Juan Calot “La observación es fundamental para un actor”

Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho. Entrevista realizada en Cafeteria Carretas 14.

Juan Calot, hijo de la mítica y recordada actriz Encarna Paso, lleva toda su vida sobre los escenarios. Desde su debut en televisión con “Mujeres insólitas” le hemos podido ver en diferentes producciones teatrales y televisivas, interpretando a personajes bien diversos. Actualmente lo podemos ver en la obra “Todos pájaros”, dirigida por Mario Gas.

© Santi Martínez Sancho

Desde pequeño ya viviste el mundo de la interpretación. ¿Qué recuerdos tienes?

 Todos mis recuerdos más antiguos son de teatro: escenarios, escenografías, decorados como se decía, camerinos, caras de actores, de actrices que aparecen.

Estuviste en diferentes Estudio 1. ¿Se podrían recuperar?

Claro que sí, pero hechos de otra manera. Lo que he visto es que hay mucha mitificación de los Estudio 1 porque no todos eran buenos. Había algunos de gran contenido, grandes interpretaciones y otros no tanto.

¿Y eran importantes para el teatro?

Era muy buena aportación porque muchísima gente descubrió el teatro a través de los Estudio 1.

© Santi Martínez Sancho

Has participado en diferentes biopics, encarnando a personajes históricos. ¿Cómo los preparaste?

La observación es fundamental para un actor. Cuando te toca un personaje histórico tienes que procurar echar mano de YouTube y ver imágenes, porque el recuerdo distorsiona, Se ha de hacer un trabajo de acercarte lo más posible a los tics, maneras de decir, de hablar, pero no intentando parecerte, sino elaborar a partir de ahí.

Cómo en Sofía donde interpretaste a Arias Navarro

Tenía solo dos secuencias. Me imponía hacerlo, intentando no caer en la caricatura.

¿Qué recuerdos tienes del personaje de Mauricio Figueras en Amar es para siempre?

Este personaje era un cabrón, con su libretita, apuntando todo lo que decía y desestabilizaba mucho al que entrevistaban, al personaje con el que tenían la acción. Y era muy socarrón, tenía dobleces por ahí interesantes. Pero era divertido, Me lo pasé muy bien. Una vez superado el trauma de los millones de textos que te llegan a mansalva y que tienes que memorizar para ponerlos al día siguiente o al otro, una vez superado eso, lo disfruté.

© Santi Martínez Sancho

Un personaje especial fue el que interpretaste en Bandolera

Era un coronel o general retirado, alcohólico, putero, facha, golpista, y además pendenciero. Sólo se ablandaba con un amor de toda su vida, que interpretaba la gran actriz Lola Casamayor. Y ahí eran las únicas secuencias, en las que el personaje se relajaba, o con el hijo de ella, que era un ahijado mío. Salvo en esos momentos, las otras secuencias eran fuertes, se cargó a mucha gente en la serie, porque no convenía a los intereses políticos que tenía.

© Santi Martínez Sancho

¿Te gusta interpretar personajes de estas características?

Para mí son divertidos en sentido que te hacen trabajar más.

¿Y cuál es lo más loco que te han hecho hacer?

Llevo 52 años trabajando yo, personalmente, y ha habido de todo. No te voy a decir nombres, pero hice una obra de teatro que después de hacerla, con el tiempo, pensaba como no he sido capaz de hacer esto, de hacer lo que me pedía el director, pero sin embargo si me valió para darme cuenta que si podía hacer ese disparate que se me pedía que era un disparate detrás de otro, un histrionismo que yo creía que yo no me veía capaz. Pero lo hice.

Has trabajado en teatro con Mario Gas. ¿Cómo lo definirías?

Es un animal de teatro “es el teatro”. Lo lleva en la sangre, lo siente, lo vive… Sabes que lo que hace tiene sentido. Tiene muy claro lo que quiere.  Deja que el actor o la actriz fluya, y él luego va acotando, recortando, añadiendo, sugiriendo. Yo trabajo súper cómodo con Mario.

© Santi Martínez Sancho

¿Qué tienen los clásicos para que sigan atrayendo?

Cuando son buenos, tanto los de entonces como los de ahora, y los personajes son buenos, no acabas nunca de terminar de descubrirlos. Y los clásicos no son una excepción, aunque tienen el agravante de la dificultad del verso. El verso te ciñe a unas reglas métricas, pero una vez las  has asumido esas reglas y las controlas es un traje que te sienta bien. Vuelas con él. Hice la obra El mágico prodigioso, de Calderón, y era un personaje que estaba siempre en escena, hablando por los codos, con una gran incontinencia verbal. Ese personaje era endiablado y tenía un duelo actoral con Tony Isbert.

¿Qué recuerdos tienes de él?

Era un ser humano extraordinario, buena persona, buen compañero, buen amigo, cariñoso, entrañable. Muy buen actor y con una voz extraordinaria.

© Santi Martínez Sancho

¿Dónde te podremos ver próximamente?

Sigo con la obra Todos pájaros, dirigida por Mario Gas. Es un océano de pasiones y emociones. Me entusiasma. Y yo pongo tres gotitas en ese océano. Hago dos personajes, sobre todo uno de ellos es fundamental para la historia, es la esencia del pensamiento de Muawar.

Finaliza la frase: ser actor es…

Una forma de reírte de ti mismo y de olvidar y pasar por alto tus miedos, tus traumas y tus cosas, para asumirlas de los personajes que suelen ser más interesantes.

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