María Ramos: “Me encantan las historias auténticas”

Texto – Albert Roca. Fotografías – Santi Martinez Sancho. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.

Las Naves del Español acogen hasta este próximo domingo 10 de marzo la obra ‘El perro del teniente’, de Josep María Jornet, una cruda historia de dominación y crueldad en un burdel que cuenta con un reparto excepcional donde destaca la actriz María Ramos. Con su juventud ya tiene una destacada trayectoria en teatro, cine y televisión. Recientemente la hemos visto en la taquillera “Ocho apellidos marroquís”.

¿Ha sido todo un reto participar en “El perro del teniente”?

Cuando me llegó el libreto lo vi todo bastante complicado ya que no conocía al autor Josep María Jornet. Pero luego vi que Pilar Valenciano, la directora, tenía muy claro lo que quería, conocía muy bien la obra desde hace años,y nos ha servido de vehículo para llegar bien a lo que el autor quiere contar.

La obra habla de cosas como el abuso del poder, el sometimiento…

Es una obra muy completa y se contextualiza en un burdel, porque a nivel jerárquico es el sitio más denigrante y más bajo en cuanto a clase social. Y por el lado opuesto aparece el perro del teniente, que era la sombra del teniente.

Se reivindica la importancia de la dignidad, ¿no?

Mi personaje en concreto, sin dar demasiados detalles ya que la gente ha de ver la obra, es la que más reivindica la dignidad en su forma de relacionarse, a pesar de ser una prostituta,

¿Este personaje ha llegado en un momento ideal en tu carrera?

Yo creo que ha llegado en un momento oportuno. A nivel personal me han pasado ciertas cosas, como pérdidas familiares, a través de las cuales le he dado mi alma a mi personaje.

¿Tienes una catarsis al subir al escenario?

Disfruto muchísimo esta obra. El público me suele preguntar ¿acabarás agotada después de esta obra? Y contesto “Todo lo contrario”, a nivel físico sí que hay un agotamiento, pero me nutre el alma y disfruto muchísimo cada día.

¿Qué has aportado de ti al personaje?

Le he aportado creo que un poco de luz. Yo le planteé a Pilar hacer un arco de personaje que partiera de esa luz, a pesar de ser prostituta, el asimilar vivir una rutina como esa, pero que ella no perdiese su luz, sus ganas de conocer el mundo y de contar historias.

Ella se refugia en contar historias, le encanta ver películas y es como su manera de evadirse de su realidad. Poco a poco va conociendo a este cliente, va creando vínculo con él,y al final la disociación que ella tenía cuerpo-mente acaba uniéndose.

¿Cómo está recibiendo el público la obra?

Empatiza mucho con mi personaje porque ve esa evolución, como poco a poco se le va apagando esa llamita y esa ilusión con la que parte en un principio.

Hablemos de tu reciente éxito cinematográfico: Ocho apellidos marroquíes, que es una comedia pero donde se muestran muchas cosas como los contrastes. ¿Verdad?

Quiere transmitir que la unión hace la fuerza y que sin fronteras se vive mejor.Y lo que llevan los problemas son cuando hay prejuicios, que no deja de ser el miedo a lo desconocido, a nutrirse de lo diferente. Cuando cambias la mentalidad y te das cuenta que en la variedad está la riqueza y los matices.

¿Y lo compartes?

Completamente. Mi madre es de Marruecos, mi padre de Sevilla, yo vivo en Madrid y me considero una ciudadana del mundo. Me encantan las diferentes culturas, los diferentes países y al final España bebe de todo ello.

¿Es importante para ti el flamenco?

Está muy arraigado en mi familia. Tengo una prima que es cantaora y bailarina. Estuve unos años haciendo clases de flamenco pero desde que llegué a Madrid, por el tema del trabajo, lo he dejado un poco aparcado. Pero fíjate que tengo algo pendiente y es fusionar flamenco con Lorca.

¿Qué te interesa de un proyecto?

Me encantan las historias auténticas y creo que el teatro, en ese caso, es una herramienta de transformación. En el teatro es donde he participado en proyectos donde se tratan temáticas sociales. Creo que a través del arte tratar este tipo de temáticas es muy necesario a nivel social. Como por ejemplo la obra 400 días sin luz, que denuncia esa desigualdad que viven ciudadanos en la capital de España, en Madrid. Fue una de las obras que más influyó en mi carrera y que le dio más sentido al discurso que tengo como actriz.

¿Qué otros recuerdos tienes de esa obra?

Compartir escenas con vecinas de Cañada, que no eran actrices, pero tenían también herramientas de comunicación, porque son mujeres que se prestan a hacer muchas cosas.

Para seguir evolucionando, ¿qué tipo de personaje te vendría de gusto interpretar?

En mi vida privada soy una persona muy positiva, un poco payasa, me defino así como muy introvertida, pero luego en el trabajo me encantaría hacer algo más oscuro o un gran personaje de Lorca.

Pero igualmente estás como pez en el agua en la comedia

Si, pero se ha de hacer bien. Creo que la comedia es de lo más complicado que hay. El don de la comedia tiene que correr por tus venas porque si no es super complicado. Yo le tengo muchísimo respeto a la comedia, así que es verdad que en Ocho Apellidos Marroquís la batuta la llevaba el director Álvaro Fernández Armero y me ayudó en todo.

¿Cómo valoras tu trayectoria y lo que has hecho?

Conservo la misma ilusión porque es una carrera de fondo que hay que saber gestionar y afrontar los “no” y obviamente son más los “no” que los “sí”. Sigo en la lucha y me miro la María de hace 14 años, que fue cuando empecé y sigue manteniendo esa ilusión intacta.

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