Juan del Val: «En mi novela se habla del amor en todos los sentidos»

Texto – Albert Roca. Fotografías – Santi Martínez Sancho.

Juan del Val es el ganador del Premio Planeta con la novela «Vera, una historia de amor», donde el autor vuelve al universo femenino, muy presente en todas sus novelas, y que aquí se define a través de la madurez de Vera y la pasión que siente, y que le hace establecer preguntas sobre que es lo que quiere o mejor, lo que no quiere.

© Santi Martínez Sancho

El titulo del libro es muy personalizado hacia la historia de amor de Vera

Es Vera, una historia de amor, pero se refiere un aspecto más global, de que hay muchas historias de amor y muchas maneras en las que hablo del amor y del desamor. Y eso se refiere tanto a la historia de amor de Vera con Antonio, la de desamor con Borja, y también el amor entre hermanos, como Antonio con Diego, o el amor de madre a hijo.

Te gusta mucho remarcar ese aspecto más general respecto al amor

Evidentemente podemos entender el amor como algo que tiene que ver con el amor romántico. En esta historia hay mucho de eso en Vera, de la historia de amor entre dos personas que son a priori muy diferentes, como Vera y Antonio. Pero en realidad se habla de amor en todos los sentidos y de desamor, de deseos y ausencia de ellos.

© Santi Martínez Sancho

Sin ser una novela erótica hay momentos eróticos

Hay un aspecto recurrente en todas mis novelas y son las escenas de sexo. Y en este caso hay mucho sexo de lo que parece a simple vista. Si hay una serie de personajes y tienen una vitalidad, una de las cosas que les pasan a todas las personas es inevitablemente el sexo, ya sea el hecho de vivirlo, no vivirlo o el deseo. El personaje de Vera emprende una vida distinta a la que ha tenido durante mucho tiempo, donde su vida tenía que ver con la rutina. Y allí es cuando aparece esa vivencia.

Un aspecto de tu novela son las clases sociales, en el que Vera pertenece a la clase alta

No trato de denunciar nada, sino poder exponerlo a partir de la situación que vive Vera, con una vida aparentemente confortable. Yo quería situar a Vera en un entorno de privilegio y sin excesivos problemas, ni económicos ni de ningún tipo. Porque al final lo que me interesaba era cómo podría una persona salir del sitio en el que donde está para poder encontrar el autoconocimiento y su verdadera libertad. Que se pueda cuestionar que es lo que quiere o no quiere, o quien quiere ser.  

Y Vera da el paso

Parece un sitio que tiene mucho más que ver con la incertidumbre, pero que está deseando vivir.

Con un hombre de otra clase social

Esto está en la historia de la literatura y de la humanidad desde hace muchísimos siglos. Hay algo que tiene que ver con que verdaderamente quieres ser, independientemente de lo que te rodea. Y ese viaje que hace Vera, es el eje central de todo. Es una historia de amor entre personas que a priori son muy distintas en cuanto a condición social, en cuanto a biografía, en cuanto a bagaje personal, incluso él es más joven. Eso es lo que me interesaba contar: salir de un entorno más o menos confortable para irte a algo que ella intuye que debe ser un poco el abismo, pero que le apetece vivir.

Juan del Val con la finalista del Premio Planeta Ángela Banzas © Santi Martínez Sancho

Y que además le llega en la madurez

Es un momento vital especialmente en las mujeres. Me interesa mucho esa edad, 40, 45, 50, 55, donde ya se te han quitado todas las tonterías de la juventud y ahora verdaderamente tienes un bagaje suficiente como para saber qué quieres hacer, qué no quieres hacer, hacia dónde quieres ir. Poder descubrir quién eres sin el peso de las fantasías o la inocencia, cosas más propias de la juventud.

Asimismo, saber lo que quieres probablemente ninguno lo sepamos. Sí que es más sencillo, aunque no tan fácil, saber qué es lo que no queremos. En el caso de Vera sabe clarísimamente qué es lo que no quiere.

