Sharon Stone en Harper’s Bazaar: la leyenda deja atrás el mito

Texto – Redacción- Fotografías – Hearst.

Sharon Stone, la actriz que hizo temblar el cine de los noventa, reaparece a sus 67 años más libre y directa que nunca. En un momento de madurez serena, habla con Harper’s BAZAAR España sobre feminidad, fama, arte, política y la conquista más difícil: la de una misma. La leyenda deja atrás el mito para abrazar a la mujer: «Si Dios te hizo hermosa, estás destinada a ser bella, no sólo por fuera, también por dentro. Deberías ser amable, humilde y honrar tu belleza, pero la gente no entiende eso», admite.

Hay algo en Sharon que sobrevive más allá de la celebridad, de la belleza y el mito. Icono absoluto de los 90, superviviente de sí misma y de una industria que quiso esculpirla a su antojo, hoy se muestra sin filtros: honesta, vulnerable y feroz: «Yo no usé la fama para hacer cosas malas o crueles. Me corté el pelo… y todas se hicieron el mismo corte. Y entonces, cuando ven que puedes hacer que la gente actúe, se asustan. Dijeron: «Sharon puede hacer que la gente haga cualquier cosa, así que hay que silenciarla, hay que meterla en la lista negra». Y lo hicieron, me silenciaron. Pero la verdad es que si la fama es grande y real, permanece, no en lo que ahora se ha convertido la fama».

«Hay quienes dirán que Sharon Stone fue dueña de los 90, y en muchos sentidos podía entrar en una habitación y hacer que la gente hiciera casi cualquier cosa. Era una especie del poder absurdo y malsano de la fama», confiesa la actriz con esa mezcla de lucidez y rebeldía la ha acompañado siempre. No sólo en su infancia, también cuando Hollywood quiso doblegarla, cuando la fama se convirtió en una jaula dorada o cuando la enfermedad –y un ictus– le robó medio rostro. Ahora vuelve a brillar con la fuerza de quien nunca dejó de creer en sí misma, reflejo de una mujer que ha sabido reinventarse,abrazar su esencia y convertir el paso del tiempo en un aliado. Con cada aparición, con cada gesto, recuerda al mundo que el talento no tiene fecha de caducidad. 

La entrevista completa, en el de Harper’s BAZAAR España, ya en quioscos.

EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA

•               «Mi religión es recorrer el camino de mi vida con la mayor integridad posible. Ahora bien, hay días en los que me duele el nervio ciático, estoy agotada, tal vez la medicación a mi edad no está ajustada del todo, y es todo mucho más difícil. Si una persona normal se siente mal, le preguntan si necesita medicación o descansar. Pero siendo Sharon Stone me lo critican el doble, me dicen que soy una perra. ¿Y qué pasa? Yo estoy en mi casa, enferma, ¡déjenme en paz! Pero eso no encaja con la imagen».

•               «Cuando eres hermosa, famosa, exitosa… no se te permite estar mal, ni envejecer ni enfermar. El nivel de exigencia es extremo. Nunca grites a nadie, no digas que te sientes mal, porque, mírate, tienes una vida privilegiada y perfecta, y si te quejas, te castigan. Intento estar a la altura, porque los dones que me han sido dados también son extremos, pero no siempre puedo cumplir. A veces fallo, y cuando fallo, lo siento más intensamente».

•               «No quiero cambiar mi rostro como tantas mujeres jóvenes lo hacen ahora y son aplaudidas por eso. Yo nací con un rostro perfectamente simétrico, uno de los más extraños del planeta. Y un día, la mitad de mi cara cayó. Tuve que aprender a caminar, a hablar, a recordar… Perdí mi memoria fotográfica. Y esto es lo que quiero decirles a todas esas chicas jóvenes que están tomando sus rostros perfectamente bonitos y los están volviendo imperfectos. ¡Ya eres perfecta! Ahora bien, si la vida te traumatiza y quieres corregir eso, adelante, para eso están los profesionales, pero si alguien en mi industria te dice que no eres suficiente, es porque proyecta sus propias inseguridades».

•               «Hay momentos altruistas de mujeres que inspiran e importan. Y es mucho más grande que todo lo que el mundo masculino pueda influir en negativo». 

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