Ferri Ballester “Las abogadas es el trabajo más orgulloso de todos los que he hecho”

Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho. Entrevista realizada en Cafeteria Carretas 14.

La vida de Ferri Ballester ha dado seguramente tantas vueltas como alguno de los personajes que va a interpretar en el presente y el futuro. La hemos visto recientemente en “Las abogadas” y “Cicatriz” y está preparando un monólogo sobre la apasionante vida de Hedy Lamarr. Con una sonrisa de oreja a oreja nos recibe.

Una afirmación tuya es “Gana el que más pierde que el que no lo intenta”

Yo siempre, desde pequeñita, he sabido que quería hacer teatro principalmente, cine también, pero lo que más me llamaba era el teatro, desde la guardería que hice mi primera obra de teatro, que era Alicia en el País de las Maravillas, y no me quería bajar del escenario. Siempre ha sido algo constante. Y mis padres que eran más reticentes me recomendaron que hiciera una carrera. Les hice caso, estudié Publicidad y Relaciones Públicas, y luego me especialicé en periodismo. Luego estuve también en una empresa de moda de calzado y de bolsos de Nueva York, lo cual me hizo viajar bastante. Estuve viviendo entre Manhattan y Tanger, Marruecos. Me iba todo muy bien, sueldo soñado, con 25 años. Solo me faltaba el bungalow, casarme y los hijos, que nunca había entrado en mi plan, la verdad. Pero no era feliz del todo, seguía teniendo la espinita del teatro. Entonces, con 27 años tomé la gran decisión. No quería arrepentirme y verme en una residencia de mayor jugando al dominó con las amigas o al chinchón y arrepentirme de lo que no había hecho. Me fui a Madrid y así hice, me fui con todos mis ahorros, me vine para acá y he estado 10 años en Madrid viviendo aquí.

Y volviendo a la frase yo creo que pierde más la persona que se queda con las ganas de lo que podría haber sido, de lo que me hubiese gustado hacer en mi vida.

¿Ser actriz te ha hecho mejor persona?

Yo creo que sí. He tenido la suerte de tener unos padres maravillosos que me educaron en la empatía, con una moral y una ética social involucrada, desde pequeña hasta ahora. Pero creo que el tema de Estudiar Interpretación te abre un poco la mente no solo a empatizar con las personas en el día a día, sino a ver otros puntos de vista. en plan a plantearte cómo puede llegar alguien a estar convencido de algo ilógico o a pensar de cierta forma que a lo mejor no es tu manera o no lo entiendes. Me ha ayudado mucho a la hora de ver a gente que yo a lo mejor anteriormente la juzgaría mucho o prejuzgaría y ahora creo que me paro un poco a pensar qué le ha llevado a hacer eso.

Con los personajes nos hacemos preguntas ¿Desde dónde viene el personaje antes de una escena? Eso para los castings yo personalmente lo preparo mucho. No solo analizar el texto y crear un personaje solo en esa escena, sino a crear más allá, aunque no sepas la obra de teatro entera o la película entera, tú te lo imaginas y te pones en diversos puntos de vista, de situaciones que puede también hacer más interesante el personaje que creas, para no hacerlo tan plano, para darle más capa. Entonces, yo creo que no solo a mí, yo creo que a la mayoría de actores el trabajar de esa manera nos abre la mente a ser, no sé si sería la forma de expresarnos mejores personas, pero sí por lo menos más amplios de miras, más involucrados a entender al prójimo y a ponernos en su lugar.

¿Cuál ha sido la principal lección de lo que has aprendido?

Yo creo que lo principal y muy importante fue a no juzgarme, no juzgarnos, porque eso es inevitable, lo hacemos todos. No solo me refiero al ámbito físico, sino, al ámbito de tanto lo bueno como lo malo, porque muchas veces vas con una seguridad y con una autoestima y un ego tan alto que crees que todo lo haces bien. Te juzgas positivamente. Entonces ya no solo es no flagelarte, pensar que lo estás haciendo mal.. Yo creo que eso fue la primera y una de las más importantes lecciones para mí. Me ha ayudado mucho a fluir, a dejarte llevar, a no prejuzgar al personaje, a no prejuzgarte a ti misma, no pensar que esto no lo voy a poder hacer, o es muy difícil, o no tiene nada que ver conmigo. Porque muchas veces nos plantean personajes que dices, uff, yo no sé si soy capaz o no sé si voy a hacerlo bien. Bueno, no es hacerlo bien o es hacerlo mal, es hacer tu personaje, crearlo tú, darle un mundo que a lo mejor no se ha visto antes.

