Texto – Albert Roca. Fotografías – Albert Roca-Santi Martínez Sancho.
En el recientemente celebrado Festival de Cine de Sitges se presentó el corto “Malet”, en la sesión inaugural y que protagoniza el actor Pablo Molinero. Después de una trayectoria teatral y televisiva con varios proyectos, Pablo Molinero está en la primera línea cinematográfica con películas pendientes de estreno “Lo carga el diablo”, “L’aguaït” y “Nosotros”.

En el año 2018 te dieron el premio “Un futuro de cine” en el Festival de Cinema Jove, junto a la actriz Greta Fernández. Con la perspectiva del tiempo ¿Cómo lo valoras?
La verdad es que estoy muy agradecido. Y que fuera además en mi tierra, en Valencia. Desde entonces mi vida se ha enfocado a la interpretación ante la cámara de manera plena.
Antes ya habías hecho cosas. ¿Verdad?
En Valencia había hecho unos cortos, luego alguna serie en Canal 9 hasta que lo dejé un poco aparcado por el teatro. Monté mi compañía, junto con David Climent y Pilar López, Los Corderos, y estuve en cuerpo y alma entregado a ese proyecto, hasta que llegó La peste.
Antes de hablar de esta serie ¿Qué recuerdos tienes de esta compañía?
Hacíamos un teatro contemporáneo muy arriesgado, un teatro físico que nadie hacía. Entonces nosotros no acabamos de encontrar el lugar o no acabaron de dárnoslo. Y empezamos a hacer otras cosas, ya no solo nuestro proyecto y empezamos a trabajar para otra gente.
Como fue tu caso en La peste
La peste para mí fue un gran regalo de la vida. De hecho, coincidió con el nacimiento de nuestra primera hija, Lisa. Ella nació en Sevilla y yo a principio no quería hacer La peste porque iba a ser padre. Pero mi compañera me animó a hacerla,

¿Cuándo la rodasteis erais conscientes del éxito que tendría?
Yo considero que esta serie está entre las cinco grandes series que se han hecho en España desde la etapa de que las series ya no son generalistas, sino por parte de otras cadenas o plataformas. Tiene una calidad espectacular y más que ser conscientes del éxito, que lo considero relativo, sabíamos que estábamos delante de una gran serie y envejecerá de maravilla.
En la serie estabas caracterizado por ser de otra época. ¿Ayuda mejor a construir el personaje?
El hecho de que sea un contexto diferente me ayudaba mucho. Y es que yo soy muy físico. Y habían aspectos como el calzado, la ropa, los tejidos, los cordones, el cuero… Esto te ayuda a ponerte en otro sitio.
En este viaje cíclico de tu vida profesional. Hiciste La peste y recientemente presentaste el corto Malet en el Festival de Sitges, que está situado en otra época
Fíjate que yo no había hecho nada más de época. Además, Alberto Rodríguez me dijo, que tuviera cuidado y que a partir de La peste estuviera haciendo series o películas con espadas. Pero no ha sucedido. Pero fíjate que cuando me volví a ver caracterizado en Malet me llegó un flashback y alguien me dijo “¡No puede ser! ¡Otra vez estás ahí!” Pero desde el principio les dije que haría este proyecto si me daban libertad interpretativa. Le aporté cosas a mi personaje como que cojea y tiene tensión en la mirada y una turbiedad en la mandíbula, que lo hacen realmente diferente del Mateo de La peste.

¿Te interesó el tema de la superstición del que se habla en el corto?
Yo siempre había pensado que en la Inquisición se quemó a muchas brujas. Pero no es del todo cierto, ya que la Inquisición estaba preocupada por los dogmas de fe. Fueron los poderes fácticos de los pueblos, junto con personas rencorosas y maliciosas las que lo hicieron. O sea, que no fue ninguna institución, sino las personas.
Las que se consideraban brujas eran unas mujeres que practicaban medicina natural y que eran sabias en sus aldeas y en la montaña. Y pasó todo sobre todo en lugares con mucho poder municipal, en lugares montañosos. Por eso en Cataluña se quemaron más mujeres que en otros lugares. Y lo veo todo con una perspectiva contemporánea. Hoy en día lo hacemos también, dejando Palestina masacrar, porque es un pueblo que no tiene nada, que no tiene dinero, no tienen poder. Entonces no pasa nada porque los masacren. Lo mismo pasaba con aquellas mujeres. Eran mujeres muchas veces que eran las pobres del pueblo, no eran las ricas herederas. Y con esas se las podían cargar porque nadie iba a defenderlas.
¿Te gustaría que tu personaje del corto de Malet, tuviera más desarrollo en un largometraje?
Sí, porque el corto es el momento de transición. El de ser un pobre desgraciado, un pobre hombre, un saludador, de estos que iban chupando las heridas a los que les mordía un perro a ver si no les daba la rabia, chupando a los niños a los que se curaban de una enfermedad incurable. Y hay un proceso de ese pobre hombre que se transforma por pura supervivencia en un cazador de brujas. condenando a muchas mujeres a la hoguera por su culpa. Es un poco la construcción del mal, que a mí me interesa tanto también, esas reflexiones humanas.
Otro registro distinto tuyo es en la película “Lo carga el diablo” de Guillermo Polo, pendiente de estreno. ¿Es una película “peculiar” con la mezcla de drama y comedia?
En la vida misma las cosas dramáticas a veces son cómicas también. Se cae una mujer y por la manera de hacerlo igual hasta te ríes, y en los tanatorios se pueden hacer hasta bromas. Me parece que está mezclada la vida, tiene muchas más capas de las que le queremos dar cuando la representamos. Y es verdad que Lo carga el diablo, tiene una visión un poco americana en cuanto a la estética.
¿Y la tiene especialmente esta película?
Tiene algo de esas Road movies americanas, de esos cafés americanos, el recorrido que se hace por las carreteras secundarias, y los garitos.
¿Y qué aspectos coincides con tu personaje de Tristán?
Me acerco a él por esa parte un poco más tristona, más melancólica, como de artista maldito, de que el personaje no podrá publicar nunca su novela, Y allí he tenido un punto de encuentro conmigo mismo ya que he sido creador en la compañía Los Corderos, y escribíamos y dirigíamos nuestras obras.

