Texto – Albert Roca. Fotografías- Santi Martínez Sancho. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.
La vida de Cristina Bertol ha dado muchas vueltas, pero siempre al lado de la interpretación. Ha aprendido de todo, desde estar delante de una cámara hasta estar detrás de ella, pero en todo ello se ve el alma inquieta, entusiasta hacia una profesión que adora. Recientemente la hemos visto en Las noches de Tefía y 4 estrellas.

En tu instagram te defines como actriz, zurda y gata
El hecho de ser actriz tiene que ver con mi esencia, porque no puedo vivir de otra manera. Zurda, porque creo que también es una forma de ver la vida. Soy gata porque soy madrileña.
Estamos un poco en peligro de extinción (se ríe), porque aquí en Madrid cada vez hay menos gente que sea de Madrid, y eso me parece maravilloso.
Has hecho muchos cursos de preparación
Ser actor es algo minucioso, es un oficio de artesanos y es necesario trabajar y trabajar y trabajar y trabajar. Por eso, creo que es importante cultivar distintas facetas del nuestro instrumento. Tenemos cuerpo, tenemos emoción, tenemos voz …
Creo que formarse es fundamental para el actor. Desde el punto de vista interpretativo, vocal y físico. Tenemos un cuerpo que tiene que estar activo, es importante desde el hecho de hacer cualquier ejercicio físico, hasta entrenar la voz…A mí personalmente me gusta mucho cantar.

¿Quién te ha enseñado más?
Siempre digo Fernando Piernas, con el que llevo diez años entrenando.Él es mi base. Con él entreno distintos aspectos del instrumento y del oficio, y luego ya picoteo de otras visiones para seguir completando la mía.
¿En qué te basas cuando interpretas?
Soy de esas actrices que utiliza la experiencia vital para trabajar los personajes.Hay mucha gente que rehúye de eso,pero yo pienso que hay que aprender a utilizarla.¿Cómo vamos a partir de algo que no hemos vivido o no hemos visto? El campo de nuestras impresiones es lo que nos ayuda a crear los puntos de partida para actuar.
¿Y qué te aportó La Joven?
Fue importante porque fue un tránsito.No fue mi escuela, porque ya venía de haberme formado en la universidad, y de haberme ido a estudiar a Nueva York también. Han sido 7 años de montajes, funciones y experiencia sobre las tablas, eso es innegable; muchas funciones diarias, con dobletes matinales, y un público generalmente adolescente. Me ha curtido mucho a nivel escénico.
Y antes te fuiste a Nueva York
Me dieron una beca de intercambio con mi universidad, y estuve en Hunter College y en el HB Studio.Tenía veinte años y ganas de aprender muchas cosas. Aprendí un poco de teatro musical, de danza, de diversos métodos interpretativos… Un poco de todo, porque la universidad allí se estructura de otra manera y me permitió ser muy flexible. Puedes escoger un poco las asignaturas que quieres.
¿Cómo llevas el tema de la dirección?
Lo tengo abandonado porque he tenido la suerte de poder trabajar como actriz. Sin embargo cuando terminé la carrera sí que me dediqué un tiempo a trabajar como ayudante de dirección y producción. Hice una ayudantía para un texto de Antonio Rojano,-una función que se llamaba Katiuskas-, y también trabajé con Rubén Cano en el Teatro Español haciendo la asistencia de gestión artística de Pingüinas, de Juan Carlos Pérez de la Fuente. Considero que es importante tener una perspectiva de otras profesiones dentro del oficio.

¿Y te gustaría crear cosas tuyas?
Con todo lo que he aprendido en el futuro quizás me dedique a crear proyectos míos, ser productora ejecutiva o incluso ser directora. Lo que nunca compaginaría en un mismo proyecto seríala interpretación, con la dirección o la producción.
Hablemos de ti como actriz. Estuviste en Las noches de Tefía, 4 estrellas.
Estoy muy contenta. En 4 Estrellas estuve en dos capítulos, y la experiencia con Miguel en Las noches de Tefía fue muy bonita. Concretamente, me tocó trabajar el personaje de una mujer que salía de un campo de concentración, a punto de dar a luz. Era tremendo lo que conllevaba no querer asumir que vas a tener un hijo en ese momento de la historia, porque no quería que sufriera esas condiciones de vida. Fue breve, pero muy intenso.

Pero también continúas en el teatro
No me gustaría dejar de lado el teatro, porque he crecido subida al escenario. Es el arte de la comunidad, y es algo que siempre me va a acompañar. De hecho, hace poco terminé la gira de Las Cartas de Cristián, de Antonio C. Guijosa, y ahora estoy compaginando un proyecto de teatro inmersivo coproducido por el Teatro Español que se llama (J)Aulas, de Rubén Cano, con la sustitución del personaje de Alba Recondo en la gira de Mañanas de Abril y Mayo, de Laila Ripoll.
Imagínate que ahora estuvieras en un casting. ¿Qué les ofreces?
Hago de todo. Puedo cantar, bailar, hablar en español, en inglés, en francés, o sea, lo que quieran (se ríe).Les ofrecería todos los años de experiencia y entrenamiento.
¿Un personaje que te hubiera gustado interpretar?
El de Jodie Comer en KillingEve, por ejemplo. Esa serie me pareció increíble. En teatro me encantaría hacer Sarah Kane, 4’48 Psychosis. Aún quedan muchas historias por contar.

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