Sofía Milán: “’Alumbramiento’ es horror cotidiano y real”

Texto – Albert Roca. Fotografías – J.Ladiv.

Sofía Milán es uno de los rostros del año. Ganadora del premio a la mejor interpretación junto a sus compañeras en el BCN Film Fest por Alumbramiento, está a la espera de las nominaciones de los Goya. Pase lo que pase Sofía ha llegado al cine español para quedarse, talento y presencia no le faltan. Antes de Alumbramiento ya brilló con luz propia en la diaria Amar es para siempre. De todo ello nos habla en esta entrevista.

¿Qué recuerdos tienes de Amar es para siempre?

Cuando iba a entrar me dijeron que tendría mucho trabajo, que fuera con mucho cuidado. Yo llegué con unas ganas enormes para aprender sobre todo a lo que es un ritmo de serie diaria. Me enseñó todo lo que sé ahora.

¿Y de tu personaje?

A diferencia del personaje de Alumbramiento, Catalina se parecía mucho a mí. Era una chica joven que quería ser artista, cantante o bailarina, que tenía los problemas normales de una niña de 15 o 16 años.  Se trataban muchos temas, al final es un año entero de capítulos y eso te da para un millón de cosas.

¿Te gustó el final?

El final me pareció bien, ya estábamos acostumbrados a que todos los hijos de Manolita y Marcelino en algún momento desaparecen para que puedan venir los demás. Y aunque yo era la pequeña de los Gómez de la familia, todavía quedaba el personaje de Ciriaco, que es el hermano que está antes que yo, que es Daniel Cabrera, por salir en la serie. Entonces estaba claro que mi personaje no iba a ser eterno, ya que ninguno de los hermanos ha estado todas las temporadas.

¿Cuál es el ritmo de una serie diaria?

Muy duro, es muy intenso. Te levantas muy pronto, estás muy concentrado todo el día porque tienes muchas secuencias y escenas. Era un no parar: primero te tocará llorar, luego no, luego enfadarte, luego reír, luego comer corriendo, cambiarte de ropa y volver a grabar. Luego llegas a casa reventada y tienes que estudiar para el día siguiente, pero a mí me encantó. Yo era feliz haciendo eso.

¿Te gustan los musicales? ¿Allí se inició tu camino de la interpretación?

Yo empecé estudiando teatro musical, porque yo desde muy pequeñita, a los 6 años, canto. A raíz de que mi hermano empezó a decidir que quería ser actor y empecé a trabajar en el teatro me enamoré enamorar también de la interpretación. Cuando terminé cuarto de la ESO surgió la decisión de continuar con todo esto, que era mi sueño.

¿Cómo llegas a Alumbramiento?

Como casi en todos los proyectos, haciendo muchas pruebas. En agosto recuerdo que hice un self-tape para una película de la que no sabía nada, y todas hicimos la misma prueba para los mismos personajes, para el de Rose y para el de Lola. Y tú haces una prueba e intentas olvidarte y de repente desde agosto hasta octubre yo no supe nada. Y en octubre me vuelven a llamar porque querían verme de manera presencial, y esta vez para el personaje de Lucía. Me di cuenta de que igual Lucía era un personaje importante, porque en las otras secuencias que yo había grabado de la primera prueba, los dos personajes hablaban con Lucía. y yo ya iba muy nerviosa. Pero la verdad es que la directora de casting y el director estuvieron muy bien porque a la semana de la prueba presencial ya me dijeron que iba a hacer la película.

Tu personaje de Lucía se podría definir como muy luchadora

Sí, Lucía es muy fuerte, le pasan muchas cosas y aunque se la ve sufrir mucho durante toda la peli, lo hace cualquier persona que le podría ocurrir lo que le ocurre a ella. Sin embargo, ella sobrevive a todo eso y lucha a pesar de perder a gente por el camino, de perder su familia, de perderse a ella misma.

Una película que trata un tema muy delicado y que ha sucedido relativamente hace poco

Por eso es tan importante hacer este tipo de películas, no porque ahora mismo esté pasando exactamente lo mismo, claro que no. Es importante que se muestre para no repetirlo y también para hacer una comparación con la situación actual, de si hemos avanzado mucho o no en este aspecto.

