Texto – Albert Roca. Fotografías – Albert Roca-Archivo de Javier Losán.
Hablar de Javier Losán es hablar de humor puro humor. Con una larga trayectoria a sus espaldas se ha hecho muy popular con el entrañable personaje de “El Ovejas” en la serie “El Pueblo”. Con el humor como bandera a Javier Losán lo podemos ver actualmente en la obra de teatro “Que Dios nos pille confesados” y en el monólogo “Ni confirmo ni desmiento”. En el Festival Internacional de cine de Blanes (Girona), que se está celebrando estos días, ha presentado el corto “Sole” por el que ha sido nominado al mejor actor de reparto.

En tu web comentas que “La felicidad constante es la curiosidad”. ¿Qué piensas sobre ello?
Creo que uno de los momentos buenos que tiene el ser humano es compartir con los demás, y de ahí viene el tema de la curiosidad y de la felicidad. La curiosidad también tiene que ver con la calidad del actor, porque siempre buscas salirte de la zona de confort. Y una de las cualidades que tiene que tener muy agudizada es la observación. Por ello pienso que para ser un buen actor tienes que ser un buen observador, sobre todo para crear ciertos tipos de personajes.
¿Y lo llevas a la práctica el hecho de observar?
Yo me acuerdo cuando estudiaba arte dramático, que el profesor de interpretación nos decía “la mejor fuente para la interpretación es el metro, porque te puedes encontrar personajes variopintos». Y te voy a poner un ejemplo. Viniendo hasta Barcelona en AVE había un señor al lado nuestro en el tren y entonces empiezas a imaginarte qué le está pasando al tío, Y le das vueltas a todo, de que si se está separando, que si tiene problemas en el trabajo o en realidad es el tío más feliz del mundo. Pues todo esto es lo que hace la observación.
Con lo observador que eres tienes alma de guionista
Desde hace tiempo. El tema del guion vino porque yo llevo haciendo teatro desde que era muy pequeño, a nivel de aficionado. Hubo un momento en el que me saturé del teatro, alrededor del año 2000. Dejé de hacer teatro profesional que estaba haciendo en ese momento, pero como tenía que hacer algo, me dije, “¿qué es lo que mejor puedo hacer solo sin que comparta con los demás? Escribir. Y me apunté a una escuela de guion, y estuve aprendiendo a escribir guion cinematográfico.

¿Y te ha ayudado a prepararte los personajes?
Claro que sí. He escrito un guion de una serie que hemos grabado y no sabemos qué ocurrirá con ella, esperemos que nos la contraten. A la hora de escribir me he puesto en la piel de cada personaje, de cómo habla, cómo se comporta, qué reacciones tiene. Y es que no todos los personajes hablan igual, ni se mueven igual, ni sienten igual, ni piensan igual.
¿Qué nos puedes decir del montaje de Sancho Panza?
Tengo un montaje hecho de Sancho, que yo interpreto desde el año 2005. De hecho, estamos en el guion de una obra de teatro entre Quijote y Sancho, que se llama “Dos manchegos dos”,

Hablemos de El Pueblo con tu entrañable personaje del Ovejas. ¿Verdad que también aspiraste al personaje del alcalde?
A mí me dijeron que el casting podía acceder a uno u otro. Pero yo me había aprendido la separata del Ovejas, pero me dijeron que es más mayor que yo y por ello era mejor que hiciera el personaje del alcalde. Insistí con el Ovejas y les propuse que me escucharan. La directora de casting lo vio y resulta que se había dejado la cámara encendida cuando me recibió en la entrada. Cuando todo el equipo vio la entrada al casting y ver la prueba, dijeron “Ya tenemos al Ovejas”.
El Ovejas es un paleto, pero muy listo….
Que un señor que no se ha ido en su vida de su pueblo prácticamente nada más que para hacer la mili, no sabrá de muchas cosa, pero de lo que es el mundo de las ovejas nadie le va a enseñar nada porque lo sabe todo. De hecho, sabe cómo respiran, les pone nombre a todas. Es un sabio de la tierra y la naturaleza. Sabe cuándo va a llover.
¿Visualizaste el personaje? ¿En qué te inspiraste?
Me fui tres días a vivir con un pastor, a madrugar, a sacar las ovejas… Teníamos que ordeñarlas, sacarlas… Ese mundillo pastoril lo viví de primera mano, aunque solo fueron tres días, pero suficientes. Además, me he leído todos los libros que he visto en mi mano sobre pastoreo. Ha sido una suma de muchas esencias para darle vida al Ovejas y sin olvidarme de lo más fundamental: los guiones que fueron fantásticos.

