Texto – Redacción. Fotografías-Hearst.
La empresaria repasa en ELLE su trayectoria y se sincera sobre cada etapa de su vida, desde esa antigua rebeldía juvenil, hasta la bonita familia que ha formado junto a Álvaro Morata y el enorme éxito de su firma de cosmética natural, Masqmai.

Nacida en Venecia, Italia, hace 30 años, Alice Campello parece haber vivido varias vidas. La italiana confiesa en ELLE que uno de sus mayores logros ha sido poder equilibrar su trabajo con la vida personal. Una vida intensa que comenzó siendo muy joven: «Conocí a mi marido en Italia y a los ocho meses de estar juntos me pidió matrimonio. Yo tenía 21 años…», recuerda. Casi una década después, con cuatro hijos y una empresa a su cargo, echa la vista atrás no sin cierta sorpresa: «A veces siento que hice muchas cosas con la inocencia de esa edad. Pero es que cuando me encontré con Álvaro fue un amor tan grande que sólo pensé: “Lo quiero todo contigo”. ¡Imagínate mis padres!», dice soltando una carcajada. «Él llamó a mi padre para pedirle permiso para casarnos. Y cuando le pregunté qué le había respondido, me dijo: “Da igual lo que dijera. Os veo muy felices y eso es lo principal. Y si os equivocáis, pues será un aprendizaje para tu vida y tu futuro”. Y si echo la vista atrás, no cambiaría nada de lo vivido, porque me ha hecho ser quien soy».
El pasado año, una crisis entre la pareja con separación temporal –que acabó en una feliz reconciliación– les sometió a infinidad de comentarios y análisis mediáticos. Alice no elude hablar de ello: «Fue un periodo difícil, que me puso a prueba. Cuando te enfrentas a algo así sufres mucho, pero también descubres una parte de ti que desconocías. Me siento muy orgullosa de cómo lo he llevado, sobre todo con mis hijos, y de cómo he reaccionado. Creo que ahora soy una persona más segura». Dicho esto, relata algunos momentos especialmente delicados o reveladores: «Los niños, sin saber bien lo que estaba sucediendo, me decían cosas como “mami, tú eres muy fuerte” o “papá y tú os queréis mucho”. Yo trataba de explicarles la situación diciéndoles que ellos también se pelean a veces, pero que se quieren muchísimo. Y cuando todo se volvió tan surrealista, con tantas mentiras y exageraciones, entendí que no podía ejercer el control absoluto. Sé quién soy y lo que tengo con Álvaro. Y eso es lo único que importa», suspira. Pero rubrica la frase con un aprendizaje mayor: «Sin duda, esto me ha hecho madurar mucho y ver la vida de otra manera».

Esa sobreexposición a la que se vio sometida tampoco le quita el sueño. Alice, con 3,7 millones de seguidores en Instagram, explica así su relación con las redes sociales: «Subo fotos como si sólo me vieran cien personas. No pienso en si gustarán o no. Me da igual. Cometo errores, como todo el mundo, pero no tengo nada que esconder. No hay una planificación ni una estrategia detrás. Mi trabajo es importante, aunque no es lo primordial en mi existencia», asegura confiada. Ese rasgo de su carácter es, probablemente, una de sus mejores bazas, una herramienta para sobrellevar lo que le echen. Y explica el origen de esta virtud: «Tiene mucho que ver con la forma en que te educan en casa, aunque también tengo mis inseguridades. Pero lo que me hace sentir segura es que lo doy todo cuando algo realmente me importa, y con las personas a las que quiero, con mi familia».
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA.
- «Álvaro me ha ayudado muchísimo, sobre todo a creer en mí. Nunca ha dudado de mi potencial y desde el primer instante me dijo: “Te voy a apoyar en todo”. Confío en él porque es una persona muy leal, y me lo ha demostrado en estos años».
- «He aprendido que, en la vida, hay cosas que no puedes controlar, pero sí puedes dar lo mejor de ti y luchar por lo que quieres».
- «Creo que la fuerza de la empresa reside en que procuro que el equipo se sienta parte de todo. Sé que sin ellos yo no estaría aquí».

Deja un comentario