Isabel Serrano: “Los personajes se han de trabajar a través de las tripas”

Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.

Una de las preguntas más complicadas que se le pueden hacer a Isabel Serrano es que hubiera sido de su vida de no haber sido actriz. Y es que de muy joven la hemos visto en series, y programas de televisión que han dejado grandes recuerdos como “Brigada central”, “Lleno por favor”, “Al salir de clase”, “Amar en tiempos revueltos”, además de sus inicios en el mítico programa “Un, dos, tres… responda otra vez”. Recientemente ha rodado la serie “La encrucijada”, que ha levantado una enorme expectación y se ha incorporado a la premiada serie «La Promesa», que emite TVE, con el personaje de Leocadia.

© Santi Martínez Sancho

¿Qué supone para ti incorporarte a una serie como La Promesa?

Una gran responsabilidad. Es una serie que lleva más de dos años de éxito y laureada con un EMI. Mi propósito es estar a la altura.

¿Y que nos puedes avanzar sobre tu personaje?

Leocadia es amiga de la infancia de Cruz. Es una mujer viajada y poderosa, que llega a La Promesa a provocar algunos cambios. «Y hasta ahí puedo leer»

Hablando de ello, por cierto ¿Como llegaste al programa 1,2,3 responda otra vez?

Pienso que las cosas pasan porque tienen que pasar. No creo en las casualidades. Fui a una audición de baile a acompañar a una amiga y esa audición me llevo a otra que resultó ser la de 1, 2, 3. Ahí me encontré con lacara de Chicho y eso sí que no me lo esperaba. Eran mis comienzos como bailarina y nunca pensé que estaría en el nivel, sin embargo al cabo de unos meses, para mí sorpresa, me comunicaron que me habían elegido.

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¿Y era un visionario?

Absolutamente. No solamente tenía el ojo para las azafatas y las personas, sino para el entretenimiento. El formato de concurso que creó, no se ha vuelto a crear, era perfecto y de hecho ¿cuántos concursos han durado tantos años como el 1,2,3? Definitivamente Tenía un sexto sentido.

Teniendo en cuenta que eran tus inicios. ¿Fue como bañarte en frio, cuando estuviste en la serie Brigada Central?

Algo así, pero Eso lo veo ahora, después de haber recorrido el camino. En aquel momento No lo pensé. Es cómo cuando lanzas un bebé al agua, éste sale a flote respira y no se ahoga. Me pasó lo mismo, tuve que nadar y fluir con la corriente Yo tenía 19 años e hice una de las pruebas peores del mundo, o así lo pensé entonces, sin embargo me dieron el papel. Esta era otra cosa que tenía que pasar. Yo no tenía ni idea de qué serie era, ni cómo era, ni sí era una mujer policía. No tenía conciencia de quién era el director Pedro Masó, ni de la magnitud que tenía esa productora y a pesar de todo, me lancé a la piscina Es lo que tiene la inconsciencia de la juventud, que a menudo puede ser una ventaja, pues te lanzas y que sea lo que tenga que ser. A veces, si piensas demasiado las cosas, puede ser un freno para decisiones que podrían llevarte a cambios definitivos Pero bueno, hay que discernir, eso es algo muy importante para mí, tratar de discernir entre precaución, miedo o sentido común a la hora de elegir o tomar decisiones.

¿Ser actriz te ha hecho mejor persona?

No te sabría decir ya que no he sido otra cosa en mi vida. No puedo hacer una comparación, lo que sí es cierto es que esta profesión me ha hecho vivir cosas que no sé si las hubiera vivido en otro tipo de trabajo. Me ha hecho viajar por el mundo. He conocido a personalidades mundialmente conocidas que no hubiera conocido si hubiera estado trabajando en un ministerio, por ejemplo. Eso me ha dado una perspectiva más amplia de las cosas. Esta profesión es muy intensa, variable y además intermitente. Lidiar con el “ahora trabajo, ahora no y no se cuando voy a volver a trabajar”, me ha obligado a vivir en el presente de manera más consciente. Por eso, contestando más directamente a tu pregunta, ser actriz tal vez me haya hecho madurar más rápido y también tal vez antes de tiempo.

© Santi Martínez Sancho

Una pasión tuya es el baile. ¿Por ello te hizo ilusión el personaje que hiciste en Amar en tiempos revueltos?

Fui bailarina antes que actriz y los bailarines no dejamos de ser bailarines nunca. Y con todo esto, cuando me propusieron ser Adelina en Amar en tiempos revueltos, dije que no. Acababa de morir mi padre y yo necesitaba asimilar aquella pérdida. Le dije a mi representante de entonces que quería tomarme un año para mí, pero entre ella y Eduardo Casanova, director de la serie, me convencieron. Y luego me alegré. Adelina era un personaje fascinante. El concepto de bailarina en los años 40 estaba bastante denodado. Ella bailaba para los militares, en los cabarets y eso ya en si mismo, era algo poco honroso de cara a la galería, por decirlo de un modo suave, pero de alguna manera tenía que subsistir.

