La Bella Vida, el bar donde Gijón sonríe, cumple 8 años de exitosa locura.

Texto – Redacción. Fotografías – GH Press.

En el corazón de Gijón existe un lugar donde cada detalle invita a quedarse un poco más y celebrar los pequeños placeres del día a día. La Bella Vida, coctelería y vermutería inaugurada en 2017 por la carismática pareja formada por Leticia y Lionel, se ha conver-tido en un espacio de referencia para quienes buscan desayunos con encanto, almuer-zos sabrosos, vermuts con una carta sorprendente y cócteles de autor que marcan la di-ferencia. “ No somos solo un bar: somos un espacio donde la gente viene a desconectar, a inspirarse y a sentirse como en casa” dice la dueña.

Un espacio pop, retro y “100 % instagrameable”

Ey es que entrar en La Bella Vida es todo un hito, es como sumergirse degollé en un universo pop y divertido, donde nada es casual y todo está pensado para transmitir ale-gría. Desde su icónico sofá naranja, ideal para parejas y selfies, hasta el contrabajo que se ha convertido en símbolo del local, cada rincón es un escenario que invita a fotografiarse.

La excesiva y “felliniana” decoración no es estática: cambia periódicamente, convirtiendo cada visita en una experiencia distinta. Esta personalidad camaleónica ha hecho de La Bella Vida el local más instagrameable de Gijón.

Una propuesta gastro para todo el día y una carta XXL de vermuts

Otro de los grandes atractivos del local es su versatilidad horaria. Desayunos para empe-zar el día con calma y energía con cafés especialidad y bollería sabrosa . También su gran especialidad, : los vermuts, con una carta “brutal” de decenas de marcas seleccio-nadas, que recupera la tradición del aperitivo y la eleva a otro nivel.

Tienen también buena oferta de bocadillos gourmet, platillos y opciones saludables para almorzar o picar algo en cualquier momento. Cócteles de autor y combinados premium que convierten la noche en una experiencia diferente. Todo se elabora con productos de calidad y un espíritu de street food para compartir.

Música, cultura y gente bonita

La música, seleccionada por Lionel, es parte esencial de la experiencia. Cada franja ho-raria tiene su propia banda sonora, creando el ambiente perfecto en cada momento del día. Por las tardes, el local se convierte, como dicen sus dueño, en “una locura maravillo-sa”. Además, libros, revistas y prensa del día invitan a relajarse y alargar la estancia. Su público es tan diverso como acogedor y de varias generaciones: vecinos de siempre, creativos, periodistas, estudiantes y viajeros que llegan por recomendación. También las mascotas son bienvenidas y sus simpáticas camareras siempre tienen unas chuches para recibirlas.

El alma de La Bella Vida: Leticia y Lionel

Los dueños no son solo anfitriones: son el alma del proyecto. Su cercanía y carisma ha-cen que cada cliente se sienta bienvenido. “Lo que más nos emociona es ver cómo al-gunos clientes se conocieron aquí, se casaron y ahora vienen con sus hijos. Eso es La Bella Vida: un lugar que forma parte de la vida de la gente”, explica Leticia.

El equipo joven que los acompaña comparte esa filosofía de simpatía y buena energía, creando un ambiente auténtico y familiar. Desde su apertura en 2017, La Bella Vida ha evolucionado en carta y propuestas, pero mantiene intacta su esencia pop: música, color, hospitalidad y buen ambiente. Tras el parón del COVID, la reapertura fue un momento muy especial para clientes y vecinos, que volvieron a celebrar la vida en su lugar favorito.

El objetivo después de estos primeros 8 años es seguir innovando, consolidar su identi-dad y convertirse en un referente más allá de Gijón, sin perder su espíritu de cercanía y alegría.

¡Atención, Gijón! La Bella Vida cumple 8 años y promete más música, cócteles y sorpresas.

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