Texto – Albert Roca. Fotografías–Aristóteles Jerez-Oliver Vegas. Entrevista realizada en Singular. Calle Carretas 14.
La actriz Vanesa Romero ha vivido un gran año 2025, sobre todo por la gran repercusión de su segundo cortometraje “Sexo a los 70” que ha ganado muchos premios como el del Festival de cine Internacional de Mar del Plata. Ilusionada con su faceta de creadora siempre tiene el humor bajo su foco, para relativizar la vida misma.

En el cortometraje “Sexo a los 70” hablas de un sector de la sociedad, que está allí y del que no se habla
Da pena ver cómo esta generación realmente está olvidada y por eso surgió la idea de hablar de ello y de otras muchas cosas, como de la sexualidad a partir de una determinada edad. Al final, si Dios quiere, todos llegaremos a esas edades, y que cuanto antes abramos este melón, mejor.
Y que todo se centra en la soledad
El tema de la soledad es un tema complejo. En este caso, Sexo a los 70 habla de Marga, una señora que enviudó y que vive con su nieta. Marga está muerta en vida. Cuando se muere el marido su vida deja de tener sentido. Considera que el hecho incluso de empezar una nueva relación con alguien le haría ser infiel.
Convive con dos mundos muy antagónicos, que es una nieta que forma parte de esta generación que viene pisando fuerte, con una mentalidad totalmente actualizada, diferente a la suya.

¿Cómo se construye el personaje de Marga, que interpreta Mamen?
Lo que me gusta mucho es que, a pesar de sus miedos, está deseando conectar con la vida: tener un motivo para engancharse a ella. Busca una justificación “lo hago porque quiero que lo apruebes”.
La soledad se suele justificar con aquello de “Ya estoy bien en mi soledad»
Uno tiene que saber estar solo, pero pienso que somos seres predestinados a estar con alguien. Pero lo definiría mejor: somos seres sociables y necesitamos relacionarnos. Y cuando Marga se justifica «Bueno, yo lo hago por mi nieta» reconoce que en el fondo desea estar acompañada. Hace todo un recorrido que, personalmente, me parece muy atractivo.
Y continuando con el tema de la soledad, parto de la base que uno tiene que saber estar con uno mismo y aprender a que eres tu mejor compañía. Pero también me pregunto ¿Por qué hemos de renunciar a una parte de la vida en la que podemos sociabilizar, ya sea a través de amistades a través de una pareja?. De lo que se trata es de que no sea por una creencia que te limite, sino que sea una elección de no estar con nadie porque no has encontrado el compañero ideal.
¿Es importante remarcar el tema del deseo, tenga la edad que tenga?
Yo tengo muy clara una cosa: el deseo no tiene edad y no caduca. Y en el caso de Marga se muestra que a los 70 años puede seguir experimentando en la vida. Ciertamente, nuestro cuerpo cambia y ese es el hándicap: no nos podemos comparar con nuestra versión de veinte o treinta años. Pero no por ello tenemos que renunciar a cosas maravillosas que tiene la vida. Y se puede seguir experimentando con el sexo sin tener que renunciarlo.
Me he encontrado por el camino a personas, que hasta los setenta no habían disfrutado de un orgasmo y que en estas edades sí que lo han hecho. ¡Bendito sea el momento! Y luego hay otras personas que, de repente, estan descubriendo la sexualidad, Lo que hemos intentado en el corto, desde el primer momento, es abrir esa veda para decir «asimilemos que el cuerpo y las circunstancias de nuestras vidas cambian, pero no por ello tenemos que renunciar a disfrutar del sexo de la manera como sea o como podamos.

¿Te sientes cómoda en faceta creadora?
La verdad es que me siento cómoda. Llevo muchos años en esta profesión, ya son treinta años de carrera, que se dice pronto, y en los que siempre he sido una mujer muy inquieta y muy creativa. Cuando he estado en plató rodando, y había momentos de parón, seguía experimentando y observando de lo que hay detrás de un rodaje. Además, desde pequeña, me ha gustado escribir mis historias y mis cuentos. Y además de mi faceta de escritora, hace tres años surgió mi primer cortometraje y pude experimentar como me sentía en esa faceta creativa.

