Texto Noelia Baldrich. Fotos: Mireia B. / Fresneda
Nos sentamos frente a frente para entablar una conversación abierta, sin prejuicios, ni ideas preconcebidas y con muchas cuestiones que formularle a este músico compositor que viene a presentarnos su segundo EP. No es un encuentro casual con Fresneda, casi es un atraco porque el artista madrileño está de camino a Huesca para su próximo concierto aunque mañana lo tenemos tocando de nuevo en Barcelona. Así que para no parecerle Insolente empezaré por preguntarle por su periplo musical en New York y Londres al frente de anteriores formaciones como Identity by Seclusion o The Walks para poco a poco ir Haciendo Eses hasta llegar al nombre de su nuevo disco. Suerte que no se cansa de dar entrevistas y de alucinar por la repercusión final de este trabajo que lo está convirtiendo en un héroe de la realidad musical y, además, se lo cree. Es un d’Artagnan del siglo XXl, que desenfunda experimentales armas sonoras para a clavarnos el aguijón de su voz. Tal vez esto sea un Sr. Error, pero es honesto y sincero: “Busco las palabras que no escribo, Sin más”. Pues digo yo que al mar se va a nadar y a una entrevista se viene uno a explicar, me da que tendré que usar la estrategia de la defensa aquella de: “Venga ya, no me digas que te pillo sin voz” para que Despacio nos podamos enredar en sus recuerdos del ayer en ciudades como el Cairo, Jakarta, Bogotá o Rio de Janeiro, en el antes y del después de cantar en inglés con su “poignant voice”. Ahora compone en español porque ha encontrado las palabras que no puede esconder, aquellas que desnudan su identidad de aislamiento, que caminan por la introspección personal y encienden su subconsciente. Notas de subterráneo o como el diría Notes from the Underground que aluden al amor, al juego de la compasión, al paseo con la soledad, y a todo lo que se quiera dar diariamente Daily. El nos lo da a lo Fresneda con su “distinctive gift”. Quién pudiera tocar su canción Otoño en la luna con ese sello tan personal. Me gustaría personalizarle la entrevista a su gusto con notas a los Smith: “¿Please, please, please, háblame de Tus cosas favoritas para charlar de Rock&Roll contigo? Pero me abstendré de emplear la manzana idiomática de Manhattan porque tengo todas las de perder con un artista psicológicamente preparado y empresarialmente bien administrado. Estudios universitarios para negociar sin dejar nada al azar y analizar los cálculos: 3 días de estudio permiten 5 temas grabados con Jorge Ojea. No entraremos en cuestión de matices pero su disco pop folk con sintes y otros ganchos sonoros nos ha dejado noqueados. Ahora Ríe porque ofrece su mejor “hit”: el de los escenarios. Un tour de asaltos musicales A lo Rocky Balboa. ¿Hay algo más que determinar o concluir? Ah, sí, el nombre del disco, ISC.
No te cansas de girar A lo Rocky Balboa, pero en este combate musical ya no haces eses como el primer EP, sino que vienes con gancho directo.
Sí, directo al grano.
En este segundo asalto musical te has provisto de sonidos experimentales ¿cómo ha sido esté viaje sonoro tan innovador con sintes y sonoridades tan innovadoras?
El primer disco Haciendo Eses fue más bien un experimento. Tuve la suerte de conocer a Fran García de Rivera, muy buen músico que ha trabajado con Miguel Bosé, Amaya Montero entre muchos, en su estudio de casualidad, le gustó lo que estaba haciendo, en concreto del tema Otoño en la luna y me quiso producir. Entramos en el estudio, para mí era la primera vez que me enfrentaba a una grabación de verdad. Fue un experimento:“a ver qué pasa, a ver cómo se hace”. No sabía cómo quedaría hasta el final porque había muchos pasos que iban cambiando. Fue muy buena experiencia aprendí todo el proceso pero sonoramente no llegué hasta donde quería. Es entonces cuando decido coger las riendas: “ya sé cómo funciona todo, el estudio, los músicos, la postproducción, ahora voy hacerlo como a mí me gusta”. Contacte con Jorge Ojea a través de Fran, teníamos muchos gustos en común, sabía lo que quería, me entendía muy bien y fue con él con quién trabaje esa experimentación sonora como los sintes. Y fuimos directo al grano y en tres días lo grabamos.