Recientemente te vimos en Las abogadas. ¿Te sientes bien orgullosa?

Es uno de los proyectos que me llevaré a la tumba con un orgullo increíble. Porque, aparte de compartir escena con bestias de la interpretación, como Irene Escolar, Arantxa, Aranguren, Fernando Albizu… Trabajar con el director Polo Menárguez, fue increíble, encima en el último proyecto de Patricia Ferreia… Y ya la historia en sí, de lo que cuenta, que es historia de España, que es uno de los momentos para mí muy importantes: es el principio de las primeras abogadas, mujeres y encima sindicalistas, que le dan importancia al sector obrero, que hasta entonces estaba mucho más rebajado, sobre todo en la época de la dictadura. Para mí fue un orgullo muy grande. Tuve un papel episódico pero muy bonito porque aporta un contenido LGTBI que, normalmente, en series de época, no suele ahondarse tanto, que, últimamente, sí que hemos tenido la suerte de que sí que van aparecido. Me parece precioso que, incluso en un proyecto donde no hay un personaje real, que lo metan, que se hable, que se reúna el tema de la huelga, de la lucha trabajadora, con el LGTBI. Luego, la situación de las mujeres en ese momento. Mi personaje está atado a una familia, a su marido, que al final es una época que, por mucho que estuvieran avanzando, las mujeres no podían hacer nada sin el permiso del marido. Mi personaje piensa que «como mi marido se entere de que soy lesbiana me destroza la vida». Creo que es el trabajo más orgulloso de todos los que he hecho.

Y también has estado en la serie Cicatriz

Tengo un personaje secundario y aparezco y cinco de los ocho episodios. Fue una experiencia para mí más gratificante como profesional, para también aprender a trabajar el personaje más rápido, porque yo estaba más acostumbrada al teatro, que tienes muchos meses de preparación. En las series no es lo mismo. Muchas veces no puedes ensayar la escena antes con los compañeros o con el director. En las serie Cicatriz cogí unas tablas distintas que me van a ayudar en futuros proyectos. A parte de trabajar con profesionales increíbles desde los actores hasta los tres pedazos de directores con los que tuve suerte de aprender muchísimo.

¿Qué papel te vendría a gusto hacer que no hayas hecho?

Siempre he tenido ganas de hacer un personaje más retorcido psicológicamente, como una villana. Me gustaría, a la hora de que suelen tener una profundidad psicológica mucho más variable y con muchas más capas. Y suelen ser para mí los más interesantes.

¿Qué proyectos tienes actualmente?

En una obra de teatro sobre Hedy Lamarr. Hace unos dos años la descubrí, no solo como actriz que ya la conocía, sino la parte de investigadora y científica. Me empezó a interesar mucho por su vida privada también y me pareció alucinante. Para mí es como una Marilyn poco conocida en cuanto a toda la explosión sexual y mito. Como mujer objeto también, que tuvo con su primera peli, la de Éxtasis, que realmente visualizó en cines por primera vez un orgasmo femenino. Me pareció apasionante tanto todo ese boom, como luego su huida, su escape de su matrimonio, sus relaciones con Hitler a través de su marido- Y luego ya todo el tema de la investigación científica, junto con un músico, crearon un sistema básico de incautación de mensajes crípticos del gobierno nazi, para captar mensajes secretos, y en eso se basaron futuras personas para crear el Bluetooth y la base del Wi-Fi. Y me decidí a hacer un monólogo escenografiado, donde utilizo también el teatro de sombras, proyecciones digitales, y me baso en entrevistas suyas radiofónicas y su libro autobiográfico para hacer una obra de teatro basada en ella. Estoy con los ensayos ahora mismo y pronto verá la luz.