Irene Dev: “Un actor siempre ha sido un intermediario de una idea hacia el pueblo”

Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho. Entrevista realizada en Cafeteria Carretas 14.

Hay nombres de los personajes que pueden definir de manera directa a los actores que los interpretan. Este es el caso de Irene Dev que con su personaje de Alma sedujo a los espectadores de “Bienvenidos a Edén”, una serie de culto. Para Irene interpretar va más allá de muchas cosas, y por ello valora más que nadie esta profesión de la que se siente muy afortunada de vivir.

© Santi Martínez Sancho

¿La pasión por la interpretación ya te llegó a nivel familiar?

Me he dado cuenta con el tiempo de que todas las familias siempre tienen un artista. en distintas generaciones. Para empezar, fue mi madre, desde muy pequeña en teatro, creció y en Almería había mucho cine, además en esa época venían todas las grandes producciones televisivas. No tuvo mucho apoyo, pero lo llevó siempre en el corazón. Ser actor supone un acto de renuncia a muchas cosas, para explorar al ser humano y exponerme de una forma tan vulnerable a la hora de encontrar trabajo.

¿Cómo fue llegando esa pasión por la interpretación?

Yo recuerdo los actores conforme iba creciendo. Los veía y los escuchaba como hablaban, como por ejemplo José Sacristán.  Lo veía como una enciclopedia andante. Una persona con la que la lengua era su herramienta, con todos los recursos lingüísticos, las tablas, el cuerpo,  el aprender para poder comunicar. Al final, un actor siempre ha sido como un intermediario de una idea hacia el pueblo.  Y es un poco lo que a mí me inspira.

© Santi Martínez Sancho

¿Cómo te has formado?

Yo no he tenido muchos recursos a lo largo de mi vida y eso a mí me ha dado el hecho de convertirme en una persona autodidacta. Cuando estás activamente estando curiosa de manera activa, no puedes dejar nada en tu interior:  es cuerpo, corporalidad, danza, música, voz. Y luego llega el contacto con el teatro.

¿Cómo llegas a Bienvenidos a Edén?

Fue un poco obra del destino y del buen hacer de otras personas. Una profesora quiso compartir conmigo el casting, porque yo entonces no tenía representación artística. Era un casting muy genérico, y distinto de los castings on-line que se han hecho a partir de la era post-covid.

© Santi Martínez Sancho

¿Cómo preparas los personajes?

A nivel general lo que he aprendido es que cada personaje es una forma de salir de tu cuerpo y darle otro. Hay una herramienta interpretativa que no uso mucho que son unos juegos con animales que de verdad me parecen fascinantes porque empiezas a entender. La primera pregunta es la más difícil que haces, ¿Qué animal puede ser? Pero luego, y al principio a lo mejor puede ser un poquito complicado, pero una vez te haces a ello, te conviertes en el personaje y de ahí sacas una postura, un movimiento de cuello, cualquier detalle que de repente dices, ah, es que… Y que lo ponga ahí.

¿En tu personaje de Bienvenidos a Edén te lo imaginabas qué había hecho, como había vivido?

Yo me levanto por las mañanas y tengo ciertos recuerdos a lo largo de mi vida que están más presentes, que son menos vagos, pero el resto son espacios vacíos que sí están rellenados porque si me voy hacia atrás puedo buscar en mi memoria personas de mi pasado, amigos de mi infancia. Todo es una especie de croquis muy selectivo que te ayuda a configurar el personaje.

© Santi Martínez Sancho

¿Cuándo te ves en pantalla te reconoces?

No quiero ver nunca a Irene como tal. Obviamente hay cosas de Irene que sí le puedo regalar y eso me lo guardo para mí. A lo mejor personas que conocen esa parte de mí, dicen “has utilizado esto”. Pero sí intento crear porque creo que Irene son muchas personalidades, Irene son muchas Irenes. Entonces, trato de no verme, pero siempre voy a ver algo de mí,  por supuesto.

© Santi Martínez Sancho

¿Qué personajes te motivaría a hacer?

Llevo unos meses obsesionada con el personaje de la Colombine, que fue una periodista almeriense. Fue pionera en todo, fue una periodista e intelectual que llegó a estar en las salas más importantes de Madrid, que estaban reservadas exclusivamente para los hombres intelectuales de la época y a ella le abrieron las puertas y también fue maestra. Y fue pionera en el divorcio en España y creo que no se ha hecho la película de su vida. Me encantaría interpretarla ya que además aportaría mi acento. Tengo una idea romántica con esta historia.

Finaliza la frase: Ser actriz es…

…rendirte a la humanidad.

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