Texto – Redacción-Hearst. Fotografias – Hearst.
En su número de agosto, ELLE se cita con Paulina Rubio (Ciudad de México, 1971). La artista, que hace unos meses estuvo en nuestro país presentando su single No es mi culpa, nos lleva a hacer un recorrido de luces y sombras por su pasado, su presente y su futuro. En él rememora su ilusión infantil de ser artista: «Lo soñé, lo quería, lo deseaba, hasta lo rezaba, aun siendo muy atea», y nos desvela la fórmula de su éxito: «Lo logras a través de mucho esfuerzo y disciplina, y entendiendo pronto que la suerte no existe y que la constancia da sus frutos». Dice sentirse satisfecha con su larga carrera y también «muy afortunada y querida». Sin embargo, esta exposición continua no ha estado exenta de momentos desagradables.

Paulina se ha sentido a menudo dura e injustamente cuestionada por los medios de comunicación: «A veces han sido muy crueles. ¿Tú sabes lo que es sufrir bullying masivo?». Su controvertido carácter, tan juzgado, alberga, según nos explica, una dualidad que ella considera necesaria y útil: «Tengo una fiera dentro. Soy el gatito león. Por lo menos soy consciente de que poseo esas dos partes. Y también pienso que si no las tuviera, la gente me hubiera arrollado diez veces más».
Pero en este momento, en el que se siente «más gozosa y agradecida que nunca», esta workaholic confesa se encuentra centrada en otra faceta, la de madre: «Cuando tuve a mis hijos cambiaron las prioridades». Y es que, aunque no renuncia a su profesión, que le apasiona, ha aprendido a delimitar de forma precisa su horario: «A la una acaba todo, porque tengo a mi niño que está saliendo de la escuela y quiero estar ahí».
Y en su horizonte contempla diversos planes: «Tengo muchos proyectos, como hacer una obra de teatro y unas doc series. Quiero organizar un Paulina and Friends para recaudar fondos para una ONG, y trabajar para la Asociación de Cáncer de Páncreas, que de eso se fue mi madre…». No hace ni un año del fallecimiento de la actriz Susana Dosamantes, que vivía en Miami junto a ella, pero para Paulina «aunque han pasado meses, para mí son días, minutos…». En su tránsito por el duelo sus hijos, el silencio, la música y el yoga están siendo vitales. Pero afirma: «La meditación y la gratitud son las que me han ayudado a sobrepasar el dolor». Sin embargo, esta experiencia traumática y reveladora («Hasta que no se ha muerto mi madre, yo no he entendido realmente que vamos a morir todos»), no ha despertado en la cantante el miedo a la muerte, a la que dice no temer. Paulina cree en la reencarnación y en el karma, y antes de despedirnos nos deja esta reflexión: «La vida se pasa volando, por eso soy consciente de que el tiempo es el latido del corazón y de que estamos aquí de paso».
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA

- «La pandemia lo puso todo en perspectiva, nos abrió la mente y nos hizo establecer prioridades de supervivencia. Sí, he salido más gozosa que nunca, más agradecida que nunca».
- «Yo no creo en el cielo, pero sí en el dharma, en el karma, en cerrar ciclos y en tratar de no hacer daño a los demás».
- «Soy el gatito león. Por lo menos soy consciente de que poseo esas dos partes. Y también pienso que si no las tuviera, la gente me hubiera arrollado diez veces más».
- «El humor ha resultado un elemento muy sanador. Y burlarme de mí misma, un ejercicio de alivio».
- «La meditación y la gratitud son las que me han ayudado a sobrepasar el dolor, y ha sido milagroso».

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