Texto – Albert Roca. Fotografías de Paco Navarro.
Ha cruzado varias veces el charco, pero sin pensar en ese charco, sino sencillamente trabajar en nuevo personaje. Paulina Gálvez, con sus rasgos latinos muy marcados, tiene una trayectoria espectacular, con esos altibajos que le han hecho crecer a nivel profesional. A distancia corta tiene mucho carisma y por ello los directores saben que es una garantía de que con ella en el proyecto algo grande puede pasar. Acaba de estrenarse en Paramount + en UK la serie Stags, donde interpreta el personaje de Selma.

Ahora ya no es noticia cuando un actor nacional cruza el charco y rueda producciones internacionales. Pero en tu caso lo has tenido claro desde los inicios. ¿Te hace sentir más cosmopolita o global?
Creo que ha sido algo fortuito, las oportunidades de trabajar en producciones internacionales me han llegado desde mis inicios, pero también es algo matemático, porque tiene que ver con la cantidad de oportunidades que me ofrecen, ya que ellos eligen al elenco que necesitan a través de castings, no están tan condicionados por el star sistem del momento como aquí, y ahora el self tape o auto casting facilita aún más que te puedan ver como opción. Todos mis trabajos internacionales los he conseguido a partir de una prueba y el emigrar a Estados Unidos en el 2005 donde residí 16 años ha mejorado mis opciones, ya que ahora tengo doble nacionalidad. Pero al principio estuve dos años sin poder trabajar legalmente allí, y además me costó un tiempo congraciarme con mi latinidad, que es mi mayor fuente de trabajo en este momento. En mis inicios aquí en España tuve que esconder y opacar mi forma de hablar y mi mestizaje, porque en esos tiempos no se llevaba, el mercado audiovisual era muy cerrado y tenía unos estereotipos muy definidos. Para poder trabajar me convertí en española 100% hasta en la vida, pero por fin se está aceptando que tengamos más colores y matices, y eso me permite trabajar en una variedad de proyectos amplísima.
Un ejemplo es el personaje de Selma en la serie Stags, que se acaba de estrenar en Paramount + en UK. ¿Qué nos puedes decir de la serie y de tu personaje?
La serie es una producción de Eleven Films, los creadores de la maravillosa serie Sex Education, para Paramount + y han reunido una conjunción impresionante de talento británico, español y latino en una historia muy gamberra y trepidante que pronto podremos disfrutar en España. Selma es una mujer latina muy poderosa, una sobreviviente, que dirige desde dentro de una prisión sudamericana los negocios del cartel internacional, mientras está enfrentada a su hermano por el poder total. Y a esa prisión llegan unos jóvenes británicos quienes durante la celebración de la despedida de soltero de uno de ellos, son acusados de tráfico de drogas. Ahí comienza una escalada a lo peor del ser humano, pero en un tono que combina thriller, comedia y drama. Interpretar a Selma ha sido una fiesta cada día de rodaje.

Hace un par de años estuviste codo a codo con el actor Mel Gibson. ¿Cómo fue la experiencia?
Maravillosa, porque descubrí a un ser humano y un compañero muy generoso y divertido detrás de la persona pública. Se trataba de una película independiente, Desperation Road, y mi papel es secundario pero compartía el set con él siempre, porque interpretaba a su pareja, así que lo disfruté mucho mientras le oía contar anécdotas de sus películas y sus hallazgos como director.
¿Te gusta variar en cuanto a personajes?
Siempre. El territorio de lo conocido puede ser una trampa muy aburrida, y lo desconocido siempre es excitante. Además odio que me encasillen tanto en la vida como en el trabajo. Siento que aún me quedan muchas posibilidades para explorar.
Llevas ya una larga trayectoria, pero siempre has estado allí en diversos proyectos. ¿Cuál ha sido la clave?
No abandonar. Aunque las cosas en algunas etapas no hayan sido nada fáciles, siempre he encontrado la manera de ejercer mi oficio y de crecer, de reinventarme.

¿Qué te llevas de cada personaje?
A veces incorporo a mi vida algo que he experimentado, que he descubierto y que me gusta, y eso puede ser una habilidad como bailar tango, un idioma o acento nuevo, y otras es algo profundo que he llegado a entender. Buceo mucho en mi interior cuando preparo mis personajes y casi siempre descubro rincones nuevos.
¿Siempre es un reto afrontar un nuevo rodaje?
Siempre, y eso me hace sentirme muy vulnerable y alerta, como si fuera a explorar la selva. Es una sensación de miedo divina, porque en el fondo, hay una parte de mí que se cree capaz de todo, que lucha por salir a flote. Y en esa tensión pasan cosas muy vivas y eso me rejuvenece más que las cremas.

¿Sientes la ilusión del primer día?
Absolutamente, y el vértigo de sumergirme en la historia, a ser posible sin red, la esperanza de que sepamos contarla, la alegría de hacer lo que me apasiona y la gratitud de compartir ese momento con seres creativos que siento mi tribu. El último día para mí es siempre un duelo.
Aquí en Catalunya se te recuerda por un personaje entrañable como el de Charo en Poblenou. ¿Te gusta interpretar personajes que dejen huella?
La Charo me conectó con una parte del público catalán que se identificaba con mi personaje de inmigrante o empatizaba con ella. Recuerdo a una chica que me dijo en el metro que Charo le había ayudado a entender a sus padres inmigrantes, y por primera vez sentí que lo que hacía tenía el poder de modificar o aportar. A partir de entonces me siento aún más responsable de cómo presento mis personajes porque se que el arte en general puede ayudar a cambiar la narrativa, o al menos a completarla. Creo que los personajes dejan huella cuando nos desvelan algo que quizá está en nosotros o algo que desconocemos totalmente, pero lo vivenciamos a través de ellos. Me fascinaría que eso pasara más a menudo, claro, pero yo intento descubrir el alma de todos.

¿Cuál es el género que no hayas tratado tanto pero que te gustaría hacer, o incluso un personaje?
En audiovisual me han llamado menos para hacer comedia que drama. En teatro sí he hecho comedia y la he gozado enormemente. En realidad creo que soy una actriz bastante dotada para la dramedia.
¿Ser actriz te ha ayudado a ver la vida de otra manera?
Absolutamente, me ha ayudado a vivir. Desde superar miedos e inseguridades, ya que como actor te expones a la mirada y el juicio ajeno cada día de tu vida tanto en lo profesional como en lo personal, hasta destruir prejuicios propios y conocer en cada trabajo un poco mejor nuestra fascinante raza humana. Tuve un maestro en Estados Unidos, Tom Todoroff, que me descubrió que ser actor es convertirte en un ser humano profesional. O sea que todo lo que experimentas en la vida nutre tu oficio.
También me ha descubierto países nuevos, me ha regalado a mis mejores amigos y algunos amores, así que estoy profundamente agradecida por todo lo que me ha dado y continúa dándome en la vida.

¿Te ves en el futuro llevar al cine, teatro, o televisión una historia propia?
Ya he dirigido un par de cortos y obras de teatro corto escritos por mí, a partir de historias de otros, y tengo terminado un guion para un largometraje en el que sigo trabajando y donde busco contar una historia propia que me interesa. Me he escrito un personaje que tengo muchas ganas de explorar, y me gustaría dirigirlo en un futuro cercano.
Para finalizar. Acaba la frase. Ser actriz es…..
Mi manera de vivir.

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