Texto – Redacción-Hearst. Fotografias – Hearst.
A sus 20 años, la deportista olímpica, Adriana Cerezo, tiene confirmado su pase a los JJOO de París, de donde asegura que volverá con la medalla de oro. La ganadora de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio en la categoría -49kg, es un ejemplo de que cualquier sueño se puede hacer realidad, “si pones de tu parte para conseguirlo”, aclara. Su tenacidad y entrega la han convertido en la mejor taekwondista de España, un deporte por el que siente verdadera pasión, amor y devoción.

Ya de pequeña, Adriana Cerezo sintió como el mundo de las artes marciales le atraía, hasta el punto de convencer a su abuelo de que la inscribiese a clases de taekwondo a escondidas de sus progenitores. “Yo lo que quería era disfrazarme y ponerme a dar patadas y puñetazos, lo que veía en la tele, pero a mis padres no les gustaba nada la idea. Querían que hiciese ejercicio, por eso me metieron en patinaje artístico, tenis, ballet, flamenco… y nada me gustaba. Me ponía a llorar y tenían que venir a recogerme. Mi abuelo se cansó, porque era el que me llevaba muchas veces, y me apuntó al gimnasio que había debajo de casa, y dio la casualidad de que era de taekwondo. Desde que entré, ya no quise salir”, confiesa la deportista.
Desde entonces, lo que empezó siendo un hobby, no ha dejado de crecer, y ya hace unos años que su carrera rebosa victorias y premios, entre ellos el oro en los Juegos Europeos de Cracovia (Polonia) y el bronce en el Mundial de Taekwondo de Bakú (Azerbaiyán). Y algo que tiene claro es que no va a para de ganar premios y trofeos ahora, con la vista puesta en el oro de los Juegos Olímpicos em Paría, porque para ella “no sirve esforzarse, tienes que ser el mejor”.
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA

- «El taekwondo es mi vida, el motivo de mi felicidad, por lo que me levanto y me acuesto cada día».
- «No creo que me relaje nunca. Para mí es imposible ir a un combate a menos del 200%».
- «Yo tenía claro desde siempre que sabía que quería, pero no si podía».
- «No me siento identificada con lo de la renuncia y el sacrificio, es cuestión de elegir qué quieres hacer».
- «Con 8 años yo prefería ir a entrenar que a un cumpleaños. Ha sido algo que me ha encantado siempre y que he escogido yo».

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