¿Qué es lo que le atrae Antonio para poder enamorarse?

El amor al final no tiene una explicación definida. La novela empieza así, tiene que ver más con una mirada a tiempo, una risa, algo que tiene que ver con que te enamores de alguien. Y al final yo creo que el amor puede estar demasiado idealizado. Pienso que el amor es una cuestión de intereses. El amor de verdad, el puro, solamente lo es si es interesado. El amor tiene que ver con alguien que te da algo que tú no tienes y buscas. Y puede ser desde la belleza hasta la inteligencia, el dinero, las experiencias… Buscas alguien que te da algo que necesitas o que no tienes. Siempre tiene que ver con algo complementario entre dos personas libres.

¿No crees en aquello de la media naranja?

No. Creo en la unión de dos personas que buscan algo que el otro tiene y que tú necesitas. Para mí eso es lo que es el verdadero amor y eso es en el conocimiento a base de los años, de cómo se alimenta, incluso con las propias vidas que vive cada uno.

Y que puede llegar en cualquier momento…

El enamoramiento no tiene edad, te puede pasar a los 12 años, a los 15 años y a los 89 años.

Un aspecto común de todas tus novelas es el humor, aunque en esta no está tan presente ¿Verdad?

Para mí el humor es fundamental. El humor creo que es lo que nos salva de todo, lo que nos defiende de todo, lo que en el fondo es algo muy importante en mi vida y en todas mis novelas.  En esta novela está presente en diferentes momentos, cuando retrato algunos personajes de Sevilla y algunas cosas un poco absurdas, y también tragicómicas, como descubrirá el lector.

© Santi Martínez Sancho

De nuevo también entras en el universo femenino que tan bien conoces

Me interesa mucho y siempre estoy atento. No soy una mujer, evidentemente, pero cuando hay lectoras mujeres que leen la novela y dicen «es increíble que esto ya lo haya escrito un hombre», es el síntoma de que lo he hecho bien. La novela Candela, por ejemplo, fue premio Primavera de novela y está escrita por una mujer en primera persona.

¿Al hablar de otro género te permite tomar distancia, que directamente no se aprecia?

Puede ser cierto. Puede ser que esa perspectiva que te hace mirar un poco desde fuera. Hay que estar muy atento a lo que verdaderamente les pasa a las mujeres: cómo sienten, cómo aman, cómo lloran y cómo tienen sexo. Es importante no perderte ningún detalle.

© Santi Martínez Sancho

Hay una historia de amor, pero también es importante todo su entorno

Es evidente que nosotros somos lo que somos, pero somos donde nacemos, somos el entorno, las oportunidades que hayamos tenido, la educación que hayamos tenido en diferentes. Y esto sucede con todos los personajes: Vera, por supuesto y también con Antonio, que vive en un mundo completamente distinto. También sucede con Borja, que ha sido educado con conceptos relacionados con el honor, y que tienen que ver con el orgullo, con el no perder, pues también es víctima de eso y hace, sin justificarlo, diferentes cosas que tienen que ver con eso.

Al final, claro, el «soy yo y mis circunstancias», no lo he inventado yo. Es algo que sucede. Y nosotros somos, desde el día que nacemos, producto de un montón de cosas, aparte de lo genético, lo que realmente somos nosotros. Pero donde tú naces, cómo son tus padres, cómo es tu entorno, eso es determinante.

¿Qué le dirías a la gente para que lea tu novela?

 Yo reivindico el entretenimiento. Que alguien cuando lea la novela diga «me estoy entreteniendo». Que le cueste dejar la novela para ponerse a dormir por la noche, que esté deseando llegar a casa para volverla a coger. Para mí esto es importante. Si se entretiene, por mí ya está, pero si además reflexiona mucho mejor. Y sobre todo, lo más importante, cuando cierre la novela, piense que ha merecido la pena. Y tengo la sensación y lo que yo diría es que cuando alguien cierre mi novela, apostaría a que será así.

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