¿Cómo te preparabas los guiones?
En una entrevista que hicieron a Anthony Hopkins, me veía reflejado en él porque yo tenía el mismo método que él sin haber sabido nada de Anthony Hopkins. Decía que cuando le daban un guion de una película se lo leía varias veces, pero luego se estudiaba el personaje, e iba analizando la secuencia y el personaje una vez, dos veces. Cuando llevaba 3.000 veces que había leído y había estudiado el texto ya era un poco el personaje sin haberse empeñado en serlo.
Hablemos del corto que presentaste en el Festival de Blanes “Sole”. ^¿Hay mucha soledad en el mundo?
El problema no es este. Cuando uno elige la soledad está guay, pero cuando no la elige es más duro. Lo que dice el corto es que estamos dentro de un mundo tecnológico, y paradójicamente está avanzando como un disparate. Hace cuatro días ahora que ha avanzado tanto el mundo de las comunicaciones es cuando menos nos comunicamos los unos con los otros. De alguna forma tenemos que sensibilizarnos a no abusar de esto y sí compartir más con los demás.

Has sido nominado por este monólogo…. ¿Cómo vives esta nominación?
Es un orgullo, pero también por la reivindicación de los cortometrajes. No todos tenemos dos millones y medio o cinco para hacer una película o tengamos subvenciones. El corto te da la posibilidad de tener una idea, escribirla y gracias a la participación desinteresada de amigos profesionales del medio poder grabarlo, para posteriormente presentarlo a festivales.
Tu nuevo monólogo es “Ni confirmo ni desmiento”….
En él se pueden conocer facetas mías que sabíamos antes, pero hay partes ficticias. Yo no tengo gatos, pero hablo de gatos y de otras muchas cosas.
¿Y hablas del Ovejas?
Claro que sí. De hecho, empiezo diciendo: Soy Javier Losán, algunos me llaman Javi y otros me llaman el Ovejas.

Otro personaje entrañable tuyo es el del fontanero en “Que Dios nos pille confesados”
Es como un primo hermano, no tiene nada que ver con el Ovejas, pero es muy próximo a mí porque la voz es la que tengo, dentro del personaje hago también de un italiano que ha llegado con una cierta pluma, es hacer teatro dentro del teatro.
¿La comedia es donde te mejor te mueves?
Yo nací con un don que es la vis cómica. Puedo hacer drama y hacerlo muy bien, pero ya que me han dado este don hay que regarlo, alimentarlo y fomentarlo. Y que la gente cuando va a ver la función se sienta y está una hora y media descojonándose de risa y se desconectan de todos los problemas. También creo que es una especie de ayuda a los demás.

¿Os lo pasáis bien haciendo la obra “Que Dios nos pille confesados”?
Yo creo que desde que empezó el montaje no ha habido un día que no me haya reído. Yo me río, se ríe mi compañero, se ríe el otro y al final acaba riéndose el público y aplaudiendo. Claro, porque tienes que parar, no puedes seguir. Nos paramos y nos reímos y la gente se va de risa aplaudiendo y cuando ya se nos va un poco la risa continuamos. Es una terapia.
¿Cuál sería el personaje que tienes en la mente algún día interpretando?
No pienso en eso. Lo que tengo claro es que seguiré haciendo el personaje de Sancho toda la vida. Para el 2026 yo creo que ya estará escrita y ensayada para estrenarla “Dos manchegos dos”.

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