta verdad puede ser sostenida? Hay personas que son capaces de sostenerla y otras no. y otras dicen, prefiero perder mis privilegios, pero saber la verdad, saber de dónde vengo, quién soy, por qué soy así… bueno, es un acto de quitarse un poco la máscara y de ser valiente para perder ciertas cosas. Estas dos mujeres se enfrentan con esas herramientas sobre la mesa. Entonces, creo que es una función que habla de temas muy humanos e íntimos.

Habla de mucha intimidad y, a la vez, como todos sabemos, lo íntimo es universal. Todos sabemos de qué está hablando esta función. Aunque las circunstancias sean distintas, aunque sean gente que está en un lugar de mucho poder, pero estamos hablando de seres humanos. Todos tenemos lo mismo.

En la obra se habla de la violencia de género

Los dos personajes lo han vivido, y en diferentes grados, en diferentes momentos, de diferentes maneras, con diferentes consecuencias, pero las dos reconocen lo que ha tenido que atravesar la otra. Y aunque les duela, como mujer, saben de qué está hablando la otra.

¿Y los personajes se acaban reconociendo en un aspecto?

Es un lugar en el que te quitas, de pronto, el personaje que nos hace atravesar el día a día, ser resolutiva, ser exitosa, y también soy todo lo contrario. No somos solo una cosa: las personas somos tan poliédricas, somos tan de opuestos. Y esta es una función que habla de todo esto. Soy una mujer exitosa, resolutiva, sobre unos tacones, atractiva, y también soy todo lo contrario.

¿Es importante hacer un “reset” para encontrarnos mejor nosotros mismos?

Yo soy absolutamente defensora de la terapia, de momentos de autoconocimiento, de parar, de búsqueda. Creo que son importantísimos, y más en esta sociedad, en este mundo tan rápido, tan hiper conectado y a la vez tan solos. Me parece importantísimo tener espacios de conquista interna, de decir cómo hago esto, cómo llevo todo este pastel ahora. Yo hago terapia desde muy joven, creo que me ha dado lugares y vías muy importantes de salud, como tú bien has dicho, no solo física, sino también, ahora que está tan de moda, salud mental.  Al final son muchas maletas las que llevamos. Entonces, sacarlo todo, con la pareja o en la amistad. Pero también con una. No siempre es el acto hacia afuera, es reconocértelo tú. Yo a veces no necesito ponerlo en la vida para que sea real.

Luisa Martín dice que la obra Malditos tacones es un cohete….

Es una función que empieza en un lugar y te dispara hacia otro que no esperas, ni ellas mismas. Lo que más más me fascina de la función es que son dos mujeres que se van encontrando en directo. O sea, son dos seres que se van deconstruyendo a medida que avanza la conversación. pero ellas mismas también están sorprendidas y se ven poniendo en el mundo facetas de sí mismas que ni ellas mismas se habían reconocido. Toda esta complejidad es la que está en el texto.

¿Qué dirías a la gente para que venga a ver la obra? ¿Qué va a descubrir?

 Es una función que muestra a dos seres buscándose, que están dispuestas a pagar el precio de saber ciertas verdades: como puede ser de dónde vengo, como puede ser quién eres tú, quién eres tú para mí, quién soy yo para ti, y rendir cuentas. Son esos seres que están en un momento en el que van a rendir cuentas. por el precio de estar en el lugar de poder en el que están, y por ser quienes son.

Para finalizar. ¿Contenta de venir a Barcelona?

He venido a trabajar varias veces a Barcelona pero es la primera vez que voy al Teatre Goya. Estoy orgullosa y muy conmovida de estar aquí.