Antonio Gil: “Me gustan los desafíos”

Texto – Albert Roca. Fotografías- Romero de Luque. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.

Antonio Gil es uno de esos actores que cuando lo ves en un proyecto es que se trata de algo importante. Lo hemos visto en registros bien diferentes, en sus personajes en “Escándalo”, “Alba”, “Hispania”, “La Reina del Sur” o “Pedro el Escamoso”. De lo solicitado que está apenas tiene vacaciones, pero no le importa ya que se considera un privilegiado en trabajar en lo que más le gusta: interpretar. 

©Romero de Luque

En el abogado que interpretaste en la serie Alba ¿Te inspiraste en el abogado Tom Hagen de El Padrino?

Está muy claro que había una referencia, ya que el personaje se llama Eloy Duval. Allí ya estaba el homenaje. Aunque mi personaje incluso era más oscuro que el interpretado por Robert Duvall si cabe. Estaba más en la retaguardia, hacía cosas horribles pero manteniendo una facha impecable.

Más recientemente has estado en Pedro el Escamoso 2

Lo curioso es que dentro del tono de comedia que tiene la serie mi personaje cae mal. Soy el antagonista, y como en toda ficción se necesita un contrapunto que es mi personaje. Pedro El Escamoso, como sabéis es muy conocido en Colombia, y en toda Latinoamérica: un mentiroso compulsivo y caradura, pero encantador. Tiene ternura pero lo querrías matar ya que te mete en líos. Como es el protagonista quieres que se salve, y mi personaje en cambio es más incómodo, ya que detesta al protagonista. Y hay una confrontación muy interesante de cara al público.

©Romero de Luque

Otro personaje tuyo popular es en la Reina del Sur 

Aquí hay un registro completamente distinto, ya que soy el mejor amigo, el tutor y amor platónico de la protagonista. Lo que pasa es que en esta última temporada, precisamente, somos todos mercenarios, gente que está ya fuera de la ley. Y lo que hace tan querido a Oleg es que tiene unos principios y una nobleza muy fuertes, dentro de que son gente violenta. Y todo esto se ha remarcado especialmente en esta temporada. Pero tiene una nobleza y una inteligencia y un corazón y una sensibilidad, sobre todo en esta temporada, debido a vivencias fuertes en su pasado reciente. hay una evolución del personaje desde el duro frío y calculador de anteriores temporadas a alguien más roto, más pasional y a flor de piel, sin que pierda su esencia. 

Hablando en general. A lo largo de tu trayectoria has hecho personajes muy distintos. 

Me gusta hacer cosas diferentes. En cada proyecto nuevo casi siempre he escogido interpretar un personaje que contraste con el anterior, cuando he tenido la opción. Por ejemplo, volviendo a Alba, me apetecía ser un cabrón, un antagonista así, antipático. Y después hice un personaje bueno no, lo siguiente, en la serie “Escándalo”. Fernando Líndez interpretaba el papel de mi hijo, y conseguimos crear una relación paterno-filial muy estrecha, y llena de contrastes.  

©Romero de Luque

¿Y cómo preparaste tu personaje?

No me resultó tan difícil de entender porque tengo muchos amigos, y una hija adoptiva que ha pasado su adolescencia. Todos hemos sido adolescentes y es un choque de generaciones. Mi personaje es un buen hombre que intenta por todos los medios que a su hijo le vaya bien en la vida, y dentro de su entendimiento piensa que está haciendo lo mejor para él. Pero por su parte es un chico que está bastante torturado, que tiene muchas inquietudes y que le está pasando algo muy fuerte, y que yo desconozco. Cuando descubro lo que está pasando, la única opción es la muerte.

En teatro has trabajado con directores de la talla mundial de Peter Brook. ¿Cómo lo llevaste?

Es un gran referente, pero no creo en la figura del gurú ni del genio. Sí creo que hay grandes maestros, y sin duda él fué uno de ellos. Yo considero que esto es un oficio, un trabajo que intentamos dignificar y que cuando algo se empieza a convertir en doctrina, me deja de interesar personalmente. Y ya sea Peter Brook o cualquier otro director mi trabajo es completar ese sueño que él tiene en la cabeza y apoyar el proyecto. Yo estoy siempre a favor de obra. Cuento con mi experiencia, la total entrega y pasión por mi trabajo y mi preparación, pero no exijas que te adore, que te adule, que sea devoto tuyo o que te haga la pelota, porque eres un ser humano igual que yo.

©Romero de Luque

¿Fue especial trabajar en la película de James Bond “Quantum of Solace”?

