Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho-Sergio Parra. Entrevista realizada en Cafeteria Carretas 14.
Uno de los grandes éxitos teatrales de la última temporada fue la obra “La madre”, de la que formaba parte la actriz Almudena Salort. La pudimos ver en la serie “Upa Next” y próximamente en la serie de Netflix “El Refugio Atómico”. De cómo pinta sus personajes nos habla en esta entrevista.

Para estar en “Upa Next” ¿Tuviste que prepararte mucho?
Siempre lo había hecho como un hobby. Pero no tiene nada que ver como cuando yo entro en un proyecto en el que el mínimo nivel base es baile como profesional. Y tenía que ponerme también al mismo nivel que mis compañeros, que eran bailarines profesionales. Fue ya empezar a piñón con todo, con los ensayos, y todo a medida que estábamos rodando, entonces fue una preparación exprés muy intensa. Fue tremendo, pero me llevo una gran experiencia, y gracias a “Upa Next” la danza forma parte de mi vida. Ahora mismo no concibo una semana sin mínimo dos clases de baile.
¿Y tienes algún proyecto sobre ello?
No pienso en nada concreto. Comprendí lo positivo que es el baile y que incluso lo necesitaba. Es como entrar en un equilibrio con el que a través de la expresión con el cuerpo resulta crucial para mí. Yo lo hacía a través del flamenco antes de empezar con “Upa Next”. Resulta tan increíble cómo la formación con la danza puede llegar a alimentar tanto lo que es la preparación de un personaje audiovisual, por ejemplo, o de teatro. Es como que con tu persona o tu personalidad llegas a sacar unos matices que no conocías anteriormente porque la danza te saca de tu zona de confort. Entonces es muy bonito descubrirme con ciertas facetas en función del estilo, de la música y demás, que bueno, que no conocía de mí misma.

¿De “Upa Next” lo mejor eran los rodajes exteriores?
Imagínate para nuestro ego tener toda la Plaza de España cerrada por nosotros. Era muy impresionante.
¿En qué aspectos coincidías con Lala Lazy?
Yo creo en la decisión de algo que quiere, algo que busca y va por ello a tope. Es una persona que va para adelante.

Una de tus pasiones es la pintura
Hago pintura al óleo y me gustaría explorar otro tipo de estilos porque también da mucha libertad en cuanto a la creatividad.
¿Y te relaja?
Pienso que no me hace ningún bien, porque la pintura al óleo es bastante perfeccionista. Cuando me meto con una pintura, me enfado, la dejo unas semanas, luego vuelvo… Es un proceso personal y cuando la termino lo dejo un poco aparcado hasta que me inspiro en alguna imagen y vuelvo a pintar otra vez.

¿Fue un reto para ti la obra “La madre” que ha tenido mucho recorrido? ¿Cómo llegaste a ella?
Hice este casting hace ya bastante tiempo y luego me quedé con la sustitución. Ellos ya me conocían. Yo con Barco Pirata ya había trabajado antes con “Castelvines y Monteses” y “Ladies Football Club”, ambas de Sergio Peris-Mencheta.
Buena parte de lo que me ha enganchado de la interpretación es que me siento escuchada. Esto es un poder grande a la vez que también una responsabilidad. Por eso también hay que confiar en el proyecto en el que estás inmerso. En el caso de “La Madre” fue maravilloso porque hablábamos del síndrome del nido vacío y transmitía unos valores que a lo mejor no eran tan agradables para el público, pero no dejaba indiferente. Días y semanas después continuaba teniendo espectadores. Compañeros y amigos seguían dándole vueltas porque tenía un mensaje potente. Es una pasada cuando formas parte de un proyecto así, de alguna pieza que despierte o que plantee preguntas que, a lo mejor, no están cerradas.
¿Qué aprendiste de trabajar con Aitana Sánchez-Gijón?
Cuando estás cara a cara con ella es tan sumamente familiar, agradable, dulce… que sólo tengo elogios.

¿Alguna anécdota que hayas tenido de un rodaje?
En “Upa Next”, bailando para una coreografía que finalmente no bailé. Tuve más tiempo para prepararla, porque se canceló el rodaje de esa coreografía y demás, entonces tuvimos que alargarlo y, bueno, yo peleándome también con ella. Cuando ya la tenía de la mano me dicen que no se iba a hacer. Eso fue una cura de humildad tremenda, un reflejo más de decir “yo aquí estoy para ofrecer mi trabajo a lo que se me requiera, no para lucirme, ni muchísimo menos. Se me ha pedido que yo me aprenda esto para lo que se necesite, pues yo aquí estoy”. Luego ya, que se vea, que no se vea, eso es otra cosa.

¿Dónde te podremos ver próximamente?
He rodado hace unos meses la serie “El Refugio Atómico”, de Netflix, que posiblemente se estrene en septiembre. No puedo avanzar mucho pero mi personaje, Cindy, es seguramente el personaje que coincide más conmigo de los que he hecho. Tuve libertad total para hacerlo.

Deja un comentario