Texto – Redacción. Fotografías – Hearst.
Hay presencias que llenan una habitación antes incluso de hablar. La de Iman (Somalia, 1955) es una de ellas: fuerte, valiente, imponente. Una mujer que ha hecho de su voz una herramienta de cambio y de su vida un manifiesto de autenticidad. «Nunca imaginé que me llamarían icono por simplemente vivir una vida en la que creía», confiesa con serenidad la modelo, que se ha ganado un hueco entre las 10 portadas de ELLE este mes para celebrar el 80 aniversario de la revista, con la que comparte valores como estilo, audacia y compromiso.

A sus 70 años, continúa siendo esperanza –lo que significa su nombre en somalí–. Nunca se conforma, incluso cuando el horizonte se nubla: «Siempre hay tormenta antes de que salga el sol, pero estoy dispuesta a andar bajo la lluvia para ver las cosas mejorar. Rendirse no es una opción». Ese espíritu la ha guiado desde sus inicios como modelo hasta su activismo actual. Colabora con organizaciones como RED, fundada por Bono, con la que prepara una colección cápsula para el 20º aniversario de la iniciativa.

Su causa hoy es la paz. Madre y abuela, Iman enseña desde la conciencia, no desde la imposición. «No les enseño a luchar por la paz, es una elección. Les educo para que sean conscientes de lo que está pasando, porque la ignorancia te hace manipulable», dice la diva, que, entre recuerdos, deja entrever su faceta más íntima. Habla de su marido, David Bowie, sobre su primera cita: «Lo más romántico de la noche fue cuando David y yo íbamos paseando por la calle, se me desabrocharon los cordones y él se arrodilló para atármelos». Y afirma estar segura de que él era su destino. Cuando se le pregunta por un libro autobiográfico, sonríe con picardía: «¡Para nunca! Las buenas biografías son las que cuentan lo bueno y lo malo. Jamás reconoceré lo malo. Sólo hay que hablar de las cosas felices». Y la suya, sin duda, ha sido –y sigue siendo– una vida llena alegría, amor y solidaridad.
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA
- «Los iconos no se alzan sobre sus pedestales, lo hacen sobre los hombros de otros, y yo seguiré tendiendo mi mano para elevar a los demás».
- «Cuando me levanto por las mañanas y escucho las noticias siento desolación. A veces me alegro de tener 70 años, porque no estaré aquí para ver cómo explota todo, pero me preocupan mis hijos».
- «Es duro ser valiente, pero es una obligación. En mi caso la valentía personal es más fácil que la social».
- «La vida es corta, sólo se muere una vez, pero se vive cada día. Hay que hacerlo intensamente y sin malgastar el tiempo».

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