Es curioso: no ha sido tu estancia de 5 años en Manhattan con Identity by Seclusion lo que te ha revolucionado sino tu vuelta a Madrid.
Bueno, habrás escuchado Haven’t you y Daily, dos canciones que grabé cuando pensé dedicarme a la música. Fueron dos experimentos, pero hay canciones con Identity by Seclusion que son casi heavys. Era un dúo, y es la única vez en mi vida que he podido componer a dos manos con Peter Kearney, un genio de New Jersey con un talento increíble, nos entendíamos perfectamente, el cogía su guitarra yo cantaba encima y así surgía la magia. Entre los dos surgieron canciones de diferentes estilos desde rockeras, pesadas y duras a baladas dulzonas.
Nómada de diferentes estilos aunque la base es un pop folk y country.
Sé que no debería hacerlo, pero me da igual. Yo quiero grabar lo que más siento en ese momento. ISC es un disco que mucha gente me decía: “es demasiado lento, tiene muchas baladas, solo Insolente es más movido”.
Discrepo, todos los temas tienen unos cruces sonoros muy intensos con poderosos riffs guitarreros en Quién pudiera, un tintineo alegre en Sin más, cambio brutal del tempo en A lo Rocky Balboa o reverberaciones en Insolente.
Sí, hay cambios de sonoridad pero algunos temas no dejan de ser medio tiempo. Pero es mi proyecto, sé lo que quiero hacer, es lo que quiero conseguir, esto es lo que quiero enseñar.
Con lo que has viajado por lo menos ideas claras las tienes.
Bueno, a veces… (risas)
Llama la atención que con ese bagaje de vida el viaje a la introspección se traduzca en unas composiciones de estructura rock pero de lenguaje conceptual, lacónico.
Sí. En cuanto a la estructura viene de las influencias de una música anglosajona, ya sea pop, rock o folk. El inglés se presta perfectamente para esto y el estilo musical como es un género tiene su espacio y su estructura. No es una poesía de cantautor a la que luego le pones una música. El formato y estructura están condicionados por el inglés y ahí te buscas las maneras.
Locuciones “Sin más”, “da igual” que recuerdan al inglés de tu tema Don’t mind.
¿¡Pero qué me estás diciendo, has escuchado Don’t mind!?, ¿¡dónde!? Eso es lo primero que grabé en mi vida con unos amigos que me dijeron: “Ven Fer te vamos a grabar”. Fue en un baño en el 2001. ¡Alucinante!
Ahora héroe de tu realidad con ISC, pero ¿has tenido que luchar contra muchos bandidos musicales?
Bueno con lo que he tenido que luchar es contra el poco apoyo, no bandidos, sino gente que no te echa una mano. Es normal, lo entiendo, no todo el mundo tiene porqué invertir tiempo, esfuerzo y dinero en estos tiempos sobre todo, pero es con lo que me encontrado. Luego me he cruzado con mucha gente que te da la sensación que te va ayudar, que tienen esa capacidad y te dicen: “nos gusta, lo vamos a hacer, esto va a salir…” y te das cuenta que se lo toman con calma, que no está tan claro, hasta que dices: “No estoy para esperar a nadie, me lanzo”. No he tenido que luchar contra nadie en concreto pero sí contra unos tiempos que no me favorecen a mí y a una paciencia que no tengo.
Los 5 temas de ISC ¿son los últimos que has compuesto?
En su momento eran los nuevísimos. Ahora hay de nuevos. Me pasa mucho cuando voy a la televisión o a la radio y no toco nada del disco sino un tema nuevo que acabo de componer porque es lo más bonito que me va a salir, pienso:“el disco ya lo tenéis”.
Girando en las esquinas buscando la vida, con una trayectoria que da para pensar, volar y para cometer errores, ¿algún un Sr. Error?
Hombre, muchos Sres. Errores. Es un tema del que hablo a menudo. Lo que canto en esta canción es qué compongo las cosas de manera autobiográfica, las lanzo al público y cada uno se hace con ellas a su manera, las hace suyas. Algo que he descubierto es que la gente se ha identificado con este tema: “Me estás hablando de un Sr. Error de mi vida” me dicen, y alucinarías cuántos Sres. Errores hay diferentes en vida de la gente. Entonces yo no voy a estropearle ningún Sr. Error a nadie, ni decir cuál es mi Sr. Error, pero tengo uno, dos o varios como la mayoría de las personas.