Era un papel muy pequeñito, pero no podía decir que no, porque la pregunta era:¿Cuándo voy a volver a tener la oportunidad de trabajar en un Bond?  Lo que tenían allí montado para mi secuencia de persecución, que duraba sólo unos minutos, era una cosa técnica alucinante, una pantalla azul pero gigantesca. Construyeron un brazo gigante, un artilugio altísimo al que se subía con escaleras, que se movía, y que emulaba los movimientos desde el interior de un avión. Entonces, bueno, fue como en un video juego, como estar sentado en un juguete de realidad virtual durante dos días. Formar parte de una super producción de ese calibre fué muy emocionante.

¿Cuál es el personaje que te ha faltado? ¿Alguno más de comedia? 

Pues mira, me gustaría mucho volver a hacer comedia. Has dado ahí en el clavo porque yo hice durante muchos años mucha comedia y de pronto se me empezó a tomar en serio. Parece ser que se me toma como “un actor serio” para gran parte de la profesión y yo lo agradezco, cuando realmente soy bastante clown y payaso en mi vida privada y para mis amigos. Sin embargo había hecho mucha comedia en teatro y en proyectos como Plutón BRB Nero, para Álex de la Iglesia. Y recuerdo que mi primer trabajo en España fue Mujeres, una comedia humana y urbana con ciertos toques de drama. 

¿Y que ha podido suceder para que no te llamen en papeles de comedia?

Somos un poco perezosos y cuando te ven en un determinado papel te lo siguen ofreciendo. Me debieron ver por ejemplo en Hispania o proyectos similares y vieron mis posibilidades de hacer un personaje duro. Pero yo siempre estoy buscando cosas nuevas y registros diferentes. Y un buen ejemplo es el personaje que he hecho recientemente, George Bernard Shaw, el premio Nobel de Literatura. Fue interesante porque tenía un acento irlandés y era un personaje público bastante peculiar, divertido y brillante. Y fue un desafío. De hecho, me gustan los desafíos. Cuando me proponen algo que me pica, me digo, “uy, eso es difícil, lo voy a tener que hacer”.   

¿Tan claro lo tienes?

Nosotros trabajamos con la ilusión, con la imaginación. Tanto con la nuestra como con la del público. Si un director, un director de casting, un guionista, te imagina haciendo algo, para mí eso es una señal de que puedes hacerlo. Porque si funciona en su imaginario, ya existe todo de una manera. Aunque yo piense que no lo puedo hacer, me aferro a que si me ha imaginado haciendo esto, es que podré hacerlo. Sólo hay que trabajar, investigar terrenos que a veces son menos conocidos para nosotros. Pero todos los personajes son seres humanos. 

¿Y te sientes feliz de haber hecho personajes tan diferentes y muchos casos opuestos?

A mí me refresca el hecho de explorar otros territorios. Me gusta cambiar, pero no por el hecho de hacerlo físicamente o caracterizarme, sino que me gusta el cambio del personaje de manera íntegra, por dentro y por fuera. Muchas veces hay gente de la producción que no me localiza, que no me ubica en otro personaje, o sea que me dicen “ah, tú eras el Capitán Valladares de Plutón BRB Nero”, o el de Malaka, o de tal o cual proyecto, y ni te habían reconocido. Eso para mí es muy gratificante. Me gusta, me interesa la idea de la encarnación, esconderme detrás o a ser posible desaparecer dentro de cada personaje.

©Romero de Luque

¿Entonces cada personaje nuevo puede ser un reto?

Para mí es esencial la sorpresa, la novedad. El renovar es una de las razones fundamentales por las que estoy en este oficio, porque en primer lugar y ante todo me divierte, me apasiona tanto que a veces no me parece trabajo. Con todo te exige una disciplina, una dedicación, unos tiempos, unos viajes, unas separaciones, unos desarraigos tremendos, pero uno de los motores para mí es la variedad, no aburrirme nunca es una de las bendiciones de este oficio. 

¿Cuál es tu siguiente proyecto?

La serie “Maldita alma”, para Mediaset y de la productora Plano a Plano. Aquí tengo un personaje noble, con principios, con sentido común y mucho peso. Y en cuanto a la trama hay una mezcla interesante entre política, ambición y religión. Y va a enganchar muchísimo. 

¿Te ves alguna vez dirigiendo? 

Pues mira, sí, me gustaría mucho y ya lo he hecho en teatro. Dirigí a Ana Fernández en el Lunar de Lady Chatterley, aquí en El Teatro Español por ejemplo, y también lo he hecho fuera de nuestro país. Y en audiovisual me he dirigido algunos cortos, así muy caseros, con muy pocos medios, pero es un lenguaje que me interesa mucho. Lo tengo un poco aparcado este tema pero me gusta seguir explorando esa parte.  

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