Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho. Entrevista realizada en Cafeteria Carretas 14.
Ya sea en teatro, cine o televisión allí está Enrique Guaza con nuevos personajes que le hagan crecer. Formó parte de Juguetes rotos, que tuvo un enorme éxito y, después de haber rodado Luger y Disforia, próximamente le podremos ver en la serie La Frontera.
Te formaste en el Teatro de Improvisación, ¿Te marcó?
Empecé haciendo improvisación en Asura, con ImproMadrid. Marca y ayuda. Porque cuando tienes que agarrarte al clavo ardiendo de por dónde salgo, pues te salva. O cuando, por ejemplo, te quedas en blanco, que nos pasa a todos los actores en el escenario, tienes que improvisar hasta que te viene todo.
¿De qué forma?
Te metes dentro de la situación y, obviamente, debes tener al otro actor y salir como puedas de ese momento. Hay una parte de tu cabeza que está buscando ¿dónde estoy? ¿dónde estoy? ¿dónde estoy? y al final lo encuentras y el otro compañero te ayuda.
¿Hasta qué punto es importante el director?
Yo creo que los actores necesitamos directores. Es verdad que en el teatro es diferente, porque cuando se levanta el telón, el actor es el director y el guionista. La visión del director siempre es importante, pero creo que en el audiovisual es más momento a momento. Se interviene más. En el teatro se trata más de intervenir en los ensayos, o luego las notas que pueda dar el director.
¿Has tenido suerte con los directores con los que has estado? ¿Has aprendido mucho?
Sí, porque han sido directores que me han lanzado a lugares que yo solo no me habría tirado, o han sido directores que tenían muy claro lo que querían. Es decir, la película o la obra era su juguete, y eso es muy bueno, porque tiene muy claro lo que quiere. O directores que te dejan más libertad, pero tienen claro cuál tiene que ser el color de lo que quieren.
¿Juguetes rotos ha sido una de las obras que más te han marcado?
Tuvo mucho recorrido, me abrió muchas puertas porque tuve la oportunidad de que me viera trabajar mucha gente. De ahí me salieron muy buenos trabajos. A parte de ello, a raíz de la obra, he creado un grupo de teatro con Carolina Román, que es la directora y dramaturga. Con Nacho Guerreros, que es el productor y mi compañero, hemos creado una asociación artística.
¿Qué propuestas tenéis?
Hay muchísimos textos excelentes metidos en el cajón, hechos por Carolina Román, que ahora tenemos el plan de llevar a cabo, tanto aquí como fuera de España.
¿Qué aprendiste de Juguetes rotos?
Aprendí de los personajes que tuve que trabajar en ese momento, que eran cuatro personajes muy concretos. Uno de ellos me enseñó mucha valentía. Hay veces que tienes que hacer personajes en los que tú no estás a su altura, y eso te hace aprender. Otro personaje me enseñó mucha disciplina, fuerza, y otro personaje me enseñó una parte salvaje de mí que no tenía tan investigado, una parte muy animal de mí.
¿Dónde te podemos ver próximamente?
Voy a sustituir a Daniel Ortiz en la obra La Extinción de los Dinosaurios, que se puede ver en el Teatro Lara. A finales de abril del 2024 rodé Disforia y el mes de mayo rodé Luger. Acabo de terminar de rodar una serie que se llama La Frontera, he estado cuatro meses rodando en Donosti y aquí en Madrid.
¿Qué no puedes decir de la serie La Frontera?
La Frontera también me ha enseñado mucho, sobre todo porque hacía bastante tiempo que no trabajaba de manera continuada en el audiovisual. Es un papel con mucho peso en la serie, muy importante, muy diferente a mí, una persona que no tiene nada que ver conmigo en absoluto, y que he tenido que trabajar bastante duro. He tenido la suerte de las directoras que he tenido, Yolanda y María, que me han sabido llevar todo el rato por el camino que tenía que llevar y no salirme de él.
¿Cuándo tienes algún personaje, le aportas alguna caracterización especial?
Siempre que puedo me gusta poder crear una máscara orgánica, verdadera, no impostada. Es como ponerme un traje de otra persona y andar. No soy yo, pero es real. Yo también trabajo enseñando acentos y lo del acento lo explica muy bien, porque tú cuando haces un acento, para que sea genuino, tienes que ser tú, pero no tienes que ser tú.
¿Qué te inspira en la construcción de los personajes?
Me gusta inspirarme en la vida, en los seres humanos. Me gusta observar y pensar cómo es la historia que hay detrás de ese señor que tenemos aquí delante. Y empiezas a imaginar.
¿Qué te impulsó ser actor?
Estaba estudiando Derecho por mandato familiar y social, y me guardé la carta de ser actor, que era mi deseo desde el principio. Durante un tiempo combiné las dos cosas, hasta que me centré exclusivamente en la interpretación.
¿Qué papel te gustaría interpretar y que no te hayan ofrecido?
El que venga. No espero nada. Me encantaría hacer muchos papeles, porque todos de alguna manera hablan de algo, como mi situación vital.
¿Alguna preferencia de género?
Me encantaría una comedia, sobre todo después del personaje que he hecho recientemente.
¿Estás contento con lo que has hecho? ¿Has tenido suerte?
Sí, yo siempre he tenido suerte. Solamente una vez no tuve suerte. Pero también creo que fue un aprendizaje importante. Solamente una vez que he tenido mala suerte con los directores y los compañeros, lo digo así en genérico.
Pero esto también pasa con las parejas, ¿no? Bueno, y que siempre se aprende algo. Es mejor pensar qué puedo yo aprender de esta situación que quejarte, ¿no? Quejarte no te vale nada.
Finaliza la frase: ser actor es…
… una vocación.
Barnafotopress 
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