Texto – Redacción. Fotografís – Hearst.
Laura Pausini protagoniza una de las diez portadas de Harper’s Bazaar diciembre y se sincera en sus páginas tras recibir, hace un mes, en Madrid, el premio Bazaar Women of the Year – Achievement. A sus 51 años, han pasado 31 desde que ganó el Festival de San Remo con ‘La soledad’, y aunque hoy acumula un Grammy, cuatro Grammys latinos, más de 70 millones de discos vendidos e incluso una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, sigue recordando a esa niña de Solarolo que cantaba con su padre en el piano: «De pequeña ni siquiera soñaba con ser famosa, sólo quería cantar. Entonces no existían los talents shows. Como máximo me imaginaba siendo corista de una estrella».
Con esa sinceridad y humor que la caracterizan, la cantante italiana confiesa que, desde que empezó en la música, sus canciones exigen una experiencia física: «Cuando me encuentro con Marco en mi pueblo, le digo bromeando que gracias por los cuernos, ya que hicieron de mí una cantante que cuenta estrictamente la verdad». Y el criterio sigue siendo el mismo: «Todas las letras hablan de mí: la mayoría tratan de cosas que he vivido y otras, misteriosamente, se acaban cumpliendo en uno o dos años», admite.
Es imposible no hablar de amor con Laura Pausini, y cuando Harper’s Bazaar le pregunta por lo más surrealista que le ha pasado en un escenario, responde entre risas: «Enamorarme del guitarrista». Se refiere a Paolo Carta, su compañero desde hace más de 20 años, padre de su hija, y al que conoció por sorpresa dentro de su propio equipo: «Aquel hombre separado, con tres hijos, me enseñó que existe la posibilidad de amar siendo tú misma. Pasé de cantar sobre la soledad a no volver a sentirla, tanto que a veces me descubro buscándola».
Pero el escenario no es el único lugar en el que la artista alza la voz: «Si tuviera que decantarme por una causa social, sería sin duda la violencia de género. Me han escrito tantísimas mujeres estos años…».
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA
• «Hasta los 18 años mis padres no me dejaron salir de noche, así que me pasaba las horas cantando en casa, recortando revistas de mi madre o dibujando vestidos».
• «Mis canciones deben hacerme sentir algo visceral. Si no son capaces de ‘tocarme’, jamás se convertirán en uno de mis singles e incluso puede que nunca las saque».
• Sobre Rosalía: «Su profundidad puede revolucionar el mercado. Va más allá de lo que las discográficas piden habitualmente. La admiro profundamente por esa valentía».
Barnafotopress 
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