¿Es un acto de valentía o de riesgo dar ese paso?
Me considero una persona miedosa y a la vez valiente. Lógicamente cuando empiezas un nuevo proyecto o una nueva faceta en tu vida, te da esa sensación de vértigo. Lo que no quería hacer era quedarme con la sensación ¿y si no lo hubiese hecho? Creo que al final, tengo que experimentar, quiero ver. Y por eso quise hacer con *Un día de mierda*, que fue mi primer cortometraje. Quise dirigir mi propia historia y el resultado fue muy bueno. Tuvimos premios y creo que me sentí cómoda en rodar y continuar experimentando con este segundo cortometraje.
¿Y tienes muy claro cada uno de tus proyectos?
En este corto lo tenía muy claro a la hora de escribirlo: las interpretaciones, el loook, y a dónde quería llegar. Si le preguntas a todo mi equipo qué es lo que destacarías de Vanesa, es que lo tenía clarísimo. Pienso que al final cuando uno lo tiene claro y pisa seguro sobre el terreno, ha de tirar hacia adelante. y mí la labor más importante era comunicárselo a mi equipo, qué es lo que yo quería.
Y esa seguridad que llegue a todo el equipo y en el resultado final
Quería que confiasen en mí. La película y la historia la podía tener en la cabeza. Pero luego tienes que tener ese don para poder transmitírselo a tu gente, y que todo salga como tenía que salir. La suerte que he tenido es que al final todo lo que yo tenía en mi cabeza es lo que está en el corto. Cuando se senté en la sala de montaje y vi como había quedado, respiré: lo había conseguido.

En tu trayectoria como actriz el humor está muy presente, y también en los cortometrajes. ¿Las cosas entran mejor con humor?
Para mí es fundamental el humor en mi vida. Intento siempre darle la vuelta a los momentos y situaciones un poco complejas. Siempre he pensado que es un bálsamo, es una medicina para quitarle peso y dramatismo a ciertas cosas. La comedia es uno de los géneros más difíciles, tanto interpretativamente hablando, como de escritura y dirección. El humor tiene una partitura determinada y de tiempo. Siempre estás jugando en una línea de si me queda corto, se queda soso y si me paso, está sobreactuado. Es un lenguaje muy peculiar, muy difícil y lo controlas o no lo controlas. A veces te sale bien, por mucho que lo controles y a veces te sale mal.
¿La comedia le quita peso al drama?
Creo que es una manera de comunicar diferente, pero que ayuda mucho. La historia del cortometraje, por ejemplo, la podía haber explicado de manera más dramática. La situación es la siguiente: una persona está sola, está perdida, una situación tensa, ¿qué hace ahora? Su vida cambia. Le quito ese peso, ese dramatismo, y lo que intento es darle ligereza, pero no por ello quitarle la importancia que tiene el tema. Si te das cuenta, el corto está tratado de una manera muy sutil y elegante. En ciertos momentos, sobre todo cuando ellos se juntan, buscas que pueda empatizar el espectador desde la comedia, y no desde el drama. Yo creo que hace falta mucha comedia.

No es ninguna casualidad que uno de los actores del cortometraje fuera Carlos Sobera ¿Verdad?
Yo tenía muy claro que era un guiño. Al final fue muy generoso porque tiene un cameo. Tiene cosas de teatro y el programa de First Dates, pero igualmente quiso venir y fue muy gratificante.

¿Y la participación del director Fernando Colomo?
Tanto Paloma Tejero, la productora, como nosotros, Raúl Ruano Monge y yo, al escribir el corto, teníamos claro que el personaje de Agapito tenía que hacerlo Fernando, pero faltaba mandarle el texto y que dijera que sí. ¡Y lo hizo!. Pero faltaba lo más difícil. dirigir a un director como él, con todo lo que ha hecho. Me ha gustado mucho trabajar con él porque es un actor muy metódico. Es de “me concentro, me pongo mi música, escucha mucho, desconecta”. Cuando estás delante tienes que saber también desconectar de tu faceta de director y convertirte en actor. Es muy cariñoso. Y luego el tándem de ellos dos, de Mamen y de él es maravilloso. De hecho, no se conocían y quise no ensayar entre ellos. No quería que se produjese un ensayo porque quería que jugase esta sensación de impresión que tiene Mamen con él. Me encantaba esa sensación de esa primera cita. Entonces trabajé individualmente con los dos, para que luego conjuntamente poder recibir esa frescura interpretativa..
Hasta el momento tu cortometraje ha recogido muchos premios. ¿Abrumada con ello?
Cuando tú haces una historia, lo das todo al mil por mil, pero nunca sabes el recorrido que puede tener y hacia dónde puede llegar. Desde el primer momento la historia arrancó y fue como de “Wauu”. Y es una respuesta muy gratificante. Y es que cuando escribes sobre el sexo quieres que tenga esa trascendencia, de querer mostrar esa realidad. Y luego van llegando los reconocimientos y premios, como un premio internacional como el del Festival de cine de Mar del Plata, un festival clase A, en el que nos llevamos el premio a mejor cortometraje internacional. Estoy abrumada y feliz. Hemos llegado hasta aquí con muchos premio y muchas selecciones, Lo que tenga que venir a partir de ahora llegará. Y si no, hasta aquí hemos llegado.

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