Texto – Redacción. Fotografías – Satelite K.
Antónimo presenta su nuevo álbum “Libélulas” mañana sábado 22 de noviembre en la Sala Jamboree 3 de Barcelona. Tras tres años de silencio musical, este nuevo trabajo se perfila como el más introspectivo y atmosférico de su discografía, apostando por un sonido aún más depurado.

¿Qué presión sientes cuando se te alaba como una de las voces más originales?
No le pongo mucha atención a estas cosas. Intento que no me salpique mucho lo exterior. Saben que esto está un poco enfocado en mi pequeña burbuja.
¿Pero en ese aspecto, en tu trayectoria, no has sentido la presión exterior? ¿Tú te has sentido siempre libre en todo lo que has hecho?
Eso lleva sus riesgos, tiene su caminar mucho más lento, mucho más calmado, mucho más pausado. Todo es un precio que estoy dispuesto a pagar.
¿Cómo has trabajado este disco?
Este disco lo he trabajado como los anteriores. Soy una persona bastante tímida y me guardo muchas cosas en mi interior. Entonces, cuando tengo una acumulación de cosas, de sensaciones que te pasan, las tienes que soltar. Lo que utilizo es el papel y comienzo ahí. Y cuando ya se van reuniendo una serie de cosas es cuando se va fraguando el disco y esas canciones.

Pocas veces, el título de un disco definirá tantas cosas, ¿Verdad?
Libélulas se refiere a una liberación espiritual y aparte con ese insecto tengo desde pequeñito una fascinación especial. Además, espiritualmente significa el renacimiento, la expansión, la libertad y por eso le da título a este disco.
¿Qué conexión hay con lo que estás viviendo ahora respecto a lo anterior?
La primera canción, Sana, fue realmente la raíz de todo lo demás que vino después, como la sanación personal con uno mismo y con el exterior también y un poco de liberación. Y eso ya dio pie a todo lo demás que vino.
¿Todo lo que hay en cada canción tiene un sentido?
. Siempre hay en la vestimenta un poco de fantasía, de estudio, espiritualismo, pero todo es real. Todo son cosas necesito soltar porque las siento, si no, no las escribiría.
Utilizas mucho la metáfora….
Es más una necesidad que algo preparado y mecanizado. Necesito soltarlo porque si no me lo acabo guardando. Entonces es importante soltar todo eso.

¿Y el sarcasmo?
Para mí el sarcasmo también ayuda a soportar el dolor. Es una manera muy carnavalesca, digamos. En el Carnaval de Cádiz se utiliza mucho eso, ponerse esa careta. Ese sufrimiento, esa queja o esa crítica social, vestirla un poco con esos ropajes. Es una buena manera de afrontar algún dolor o algo que te inquieta.
Y eso está presente en ti. ¿Tú ya lo ves de esta manera también?
Sí, yo lo veo de esa manera. Yo creo que es algo muy interesante saber poder vestir las cosas así para aliviarlas un poco.
¿El disco tiene un formato tan abierto como para que en el concierto las canciones tengan otro ámbito?
El directo es otra experiencia. De hecho, me atrevo a decir que mejora los discos y eso es algo con lo que me hace dormir tranquilo. El directo es una experiencia muy bonita, intensa. Se sumerge ahí en una atmósfera muy especial y de verdad que es muy recomendable porque es completamente diferente escuchar el disco. Es otra historia. Se crea una movida muy interesante.
El flamenco lo tienes muy presente pero también el jazz, el blues…
El flamenco simplemente está en de dónde vengo yo. Lo respeto muchísimo y me encanta escucharlo. Y después pues la parte que hay de flamenco realmente es más mi voz. La manera de expresar de la tierra donde vengo es lo que toquetea un poco el flamenco.

¿Cuál es el encaje entre el pasado, el futuro, la tradición, lo nuevo?
Siempre tienes que conocer la raíz para poder transgredirla. Siempre hay que mirar atrás con respeto y con cariño para poder progresar.
¿En todo lo que has hecho ha habido una evolución, pero en este caso es un disco especial soñado para ti?
Es un poquito más especial, en el sentido de que hemos empezado con mucho respeto y cariño a coquetear un poquito las cosas electrónicas, los sintetizadores en algunas canciones. Hay una mezcla que hemos metido, con un toquecito de algún sintetizador, algunos sonidos electrónicos, pero muy suavemente mezclado con la raíz nuestra.

¿Y te has encontrado cómodo?
Lo cierto es que incluso me ha dado ganas de investigar más. Me ha picado ese gusanillo y me gustaría profundizar un poquito más. Creo que hay un mundo ahí increíble para poder expandir.
Para finalizar, ¿qué les dirías a la gente para que te vengan a ver mañana a tu concierto?
Que vengan sin ataduras, que vengan a sentir, a abrir sus corazoncitos y sus almas. Recomiendo que hagan como yo, que cierren los ojos y cuando termine el espectáculo que los abran y seguro que acaba más de uno mareadito.

Deja un comentario