¿Cuándo interpretas sigues un proceso creativo?
Considero la interpretación como un acto de creación. Yo creo en el intérprete creador, no el intérprete que dice ¿qué hago? ¿qué tengo que hacer? Cuando trabajaba con mi compañía, nunca he trabajado con intérpretes que me dijeran ¿qué hago? ¿dónde me pongo? ¿cómo lo digo? Cque el actor tiene que crear también y ofrecerle al director y que él elija esa propuesta u otra. Pero soy muy reivindicativo de este aspecto, de la responsabilidad de la creación de los personajes.
Pero no siempre sucede así…
Me he topado con directores que te atan más corto, y eso lo asimilas. Igualmente, siempre puedes hacer ese trabajo más interno. Y te buscas tus recursos para sobrevivir. En el caso de Alberto Rodríguez en La peste no me dejaba casi moverme, y yo venía por ejemplo del teatro físico. Pero igualmente no yo me quedé quieto como una estatua, porque si lo hacía se moría mi personaje. Lo que hice fue es llevar todo el movimiento para adentro y la inquietud interna la tenía en mis pensamientos y mis decisiones. Dicho esto, te tienes que adaptar a lo que te piden pero lo puedes transformar, no tienes por qué mutilarte porque a última instancia si lo que ofreces no es interesante, si un día uno te dice no te muevas y tú no te mueves, te quedas quieto como un palo. Y entonces no va a ser interesante. Me buscaba mis estrategias para que ese movimiento fuera variando.
Estás a punto de presentar varias películas. ¿Te sientes cómodo en el cine?
Es un lenguaje distinto y estoy muy motivado. Piensa que vengo del teatro y ya yo tuve una experiencia con el audiovisual cuando era joven. Hice una serie diaria en Valencia y cogí una crisis increíbl,e porque hacíamos los capítulos súper rápidos y con los 20 años que tenía me venía como un poco grande y tuve una crisis. Necesitaba un bagaje, una experiencia para ver las cosas que se hacen bien y no tan bien. He llegado al cine ya con un bagaje teatral, con un listón interno propio al que luego se añade el del director. Entonces, en eso estoy más tranquilo. Ha llegado el momento ideal. También lo que pienso es que el formato de película me atrae más porque me parece un viaje con un principio y un fin,
¿Te sientes con zapatos nuevos?
En la interpretación hay unos vasos comunicantes. Yo estoy gozándola en cuanto a que para mí ha sido un cambio, y los cambios siempre te dan mucha vida. Y efectivamente, lo que estoy viviendo es como un niño que tiene unos zapatos nuevos.
¿Tienes alguna preferencia especial hacia algún personaje concreto?
Tengo preferencia por los personajes más estrambóticos y que estén alejados de la cotidianeidad. Y ee porque tiene que ver más con la construcción de un personaje que hace un viaje interpretativo y a la vez personal. Cuanto más alejado de mí mejor. Recuerdo por ejemplo el yonki que hice con Karra Elejalde.

¿Con esta inquietud que tienes, te gustaría dirigir?
Siempre he tenido esta inquietud, y nace de mi etapa teatral en Los corderos. Hicimos el guión para un director madrileño y con mi compañero escribimos el guión de una serie que se ha quedado allí un poco aparcada Me interesa el mundo de la dirección y cualquier actor debería estar un poco también interesado, ya que cuantas más cosas conozcas mucho mejor.
¿Cómo te definirías?
Soy un enamorado de mi trabajo. Soy un enamorado de la vida, me gusta vivir, y conforme voy cumpliendo años me parece que no quiero vivir para trabajar, pero por eso mismo los trabajos que hago intento que tengan un valor, porque me entrego un cuerpo y alma.
¿Eres muy exigente?
Soy muy pesado porque me gusta darle vueltas a los personajes, a las cosas, a las historias, a las escenas, para que lleguemos lo más lejos posible. Creo que son puntos de partida los guiones, pero hay que ir más lejos en los guiones, en los ensayos, en los rodajes, en los montajes.
Para finalizar. ¿Dónde te podremos ver próximamente?
Lo carga el diablo se presentó recientemente en el Festival Rizoma en Madrid, y también en el Festival del Mar del Plata, en Buenos Aires, de Clase A. También tengo pendiente de estrenar “L’aguait”, que es el título provisional, ambientada en la etapa de los maquis, en la postguerra, y que es una historia realmente apasionante. Otra película pendiente de estrenar es “Nosotros”, coprotagonizada con María Vázquez, y que tiene como particularidad contar la historia de una pareja desde el final hasta el principio. Hay reflexiones vitales muy interesantes. A mí, por lo menos, me ha tocado mucho en el momento en el que estoy.

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