Además, era una mujer adelantada a su tiempo, una empresaria que había montado una escuela de baile, además de que lo que enseñaba y cómo enseñaba, era diferente, pues entonces no se enseñaba así. Adelina era muchas cosas, madre, esposa, emprendedora, pero sobre todo era una superviviente.

Y que además tenía una vida convulsa….

Sí, por todos los conflictos que vivía en su vida: estar casada por obligación con un hombre al que no quería, lidiar con una hermana complicada con la que tenía una relación de amor-odio, además del peso de ser la única fuente de ingresos en casa, más todos los intríngulis amorosos pues el amor de su vida y padre de tu hija estaba casado con otra mujer.

¿Te preparas mucho los personajes?

No podía ser de otra manera. Una de las partes que más me gusta de ser actriz es el viaje que hay que hacer en el tiempo. Hay una gran parte de investigación.

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Fuiste dirigida en teatro por John Malkovich en “Hysteria”. ¿Cómo fue la experiencia?

La experiencia fue de otra dimensión. Me dio mucha libertad de creación y llegué a sitios, para mí, inexplorados, como actriz. Nunca imaginé que consiguiera desdoblarme tanto. Él decía que los personajes son como las cebollas, con muchísimas capas, bien pues así fue el trabajo, ir quitando capas. Yo le traía una propuesta al ensayo, la trabajábamos, pero siempre se podía ir más allá. Entonces yo me decía: no es bastante, ahonda más, investiga más, desdóblate más, entrégate más. Fue una experiencia exhaustiva, intensa e inolvidable. Para mí es lo más difícil y lo más hermoso que he hecho en mi carrera teatral. Ahora, veinte años después, me doy cuenta de que estábamos trabajando en otra dimensión.

De nuevo has comentado la importancia de la investigación en los personajes…

Es crucial. Cuando estoy explorando Un personaje me resulta muy difícil identificar según que cosas. Una está ocupada en descubrir, en comprender y para eso hay que dejarse llevar y sentir.

¿Un personaje especial fue de Acusados?

Para mí el reto de Isabel Holgado en Acusados era el de hacer de perdedora, sí era policía, pero sobretodo perdedora, alcohólica y además con muchos conflictos en las distancias cortas. Tuve que deshacer la idea primera de autoridad, fuerza y control y enfocarme más en la sensación de vulnerabilidad sin dejar de ser una poli.

© Santi Martínez Sancho

¿Y cómo se trabajan personajes tan complejos?

Los personajes se han de trabajar a través de las tripas, y no desde la mente. Todo lo que se hagan tiene que ser verdad, no lo entiendo de otra manera y para eso hay que habitar la realidad del personaje en ese momento plenamente. El resultado tiene que ser “verdad” y que el espectador se emocione.

¿Hay una fórmula para el éxito? ¿Por qué no funcionó la serie Mía es la venganza?

No hay una varita mágica. Ahora mandan los números y las audiencias. Mía es la venganza tenía un buen casting y la serie estaba bien, pero…

¿Subirte a un escenario te da una especial energía?

Me da mucho respeto. Hacer teatro no es solo subirse a un escenario cada noche, es una forma de vida. Me explico, el teatro demanda mucha energía y cuando estoy envuelta en un proyecto teatral, solo hago eso. Descanso todo lo que puedo durante el día, cuido la voz al máximo… enfoco mi rutina diaria en dar el cien por cien por la noche en escena. Hay que ser muy puro haciendo teatro, esto no quiere decir que no haya que serlo haciendo televisión, no, son mundos muy distintos a cual más exigente.

¿De no ser actriz que hubieras sido?

Hubiera sido médico. Me encanta la medicina, sobre todo la medicina natural. Desde que soy pequeña me flipa el cuerpo-mente. Tal vez, hubiera sido un tipo de médico- psiquiatra holístico.

© Santi Martínez Sancho

Finaliza la frase. Ser actriz es…

… Una forma de vida. Creo que es importante ser humilde a la hora de trabajar. Aceptar que en determinados momentos tú no existes eres solo el medio. No se trata de ti, se trata del personaje, de ser un libro abierto que todos puedan leer y entender.

Para finalizar, en este 2024, participaste en el rodaje de la serie «La encrucijada». ¿Qué se va a encontrar la gente cuando se emita?

Se va a encontrar una serie con unos ingredientes muy adictivos. Es una historia de amor, lujo, pasión, venganza, intriga. Y esos son ingredientes infalibles. Secuoya, la productora, nos obsequio con el visionado del primer episodio y la verdad es que tiene una pinta estupenda. Me quedé con ganas de más.

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