Texto – Redacción. Fotografías. Libros de Kultrum.
Editada en colaboración con el Estate of Jim Morrison y desarrollada a partir de las directrices que el propio artista esbozó en «Plan for Book» –documento que se incluye entre las reliquias exhumadas póstumamente–, la edición bilingüe recopila en un solo volumen:
- Obra publicada e inédita y una amplia selección de escritos de sus cuadernos
- Transcripción, fotografías y notas de producción de la última grabación de poesía de Morrison
- The Paris Notebook, el último diario de Morrison, reproducido íntegramente.

•Extractos de los cuadernos escritos en 1970 durante el juicio de Miami
•Guion y fotogramas de la película que nunca llegó a estrenarse: HWY
•Las letras de sus canciones, publicadas e inéditas, con borradores manuscritos
•Epílogo «As I Look Back»: la fascinante autobiografía en verso
•Fotografías del archivo familiar de los Morrison así como sus actuaciones
•Prefacio de Tom Robbins, introducción y notas del editor Frank Lisciandro –que aportan una enriquecedora visión de la obra–, y prólogo de Anne Morrison Chewning
Jim Morrison nos cuenta su propia historia a través de sus propias palabras, imágenes y entrevistas
«Si mi poesía tuviera alguna finalidad, sería liberar a la gente de sus limitaciones a la hora de ver y sentir».
Jim Morrison

Los que conocen a James Douglas (Jim) Morrison únicamente como el electrizante cantante solista de los Doors, aquella estrella del rock de los sesenta cuyo atractivo estropeó tantas bragas, una voz penetrante y una presencia escénica a la vez sensual y siniestra, temeraria y seductora (una encarnación del oscuro ángel herido que secuestra los sueños de medianoche de tantas adolescentes), probablemente se sorprendan al saber que, a lo largo de su corta vida (1943-1971), Jim se consideró ante todo un escritor.
Es bien sabido que Morrison compuso las letras de muchos, si no la mayoría, de los éxitos de The Doors, letras que todavía acechan los pabellones auditivos de legiones de fans, y que incluimos (debidamente) hacia el final («… mi único amigo, el final») de esta retrospectiva. No fue hasta hace poco, sin embargo, que los miembros aún vivos de la familia revelaron que desde temprana edad Jim rellenaba un diario tras otro (¡docenas de ellos!) con abundantes muestras de una mente precozmente literaria; y que confesaba, de hecho, haberse convertido en músico en buena medida por casualidad.
La mayoría de las entradas recogidas en esta exhaustiva y singularmente cautivadora antología consisten en conjuntos de imágenes de alto voltaje lírico y en estampas versificadas: «recuerdos» de una antigüedad inventada, advertencias contra futuros envilecimientos y breves escenas de películas de naturaleza psicológica que habrían aterrorizado al Oso Smokey y llevado a Disney a fletar un escuadrón de fumigación. (No cabe confundir estas visiones con algunos esquemas auténticos de guion fílmico, incluidos también aquí, que Jim deseaba protagonizar o dirigir, o ambas cosas. Estos parecen influenciados más bien por viejas películas de gánsteres y pistoleros, como sucede con algunos de los poemas).
Tom Robbins, del prólogo
«Para mí, la poesía es la modalidad artística definitiva, porque lo que nos define como humanos es el lenguaje. El modo en que hablamos es el modo en que pensamos, y el modo en que pensamos es el modo en que actuamos, y el modo en que actuamos es quienes somos».
Jim Morrison

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