Un error que nunca toca tu canción, pero ¿ha habido alguna canción que suene un poco a traición de Fresneda?
Sí, claro. Aunque te había dicho que tenía clarísimo ISC, que sabía cómo conseguirlo, etc. Eso hay que matizarlo. Yo lo tenía muy claro, ahora bien, entre lo que tú tenías en la cabeza y lo que sale hay mucha distancia… muchas luchas, combates y decepciones, etc. En el proceso, igual, te diluyes y te vas por caminos que son incorrectos. Es entonces cuando intento recordar la sensación que tuve cuando la canción me vino a la cabeza, qué sentía, cómo sonaba, cuál era el momento, por eso grabo absolutamente todo, para volver a la esencia. Y es en ese momento que digo “borra”, volvamos al origen.
Busco las palabras que no escribo ¿cómo encuentras a la musa que se esconde detrás del lapicero?
Sinceramente, no lo sé. Cuando empecé pensaba: “qué manera tan rara tengo de componer”. Es como si no lo trabajase yo. Iba pensando que mi trabajo consistía en quitarme del medio: “soy un simple vehículo para que eso que anda por ahí arriba llegue a la partitura”. Y luego he descubierto –me he aficionado a las entrevistas y soy fanático de las autobiografías- que esa sensación la tiene mucha gente. Entonces digo: “Vaya no eres tan especial”. Por ejemplo, Noel Gallagher, compositor de Oasis, lo definía como que él tira la caña se pone a pescar y de vez en cuando pica algo interesante. “Busco las palabras que no escribo” es una imagen que me viene a la cabeza.
“Palabras que no escribo”, y lugares en los que has vivido y no mencionas.
No lo definirá como lugares. Hay situaciones que pueden venir dadas por el lugar en el que estás, que generan unos sentimientos o unas sensaciones fuertes, momentos extremos que marcan un antes o un después, de ahí salen las canciones. Los temas no surgen de la banalidad de un día cualquiera estando viendo el telediario en la tele. Salen de coger la guitarra, te subes a un coche y te haces toda España… y algo te va a pasar. Te tiras tres días con una mochila en Tailandia…y algo te pasa. Nueva York, por ejemplo, fueron cinco años a un ritmo brutal, una energía alucinante conociendo a muchas personas que vivían a darlo todo, a vivir al máximo, a un nivel de competitividad increíble pero hasta para coger un taxi o pedir un café, para lo que sea. Por tanto más que el lugar son las sensaciones que te genera las que inspiran las letras.
¿Algún tema fruto de una sensación extrema?
Todos. Ya hago un esfuerzo suficiente para ser bastante abstracto en las canciones para que nadie relacione. Me gusta jugar con ese concepto abstracto pero con la suficiente información para que la gente entienda el mensaje y pueda hacerlo suyo.
Abstracta la manera de asaltar el amor como el atraco de un ladrón, para concluir que solo es amor, Sin más.
Te lo puedo más o menos explicar. Es una canción que trata de enamorarse. Es una sensación real que pasa a muchos tras conocer a una persona y tener esa duda de: “¿esto dónde va y de dónde viene?” Por mucho que seas una persona racional y le des vueltas al final llega, sientes o no. La canción concluye deja de pensar esto es amor.
¿Y el tema Insolente?
Es el principio de Sin más, ¿sabes? (risas).
El príncipe que quiere a una princesa y que ella se quiere desnudar.
Y si no quiere debería, ja, ja.
Compones, produces, gestionas tus conciertos, a pesar de los tiempos dices “ya no veo todo tan negro”, ¿no?
No, no, yo lo veo bien. Son malos tiempos pero en la lucha está el placer, en la guerra está la vida. Todo es relativo. Ya no voy a tener un jet privado, eso está clarísimo, pero no es lo que busco. Yo quiero hacer lo que estoy haciendo: ahora que vivo de la música, voy girando por todos lados, subiéndome a escenarios, recibiendo el “feedback” cariñoso de las personas. El otro día fui a Murcia por primera vez y en primera fila había unas chicas que habían reservado una mesa y ¡se sabían todas mis canciones! Estaba por subirlas al escenario en plan un coro a lo Jack White y su banda de mujeres.
