Ana Peleteiro en ELLE: tocando el cielo

Texto – Redacción-Hearst. Fotografías – Hearst.

ELLE entrevista, en su número de junio, a Ana Peleteiro (Ribeira, A Coruña, 1995). La deportista hace una pausa en su exigente rutina de cara a los Juegos para conversar con nosotras sobre sus expectativas ante la meta de París 2024, el lado más oscuro del atletismo, la importancia crucial de su clan familiar y su deseo cumplido y más arraigado desde su infancia: la maternidad.

Se define a sí misma como una persona «muy competitiva» en la pista, no en la vida. Y nos confiesa que la envidia es la parte más negativa que esconde su deporte («Es triste que pienses que la gloria de los demás te perjudica»). En nuestro encuentro, descubrimos a una mujer empoderada, enamorada, con una fe inquebrantable y devota de su familia, que, tras ser madre, dice sentirse «más rápida, más fuerte, más técnica» y más segura de sí misma que nunca. De hecho, nos adelanta que, en un par de años, desea repetir la experiencia. Y es que la maternidad le ha hecho entender lo mucho que la quiere su propia madre. Ella fue adoptada con dos días de vida, y sobre este hecho hace una honesta reflexión: «La adopción es la pera, es un acto de bondad y de amor absoluto, aunque yo no sé si sería capaz de llevarlo a cabo». También reconoce que sufrió racismo durante su etapa en el instituto, pero jamás puso la otra mejilla: «Me di de leches muchas veces». Y es que la atleta siempre ha sabido pelear, en todos los ámbitos.

Mientras llega la ansiada cita olímpica, Peleteiro, puro carácter y determinación, hace algo más que soñar con el oro, cree en él, se enfoca en él y perfecciona incansable sus saltos arañando centímetros para alcanzarlo.

EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA 

  • «Soñar es fácil. Hay creer, luego soñar y después hacer».
  • «Luchar por ser el mejor saca lo peor de ti».
  • «Mi marido y yo veníamos de relaciones tóxicas, de las que habíamos salido muy quemados. Soy consciente del maltrato psicológico que había sufrido y me sirvió para aprender».
  • «La maternidad me ha hecho ver una Ana que yo desconocía. Una Ana que no se rinde».
  • «Yo intento dar voz al respeto y a que todo el mundo tenga las mismas oportunidades».
  • «Mis padres, hasta que yo no cumplí los 18, vivieron con miedo de que mi madre biológica recurriese y me tuvieran que devolver».

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