Hay una escena muy importante en la película y es cuando das una torta a uno de los personajes

Esa escena fue un día muy importante en el rodaje, porque empezaba a estar yo sola en todas las escenas, con las monjas, pero ya no estaban mis compañeras. Y si ves mi guion, en esta escena aparece una coreografía, porque realmente está todo muy contenido y tenía coreografías de miradas, porque apenas hablo. Es un momento que lloro, dejo de llorar y vuelvo a llorar todavía más, hasta que todo se desencadena en la ira, y que desemboca con la  torta. Es una escena que se discutió mucho porque, claro, decían cómo de real puede llegar a ser esto si hubiese pasado una niña con el carácter que tenían aquellas monjas, con la presión que ejercían sobre ellas. Cómo de real sería que a una niña le pegase una torta a una monja, pero te lo pedía tanto el cuerpo. Con el guion se vio que era inevitable que sucediera.

¿Para prepararte para tu personaje te documentaste?

Nos pasaron alguna que otra entrevista, que creo que no es pública, que nos la pasó Televisión Española, para entender a estas chicas. Y es que se entrevistó a tres chicas que estuvieron en Peña Grande en aquellos años. Y también hay un documental de la España después de Franco.  Hay que entender que los ochenta en España no son los ochenta que se imagina todo el mundo; el de las sombreras, los pelos locos. Todo dependía del dinero que tuvieras, donde vivías, la familia, dónde habías nacido… Y eso es lo que se veía mucho en ese documental, en qué punto estaba España, que estaba muy dividida todavía, aunque estábamos en plena transición. También vimos muchos documentales sobre mujeres que habían perdido a sus bebés a manos de otras personas, que creían que les habían robado. O gente que saben que son bebés robados y cómo lo han llevado de mayores.

¿Fue muy duro para vosotras conocer esa historia?

Te pones en la piel y te da mucha rabia. El director nunca nos dejó conocer a las mujeres que trabajaron con él dando sus testimonios hasta el momento del estreno de la película, porque no quería que nos afectase demasiado. Porque no es lo mismo conocer el dolor de ellas en ese momento, que el dolor de después de 40 años y seguir luchando y que no haya pasado nada. Esas niñas en ese momento están aterrorizadas en los años 80, están muertas de miedo, sobreviviendo como pueden, pero cuando ya son mujeres de la edad de mi de mi abuela, el miedo es otro y la manera de llevar la vida es otra. Y entonces la rabia y el enfado que ellas tienen es diferente. Ha sido muy duro cuando han visto la película y las hemos tenido delante. Hemos tenido charlas y hemos hablado mucho, teniendo en cuenta que no todas vivieron lo que ocurrió en Peña Grande. Algunas vivieron cosas muchísimo peores y otras lo vivieron muchísimo mejor, porque por eso hay tantos personajes en la película, y se quiere demostrar que cada una tuvo un camino diferente.

¿Cómo viviste la enorme acogida que tuvo la película en el BCN Film Fest, con los premios?

Nosotras ya estábamos encantadas de estar allí. Se había estrenado en Madrid pero la primera vez que se vio en público fue en Barcelona. Era un premio, por las películas que había, por el gran jurado…  Cuando llegamos allí y de repente subimos al escenario y Eduard Fernández nos da el premio a la mejor actriz no nos lo podíamos creer. Fue una locura. Además, Pau tampoco se esperaba el premio a mejor dirección. Quizá no esperábamos nada, y no porque no creamos que nuestra película lo mereciera, pero nunca sabes al 100% si el resto va a poder verlo y valorarlo.

¿Has pensado en la posible nominación a los Goya?

Sí que lo pienso y me pongo muy nerviosa, porque hay un montón de chicas también que están estupendas que también han sacado películas. Siempre digo que con ser nominada sería feliz con estar allí.

¿Y con los ojos cerrados qué tipo de personaje te gustaría hacer?

Me encantaría hacer una película de miedo psicológico. De hecho, pienso que Alumbramiento un poco ya lo es, es el horror cotidiano y real. No sabía yo que me iba a sentir tan cómoda en un registro tan oscuro y tan intenso.