Cristina Abad: “En “Valle Salvaje” no quise hacer una mala de Disney”

Texto – Albert Roca. Fotografías– Santi Martínez Sancho-RTVE. Entrevista realizada en Singular. Calle Carretas 14.

El pasado 9 de octubre Valle Salvaje, que emite la 1 de TVE y Netflix, se despidió de uno de los personajes más odiados y a la vez que tuvieron más gancho, el de la malvada Úrsula, interpretada por Cristina Abad. Su detención por asesinato puso el punto final a muchos capítulos en los que Cristina Abad mostró su gran capacidad de interpretar diferentes personajes. Han pasado ya unos años desde Acacias 38 y después de grandes trabajos posteriores, ha vuelto a deslumbrar en una serie diaria.

© Santi Martínez Sancho

¿En primer lugar. Cómo fue el último dia de la serie y el homenaje que te dio el equipo?

Fue un día muy duro y especial. Mi último día fue de la mano con mi última secuencia y quién haya visto la serie y esta escena en concreto sabrá que estaba descompuesta. La grabamos muchas veces y tanto en mis planos como en los contraplanos (los planos de mis compañeros) tuve siempre la misma energía para que ellos pudieran trabajar con la misma intensidad. Recuerdo que se acercó Mariana, jefa del departamento de maquillaje y peluquería, a ver como estaba de maquillaje, me miró a los ojos y con esa mirada me lo dijo todo. Fue una mirada de fuerza y pena por la despedida.

Por último, la despedida con el equipo sabía que iba a ocurrir, siempre se hace, aunque no sabes cómo va a reaccionar el equipo, cuánta pena les da tu marcha. Fue muy bonito ver a mis compañeros, a los que vinieron de otro plató o de oficina. Siempre me he sentido querida.

¿Qué sensaciones tienes cuando te levantas al día siguiente y no tienes que rodar?

No es la primera vez que vivo esta situación así que poco a poco te vas preparando. Al principio descansas, con el paso de los días y las semanas y sin recibir llamadas de nuevos proyectos empieza el agobio.

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De tus últimas secuencias hay una muy recordada y era el diálogo que tenías con Pedrito, con el que tenías una gran conexión

Tenía pocas secuencias con Iván, pero en las que aparecían era como un gran apoyo para Úrsula. Al ser un niño y ser inocente, el no ve la maldad de Úrsula, Úrsula tampoco se porta mal con él, y es como si fuera su cojín para tumbarse en la cama y llorar con él. Fueron secuencias muy bonitas.

¿Cómo trabajaste un personaje como Úrsula?

Úrsula era una asesina, pero yo trabajé mucho la culpabilidad. Es decir, el hecho de sentirse mal por haber matado en el último momento a Julio.

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¿Tu personaje era muy ingenioso, verdad?

Me hubiese encantado trabajarla desde la comedia, que no lo tiene. Pero hay malos que, sin querer, como en este caso que me llevaba a hacer cosas de comedia. Yo siempre he dicho que Úrsula es mala, mala, que no se le da bien serlo. Lo intenta. Entonces me parece cómico. Es ingeniosa por eso. Porque intenta salir del paso, pero tiene un punto ahí como de bondad que no lo puede sacar. Una mala no es de catálogos, es diferente.

No quise hacer una mala de Disney. Si tengo otro personaje de mala, me gustaría también trabajarlo desde un porqué.

La llegada de tu personaje a la serie fue toda una convulsión…

La relación entre Adriana y Rafael llegaba a un punto en el que estaba un poco estancada. Ya se había casado Adriana con Julio… Entonces, entró Úrsula con mucha potencia y energía, e hizo que todo se tambaleara un poco todo. Rafael se sentía atraído por la energía de Úrsula ya que Adriana siempre estaba con una energía más baja. Úrsula de repente le sacaba a dar paseos. Y esto agitó un poco la trama.

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¿Cómo has sentido el hecho de que la serie se siga tanto en Latinoamérica?

Todos los días he recibido comentarios nuevos, Desde Argentina lo que más. Chile, Ecuador, México. Y es como, guau, hasta donde estamos llegando, qué potente es, cuánto está gustando. Y sobre todo, es increíble porque allí están muy acostumbrados a este tipo de producto.

¿Cuál es la clave de una serie que pueda enganchar tanto?

Pues no lo sé. Hay grandes guionistas y el creador y productor ejecutivo Josep Cister, con el que estuve en Acacias 38. Recuerdo que hace unas semanas cuando anunciaron que la serie la nominaban a los Emmys le escribí y le dije “es que todo lo que tocas lo haces oro”. Yo creo que ha encontrado una fórmula que engancha al espectador.

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¿Cuál ha sido el proceso que has vivido desde Acacias 38 hasta aquí?

Directamente soy otra persona. Entré en Acacias siendo una niña de 22 años y ahora tengo 33. En Acacias empecé cuando había terminado los estudios de interpretación, teniendo muchos miedos, muchas inseguridades. Fui creciendo mucho. El personaje de María Luisa era muy pizpireta. Mis personajes siguen siendo un poco así. Yo sigo llevando un poco esto conmigo misma y lo tramito a mis personajes. Era una niña de finales del siglo XIX, principios del XX. Y Úrsula es una chica joven, pero es una mujer con fuerza y potencia del siglo XVIII. Una mujer empoderada, aunque le salen mal las cosas, pero ya tiene mucho power. Y María Luisa era más inocente.

Son diferentes, de época los dos, pero han ido evolucionando los personajes conmigo. Yo he crecido como mujer y mis personajes también van creciendo. Sería extraño hacerlo al revés.

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¿Con 22 años hubieras podido interpretar un personaje como el de Úrsula?

Sí, lo podría haber hecho. Porque el trabajo de los directores o los coach es que llegues a hacer algo que no eres. Yo no soy Úrsula. Pero, por ejemplo, estoy muy agradecida de cómo han sucedido las cosas. Con mi experiencia de vida he podido crear un personaje más maduro.

En Valle Salvaje hay personajes femeninos con mucha importancia. ¿Lo valoras?

Lo he dicho en varias ocasiones, que Bambú desde siempre hace series muy de mujeres. Me ha llamado mucha atención y me ha encantado, porque siempre luchamos por los personajes femeninos y por la imagen de la mujer en todos los sentidos en esta profesión y aún así sigue faltando. Sigue habiendo muchas películas de solo hombres, series en las que los protagonistas son hombres y Bambú, esto lo trabaja mucho. Hay las chicas del cable, en su momento Gran Hotel, Velvet… Hay hombres, pero las protagonistas son mujeres. En Valle Salvaje las mujeres son las que llevan la fuerza de la serie. Y esto me encanta.

© Santi Martínez Sancho

¿Qué le dirías a un espectador que todavía no haya visto Valle Salvaje? ¿Qué es lo que se va a encontrar si la ve?

Es una serie de época en las que se va a encontrar con los mismos problemas que tenemos hoy en día en nuestra sociedad. Y se puede sentir identificado con muchos tipos de personajes. Se puede llorar, como puede caerle mal un personaje como es el mío, o puede reírse con los personajes de la cocina. Todos necesitamos un momento de desconexión. Puedes hacerlo con un libro en la mano.

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