Texto – Redacción. Fotografías – Hearst.
En su número de agosto, la revista ELLE se rinde a los encantos de Karol G (Medellín, 1991), la mujer latina más galardonada el pasado año y un referente mundial de tesón y empoderamiento. Aunque si algo sorprende al tenerla enfrente es su, sin duda, cercanía. Y es que, en lugar de hablar de cifras de los millones de reproducciones de sus canciones o de los últimos Grammy conseguidos, prefiere compartir sus recuerdos, las anécdotas que han marcado su vida, sin olvidar el enorme respeto y cariño que profesa hacia sus fans.

Consciente de todo lo que ha conseguido –«como mujer en la música he cumplido el sueño», asegura–, Karol G confiesa cómo con su último álbum, Tropicoqueta, se ha concedido el gusto, más que nunca, de ser fiel a sí misma: «Estoy en ese momento de mi vida en el que la artista quiere sacar un disco que sea sólo porque le da la gana, lo quiero hacer así y no me importa nada más», afirma.
Está claro que Tropicoqueta no es un disco cualquiera. En él, la Bichota alumbra una mezcla efectiva y nostálgica compuesta por los ritmos latinos –cumbia, ranchera, vallenato, salsa…– con los que creció, envueltos en una estética inspirada en aquellas sensuales showgirls latinas. «Un amigo me dijo hace poco que este álbum era una carta de amor a lo que fuimos y a lo que somos. Y así lo siento al 200%», explica con orgullo.
Detrás de cada canción hay un sentimiento, una intención. Se podría decir que este trabajo es, para Karol G, toda una lista de reproducción emocional. Y no es casualidad: «Pensé: “Qué increíble sería que la gente pudiera tener eso en un solo disco mío. Que no necesiten confeccionar una playlist de canciones mías que les gusten y les hagan vibrar cosas diferentes, sino que yo se la entrego hecha», cuenta. Y eso hace: nos regala un viaje sonoro que se siente íntimo y colectivo a la vez.

Sin dejar nunca de ser ella misma, Karol G ha logrado su gran sueño (y el de tantos): alcanzar el éxito. «Me siento superbendecida por todo lo que me ha dado la vida, mucho más de lo que imaginé», reconoce. Una seguridad profesional que se traslada a su vida personal. Y todo ello pese a que, como asegura, «a medida que el éxito va llegando, sientes que todo crece de la misma forma: la presión, la soledad, el estar alejados cada vez más de la gente que queremos, las críticas, los insultos… Puede ser tanto ruido que te puede llegar a confundir».

EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA
- «Sería superirrespetuoso sentarme aquí y decir que la música latina es la urbana. No, somos un universo de sonidos. Así que me propuse despertar esos géneros que a lo mejor la gente tiene olvidados».
- «No siento que estoy en la cima de nada, sí tengo una carrera, gracias a Dios, superexitosa que, si no hubiera sido por todo lo que pasé, tal vez no la sentiría igual».
- «Uno se pierde tanto en el desamor, que hacer el tipo de canciones que hago, donde mis fans se puedan encontrar y les puede ayudar a sanarlo, es superimportante para mí».
- «No me molesta que me critiquen, me preocupa que no estén escuchando con el corazón».
- «Aunque a veces las críticas duelen y confunden, aprendí que el arte no se mide por aplausos, sino por el eco que deja».

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