Marta Megías: “Cuando el teatro está vivo pueden pasar cosas con el público”

Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.

El mundo artístico formó parte de su ambiente familiar y recogió el guante para convertirse en una gran actriz que ha interpretado papeles de teatro destacados como “Nevenka” o «La Isla». A Marta Megías la podemos ver en las redes sociales creando contenido de comedia en «Piter Monkey».

¿Vienes de una familia de artistas, verdad?

Mi abuelo materno fue uno de los fundadores del Teatro Regio de Almansa. Daban mucho trabajo en el pueblo, y para que la gente se pudiese gastar el dinero en entretenimiento, hicieron un teatro. Creo que también tuvieron un circo, y luego hicieron otro teatro en un pueblecito de al lado, en Ayora.

¿Y todo esto te ha llegado?

Tengo conciencia desde muy pequeña. Cuando me preguntan, ¿cuándo quisiste ser actriz? Siempre contesto
que para mí es un oficio que viene desde que yo era chiquitina. Pero es curioso porque vengo de familia de artistas plásticos, pintores, escultores… pero las actrices somos poquitas. Profesionalmente solo nos dedicamos a esto mi hermana y yo.

¿Cómo es el contenido para las redes sociales de Piter Monkey?

Fue casualidad y si me lo propongo no sale. Eso fue porque yo me tenía que renovar el material del Videobook y mi pareja escribe comedia .Y le dije que me escribiera dos sketches para grabar. Uno de ellos, el sketch de los murcianos, dijo que le había gustado mucho y pensó: ¿Por qué no lo subimos a las redes? Lo subimos y se hizo viral. Y entonces a mi chico le picó el gusanillo y dijo “voy a escribir más”. Y yo estaba un poco asustada con esto de que se hiciera viral la verdad.  

¿Nikolina es la película que te ha dado más alegrías?

Fue mi primera toma de contacto con la ficción. Mi primera y única película. Yo venía del teatro, no tenía ni idea. Y fue súper enriquecedor, para mí fue un máster en cámara. 

¿Qué es lo que has aprendido más y dónde no haces cosas que no hacías entonces?

Antes lo hacía todo sin prejuicio. Con mucho más descaro. Hasta que empecé a formarme y a estudiar Arte Dramático.  Ahora lo hago con mucha confianza (porque confío en mi profesionalidad) pero con un poquito más de juicio y miedo.  Y eso es porque en el momento en que empiezas a tener más conciencia de las cosas, y empiezas a saber, a tener una técnica, pierdes espontaneidad y cuesta conseguir la frescura. 

Te hemos visto en la obra Nevenka. ¿Era necesaria?

¡Mucho! El tema está muy presente. Y hay que seguir creando conciencia sobre el acoso para que no se repita nunca más lo que le pasó a Nevenka. Yo interpreto a varios personajes. Personajes que la sostuvieron, otros que la cuestonaron, y otros que la juzgaron. 

¿Y a quién va dirigida?

El teatro va dirigido a todo el mundo, pero Nevenka en concreto recomiendo que la vean los hombres. Muchos se sentirán reflejados en comportamientos machistas del protagonista. Porque socialmente están educados para actuar así. Creen que tienen el dominio de poder hacer lo que hacen solo por ser hombres. 

¿Qué es lo que te motiva a la hora de escoger un proyecto?

En teatro me fijo mucho en el equipo. Con quién voy a compartir escenario. Quien me va a dirigir. En ficción me puede mover mucho más el tema económico ya que no tengo una carrera tan consolidada y no puedo elegir proyectos. Ojalá. 

¿Tienes referentes? ¿Algún actor-actriz que admiras mucho?

En teatro tengo un referente muy claro que me vuelve loca y es Carmen Machi. Me vuela la cabeza cuando la veo. Y hay muchos compañeros y compañeras a los que admiro mucho, sobre todo gente de mi generación que se está matando a trabajar.

¿Cómo llevas ser personaje de reparto en series como Entre tierras?

La ficción siempre es un aprendizaje, aunque sean personajes de reparto. Pero realmente no lo llegas a disfrutar porque cuando empiezas a pillarle el tranquillo pues se termina. Va muy rápido.

¿Cuál es el personaje que no hayas hecho que te gustaría hacer?

Alguien que hubiese existido de verdad.  Una reina por ejemplo. O de una mala malísima. 

¿Qué es la cosa más loca que te ha pasado como actriz?

Como el teatro está vivo pueden pasar millones de cosas con el público, como que se desmaye  una mujer y se tenga que  parar la obra, o que se vaya la luz por completo y el público crea que es parte del espectáculo. 

Si tuvieras una imagen que te venga de algo que hayas hecho ¿Cuál escogerías?

Cuando estrenamos Nevenka, la semana siguiente fuimos a Ponferrada, que fue donde ocurrió toda la historia. El público se levantó en los aplausos al  “YO SÍ TE CREO” y se me pusieron los pelos de punta. Me convertí en espectadora de lo que estaba sucediendo.  Y en el Teatro Arriaga de Bilbao cuando se encendieron las luces volví a tener esa sensación de ser también espectadora de lo bonito que es ese teatro. 

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