Texto y Fotografias – Albert Roca. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.
Desde su debut en “Carmen y Lola”, por la que fue fue nominada a la mejor actriz revelación la actriz Zaira Romero ha ido encadenando diversidad de papeles, como el más reciente de Maribel en Amar es para siempre. Inquieta y observadora se deja llevar por la intuición para preparar sus personajes.

¿Cómo te sentiste al llegar a Amar es para siempre?
Impresiona mucho por la gran cantidad de años que lleva, pero ves la gran profesionalidad y la humildad de la gente.
¿Cómo era Maribel?
Era muy complejo, con sentimientos en contra, con la guerra que tiene con su padre. Pero mira, entró muy triste pero acaba muy feliz. Para trabajar mi personaje me cree un conflicto conmigo misma. Maribel tiene una gran evolución desde cuando llega, con esa tristeza porque a su pareja la habían matado y de cómo protegiéndose ella protegía a los demás y cómo se va soltando.
¿Cómo lo preparaste?
Para preparar mis personajes siempre me dejo llevar. Me orientan un poco y a partir de allí lo interpreto como si fuera yo, como lo viviría.

¿Qué te viene a la mente con Carmen y Lola?
Pues muchas cosas. Al principio lo veo como un pasatiempo. Ya que me aburro lo hago. Piensa que yo era esteticiene y no se me pasaba por la cabeza este mundo de la interpretación. Era una niña de 16 años y lo vi como un juego.
¿Cómo viste la historia que se contaba con dos chicas lesbianas gitanas?
En mi casa han sido muy liberales y por ello no era un tema que chocara. Pero además yo con 16 años no sabía lo que era la homofobia y el LGTBI y es más tarde cuando te das cuenta de todo.
¿Cómo viviste los Premios Goya?
Tenia muy claro que no me lo iba a llevar. Y lo que recuerdo más eran los nervios de no caerme con los tacones en la alfombra roja.

¿Cuál es el momento que te sentiste actriz?
En la presentación de Carmen y Lola en el Festival de Cannes. La gran cantidad de aplausos que recibe la película hace que me haga la pregunta de que esto es lo que quiero hacer.
¿Lo más impactante que hayas vivido?
En La novia gitana. Verme a mí misma muerta y de cómo me hacen la autopsia en el pecho, y de cómo se relata lo que me han hecho. Fue tan fuerte que para sacar hierro al asunto llegué a salir a la calle gritando que era la novia muerta.
¿Anécdotas?
Soy un imán en todo esto. Por ejemplo en Carmen y Lola tenía la obsesión por investigarlo todo, que si la cámara, que si la luz. Y hay una escena que iba por un puente con el pelo suelto y que había acabado así. Estaba tan insistente que lo dejaron así y en la escena se me ve cómo voy con el pelo suelto y acabo con el pelo recogido –ríe-. Y en ese rodaje mismo perdí la cuenta de los desmayos que tuve, más que en toda mi vida.

¿Qué personajes te gustaría hacer?
Yo veía Águila roja y quedé fascinada. Me encantaría hacer personajes medievales, con ese castellano antiguo, esa ropa.
¿Una época donde te gustaría vivir?
Quitando la tragedia de la guerra civil, que eso no lo soportaría, me gustaria la época de mi abuelo, dónde se respetaba mejor a la gente. No aguanto la gente que no respeta ni a los abuelos ni los niños.

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