Un no parar de conciertos: Barcelona, Manresa, Huesca, Granada, Almería, Madrid… ¿girando tanto uno va de la mano de la soledad o se siente muy acompañado?
Estás solo, otra cosa es que te sientas solo. A mí me gusta vivir las experiencias en su gran mayoría solo. Es una actitud, y el estilo de vida que he llevado me ha hecho muy independiente. A veces pienso que estaría bien tener un grupo. Por ejemplo con Peter Kearney, un chico al que echo de menos, a veces me he preguntado: “¿Qué sería de nosotros dos si se hubiese lanzado a la música conmigo y estuviésemos aquí girando?”. Otra experiencia, muy divertida cuando tienes una simbiosis tan alucinante. Pero estoy feliz. Al final yo me decidí por la música y el necesitaba unas garantías económicas.
Con ISC ofreces conciertos en acústico y otros con banda, después de mucho buscarla.
Bueno, fue una tortura cuando llegué a España. Mis amigos son todo menos músicos y no conocía a nadie. Probé como cuarenta baterías, encontré algo pasajero pero no era suficiente. Decidí que ya no me servía la democracia, las decisiones las tenía que tomar yo, y me lancé en solitario. Fue a través de Fran García que me presentó a músicos profesionales y de sesión. Prefiero trabajar de este modo, ser yo el artista, ser independiente y cuando quiera trabajar con músicos profesionales para cubrir esos huecos lo hacemos así. Me acompañan cuando hay conciertos grandes como en Madrid, es una gozada. Pero la gira acústica también ha sido un reto para mí, me apetecía enseñar las canciones completamente desnudas como las compongo en mi habitación y enfrentarme al público yo y mi guitarra: “Fresneda es esto”. Está siendo muy bonito.
Tu primera guitarra fue en el Cairo.
Sí, una guitarra que nos compró mi padre a mi hermano y a mí. Mi hermano, vive en California y se dedica a los negocios, tiene otra sensibilidad. A él le compuse la canción A lo Rocky Balboa. Es un fanático de los grandes logros y que sueña despierto. El recuerdo que tenía al componer la canción es la imagen de mi hermano, cenando todos en la mesa, y él mirando al cielo con una sonrisa en la cara y pensé: “este ya está metiendo un gol por la escuadra, ganando un mundial, haciendo algo”. Le pasa a todo el mundo quedándose soñando despierto diciendo: “¡ojalá hubiese hecho eso!”
¿Cuál ha sido la última vez que te has quedado pensando: “ojalá…”?
Constantemente, de hecho tengo grandes problemas de memoria por esta cuestión, porque es difícil acordarse de lo qué está pasando aquí si estás siempre allí.
Hablando de ídolos del cine ¿a quién te gustaría besar?
Hay una mujer que siempre me ha parecido increíble que es Sharon Stone. Y Whitney Paltrow.
¿Volverás por aquellos lares o tendremos a Fresneda por mucho tiempo?
No lo sé, donde me lleven las oportunidades. Ahora mismo aquí estoy en control de la situación.
¿Girando A lo Rocky Balboa traspasará fronteras?
Voy a tocar en París y Londres y ahí cierro la gira. Después me encerraré como un loco a revivir experiencias y a grabar. Me gustaría para finales de este año sacar un LP.
¿La última vez que has alucinado?
La experiencia de Murcia con la mesa de las chichas; y segundo concierto en Madrid: segundo tema, empezamos a tocar A lo Rocky Balboa y todo el público cantando el estribillo, ¡no me lo podía creer!. Así que decidí que ese tema sería el single.
Fresneda se despide con una sonrisa en el rostro, pero no está soñando sino que está viviendo su sueño más real, su asalto a los escenarios, A lo Rocky Balboa.
http://www.fresnedaweb.com/ twitter.com/fresnedaweb
http://www.youtube.com/watch?v=HfI_Y22lT6w&list=PL87B647B367AE251E&index=1
Barnafotopress 
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